Rally

Cristina Gutiérrez, de la clínica dental a triunfar en el Dakar: "Hemos demostrado que competimos al nivel de los hombres"

La burgalesa aspira a convertirse en la segunda mujer que consigue una victoria final en el rallye más duro, siguiendo los pasos de la histórica Jutta Kleinschmidt, ganadora en 2001

Cristina Gutiérrez, pilota del equipo oficial Red Bull Can-Am, ante el ‘buggy’ con el que correrá este Dakar.

Cristina Gutiérrez, pilota del equipo oficial Red Bull Can-Am, ante el ‘buggy’ con el que correrá este Dakar. / Red Bull

Denís Iglesias

El Rally Dakar, que inicia este sábado su 45ª edición, es una prueba que ha ampliado los límites del ser humano. Los pilotos compiten en etapas maratonianas 'tragando' arena, gestionando sus averías, acumulando días sin dormir, comiendo lo que pueden, abrazados al libro de ruta para no perder el sentido de una "mini-vida que dura 15 días". Así define la prueba más dura del mundo Cristina Gutiérrez (Burgos, 1991) para El Periódico de España, piloto española que con el de 2023 sumará siete participaciones en el Dakar.

Lo hará con el Red Bull Can-Am Factory Team, de la escudería South Racing, siendo Pablo Moreno Huete su copiloto. No hay ambigüedades en su mente: lucha por el triunfo final. En 2017, 'Tortu' -"por 'tortuga', un apodo que me pusieron mis amigas de la infancia, pero que no se corresponde con la realidad"- se convirtió en la primera piloto de coches española en terminar la prueba (Laia Sanz llevaba ya años haciéndolo en motos).

En 2021 fue la segunda mujer, tras la icónica Jutta Kleinschmidt -su referente-, en lograr un triunfo de etapa y en 2022 fue la primera representante nacional en subirse a un podio del Dakar a través de la categoría T3 de prototipos ligeros, "unos 'side by side' o 'buggys' ligeros más pequeños que un coche", en la que volverá a competir esta edición.

Campeona de la Extreme E

Cristina Gutiérrez llega exultante a Arabia Saudí, que acoge desde 2020 la competición, "un país que todavía se está abriendo, pero que el Dakar está ayudando a cambiar". La burgalesa acaba de proclamarse campeona de la Extreme E junto a Sébastien Loeb, su compañero en el equipo X44, propiedad de Lewis Hamilton. En esta modalidad participan todoterrenos eléctricos y se corre en lugares remotos que fueron afectados por el cambio climático. Uno de grandes sus propósitos sociales es generar conciencia sobre esta problemática; el otro, fomentar la igualdad en un deporte todavía masculinizado.

"Cada equipo tiene la obligación de tener a una pareja de pilotos conformada por un chico y una chica. De la suma de los dos tiempos sale el resultado final. Esto nos ha servido para comprobar la evolución tremenda que hemos experimentado. Estamos en tiempos con ellos. Hemos demostrado que en el mundo del motor hombres y mujeres pueden competir al mismo nivel", asegura 'Tortu', quien desde muy pequeña ha ido resquebrajando techos de cristal hasta llegar a la primera fila automovilística, no por compensación, sino a través de sus resultados.

Odontóloga en ejercicio

La historia de amor por "todo lo que olía a gasolina" empezó en su casa, con seis años, cuando cogió "una 'minimoto' que estaba por allí. Yo era muy pesada y mi padre nunca hizo diferenciación. La usábamos mi hermano (Gustavo, su primer copiloto) o yo indistintamente". El entorno familiar ha sido clave en la carrera de Cristina Gutiérrez.

Su apoyo fundamental y el primero que difuminó los estereotipos. Fueron precisamente unos amigos los que propiciaron su entrada en el mundo de la competición. 'Tortu' debutó en una categoría nada fácil: la de 4X4 históricos. Como para tantos y tantas, aquello era una pasión alternativa a la rutina, en la que invertía mucho tiempo y esfuerzo, pero no un modo de vida como lo es ahora.

Hija de médicos, Cristina Gutiérrez estudió odontología, profesión que todavía ejerce durante una semana al mes en la Clínica FGA de Burgos. Lo hace junto a su padre, otro gran amante del motor. "Mis pacientes están encantados", cuenta la piloto, a la que la pandemia casi obliga a volver por completo a las consultas.

Un crédito para competir

"Fue un momento complicado, porque me llamaron mis patrocinadores, uno por uno, para decirme que no podían seguir. El único que quiso fue el Santander Consumer, que ya es como de la familia", cuenta Cristina Gutiérrez, quien ante la crisis decidió irse a Barcelona para hacer un máster. Entonces sonó el teléfono.

"Me surgió la oportunidad de correr con el equipo Mini la Baja Andalucía a un buen precio. Corrí y fui al banco como una loca para pedir un crédito, después de llorar, sabiendo que era una oportunidad que no podía desaprovechar", cuenta sobre una decisión colmada de esfuerzo que terminó cambiando su vida.

Tras su buen rendimiento en esta prueba, volvió a sonar el teléfono, esta vez por un mensaje. "Pensé que estaban de broma. Me había escrito el manager de Lewis Hamilton para correr la Extreme E con Loeb (nueve veces ganador del Mundial de Rallyes) como compañero. Era un sueño que jamás había imaginado", rememora una deportista forjada a base de resistencia.

No le asustó la situación. Ella sabía lo que había dado de sí para salir adelante. Hasta en momentos en los que estuvo a punto de tirar la toalla, como en 2012, "cuando destrocé el coche y no contaba con apoyo económico alguno, salvo un par de 'empresillas', pero gracias a mi padre y amigos reparamos el destrozo para volver a competir". El destino le había devuelto a 'Tortu' satisfactoriamente todo el esfuerzo puesto en jugadas que son siempre complicadas en el cambiante mundo del motor.

"Da lo mejor de ti"

Con el refuerzo deportivo y moral que supuso este cambio de vida, llegó la primera e histórica victoria en el Dakar. En 2021, Cristina Gutiérrez también se proclamó campeona de su categoría en la Copa Mundial de Rally Cross-Country de la FIA. Lo hizo tras competir con dos vértebras rotas en el Rally de Kazajistán. "Terminé porque no sabía realmente lo que tenía, solo mucho dolor, y porque no quería abandonar ni por asomo. Aguanté más de 200 kilómetros. Cuando me dijeron lo que me pasaba, me asusté un poco", explica con el recuerdo todavía fresco y demostrando una absoluta mentalidad 'dakariana'.

Esta forma de ser y vivir la prueba se explica así: "No tengo miedo cuando compito, pero sí mucho respeto. Hay que tenérselo a una prueba como el Dakar, porque en cuanto piensas que tienes todo dominado, el 'raid' te pone en tu sitio. Debes gestionar tu participación desde la humildad y saber a lo que te enfrentas. Es un deporte peligroso y no dejes bajar la guardia".

Así es el discurso de Cristina Gutiérrez, puro y directo. Esta clarividencia la puso en práctica en una charla TED que ofreció tras convertirse en la primera española en terminar el Rally Dakar. En el escenario de este prestigioso ciclo de conferencias, expuso lo que hoy sigue trasladando en cada conversación. Principios generales como que el peor límite es el que uno se autoimpone o que el trabajo es un imán de oportunidades, "por lo que si haces algo, hazlo bien y da todo lo mejor de ti".

Una filosofía que se ha traducido en éxitos sin necesidad de pensar en ellos. Un conjunto de experiencias y vivencias que han elevado la confianza de 'Tortu' "por encima de los comentarios que no te gustaban y que siempre se escuchan". Así, hasta convertir el habitáculo de su Can-Am Maverick X3, con el que ha superado los problemas del coche del pasado, en un refugio desde el que construir la primera victoria absoluta con la que ubicar el Gutiérrez al lado del Kleinschmidt para derribar, si es que aún quedara, la última barrera.