El tenis francés ha conseguido salir de años de anonimato en las grandes citas de la mano de Caroline Garcia que ha conquistado las Finales WTA al imponerse a la bielorrusa Aryna Sabalenka por 7-6 (4) y 6-4. Desde 2006 que Amelie Mauresmo se proclamó maestra, ninguna otra tenista francesa había conquistado el titulo que reúne a las ocho mejores tenistas de la temporada.

La tenista de Lyon, de 29 años y número 6 mundial, ha conquistado en Texas su cuarto título de la temporada después de Bad Hamburgo, Varsovia y Cincinnati. "Es el triunfo más importante de mi carrera. El mejor premio al trabajo y a los momentos difíciles", decía Garcia que había llegado al torneo sin una gran preparación pero dispuesta a rendir al máximo en el "último esfuerzo del año".

La efectividad de su saque con 11 'aces, un 79% de puntos ganados con el primer servicio y sin ningún punto de rotura en contra fue decisivo para apuntarse el 'tie break' del primer set y la victoria final ante Sabalenka (7 mundial) que, el día anterior, había dado la gran sorpresa al eliminar a la gran favorita, Iga Swiatek, número 1 mundial, contra la que Garcia encajó la única derrota del torneo en la fase previa de grupos.

García estuvo dominadora en la pista ante una rival como Sabalenka que juega a tiros ganadores y que impone una gran potencia en sus golpes. La tenista bielorrusa que se había clasificado para las Finales WTA en el último torneo del año había dado la sorpresa al alcanzar la final en Texas.

Renacimiento

La tenista francesa cierra el año con este título como número 4 mundial después de haber iniciado la temporada en el puesto 74. El mejor éxito de una carrera en la que ha conquistado 11 títulos desde su debut en 2009. Entrenada hasta hace un par de años por su padre Louis Pau, Garcia había salido de su protección después de una época de crisis en su juego de la que empezó su recuperación en su paso por la academia de Rafael Nadal en Manacor, entrenada por Gabriel Urpí, extécnico de Arantxa Sánchez y Conchita Martínez.

El reencuentro con su padre, convertido en mánager, junto a su nuevo entrenador Bertrand Perret, le han permitido encontrar la tranquilidad en la pista con 37 victorias y unas semifinales en el Abierto de Estados Unidos del pasado mes de septiembre que le hacen creer que está preparada para "optar a un Grand Slam", su próximo objetivo. Un éxito que el tenis francés no consigue desde que Marion Bartoli ganó en 2013 en Wimbledon.