Tenis

Las claves de un proyecto fallido: muerte súbita a la Copa Davis de Piqué

Cinco años después el castillo de naipes de Piqué se ha derrumbado de un soplo al no poder hacer frente al canón anual de los 40 millones prometido en la asamblea general de la ITF

Piqué presenta su Davis Cup Rakuten en la terraza del edificio Sony de Nueva York, junto a Shakira, el presidente de la federación internacional, David Haggerty, y el cónsul de España para turismo, en septiembre de 2019.

Piqué presenta su Davis Cup Rakuten en la terraza del edificio Sony de Nueva York, junto a Shakira, el presidente de la federación internacional, David Haggerty, y el cónsul de España para turismo, en septiembre de 2019. / EFE

Jaume Pujol-Galceran

Gerard Piqué estaba convencido que había encontrado la fórmula perfecta para reactivar la Copa Davis cuando logró que su empresa Kosmos tomara el control del centenario torneo con un acuerdo con la Federación Internacional de Tenis (ITF) en la que se comprometía a pagar 3.000 millones de dólares durante un contrato de 25 años. “Será bueno para el tenis. Lo veo con una visión a largo plazo. El contrato es por 25 años”, decía entonces el exfutbolista del Barça.

Cinco años después el castillo de naipes de Piqué se ha derrumbado de un soplo al no poder hacer frente al canón anual de los 40 millones prometido en la asamblea general de la ITF, celebrada en Orlando en agosto de 2018, tras el voto favorable del 71,43% (325 sí, 130 no y 4 abstenciones o nulos), por encima de los dos tercios que eran necesarios para su aprobación (66,66%).

El equipo, con Nadal al frente, ganador de la última Copa Davis de España, en Madrid en 2019.

El equipo, con Nadal al frente, ganador de la última Copa Davis de España, en Madrid en 2019. / REUTERS

Deuda con los tenistas

Las razones de la ruptura, aunque no oficiales, han sido provocadas por las pérdidas económicas de Kosmos, que podrían acercarse a los 900 millones según fuentes próximas a la propia ITF. La federación se ha tenido que hacer cargo, este año de los premios de 10 millones pactados por la empresa de Piqué con los jugadores, además de los impuestos que no se habían pagado, según desvelaba el diario francés 'L'Equipe'. La empresa, por su parte, ha hecho público un comunicao esta tarde en el que afirma: "Los premios en metálico se abonarán a su debido tiempo cuando se cumplan los requisitos de las naciones participantes en las últimas ediciones".

Nada que ver con las declaraciones optimistas de David Haggertty, presidente de la ITF, que tras la pasada final de Málaga aseguraba “haber sido capaces de estabilizar el formato. Ahora hay más dinero para las naciones, los jugadores y el formato funciona para los aficionados y para el tenis”, destacaba orgulloso dos meses antes de romperse la idílica relación.

“El acuerdo era demasiado exigente para nosotros”, han valorado fuentes de Kosmos que no ha encontrado margen de rentabilidad a la inversión y que para 2024 pretendía rebajar el canon anual de 40 millones de dólares.

La ITF se ha negado a renegociar el canon fijo que ya se rebajó a solo 10,2 millones en 2020, por la pandemia del coronavirus, y a 19,7 millones en 2021. En 2022 Kosmos debía pagar 32 millones, otros 36 en 2023 y 44 para 2024, según datos de la web económica de deportes ‘2Playbook’.

Un formato nuevo

En el terreno deportivo tampoco ha funcionado como se esperaba. De la primera edición en Madrid a la última celebrada en Málaga el pasado mes de noviembre las diferencias han sido notables con la intención de recuperar el interés por la competición.

En el primer formato en 2019 de la nueva Copa Davis de Piqué se concentraron a los 18 mejores equipos durante una sola semana, a doble jornada, con eliminatorias reducidas a tres partidos, al mejor de tres sets (dos individuales y un doble). Era una ruptura de la fórmula tradicional de eliminatorias a cinco partidos, a cinco sets, que se jugaban desde su creación en 1900.

"Queremos modernizar la Davis pero a la vez mantener sus señas de identidad. Creo que se ganan muchas cosas. La más importante era el calendario pero otras como igualar la superficie, ayudar a los jugadores con su programación, además de la cuestión económica”, decía entonces Piqué.

Nadal maquilla la primera edición

La restructuración de la Copa Davis fue criticada por federaciones importantes como la de Australia , Gran Bretaña o Alemania que ya habían votado en contra en la asamblea de Orlando en 2018. En Madrid muchas eliminatorias se jugaron casi sin público en las gradas y con partidos que acababan a altas horas de la madrugada. La victoria de España y la presencia de Rafael Nadal en el equipo permitió maquillar la situación, aunque no las quejas de muchos jugadores.

La nueva Copa Davis es el mayor chiste del mundo. La ITF ha vendido su competición por la plata y solo la plata, una vergüenza”, decía el extenista y empresario rumano Ion Tiriac, propietario del Masters 1.000 de Madrid que alquiló la Caja Mágica para acogerla en 2019. En 2020 se suspendió el torneo por el coronavirus y en 2021 se cambió de escenario para jugarse la final en el Madrid Arena con dos fases previas de grupos en Madrid, Innsbruk, y Turín, buscando mayores ingresos y audiencias de televisión.

Patrocinio a la baja

En los cinco años que la empresa de Piqué ha controlado la Copa Davis no se ha conseguido los ingresos esperados en sponsors. El patrocinador principal Rakuten, cuyo propietario es amigo personal de Piqué, no iba a ampliar su contrato para el 2024. Junto a la empresa japonesa los otros patrocinadores en 2022 eran Juve&Camps, LaLiga, Lexus, Cervezas Victoria y Quadcode y Socios. 

Kosmos esperaba ingresos extra con un contrato con Dubai para celebrar la final de la Copa Davis de 2022 pero la negociación se rompió al no poder asegurar la presencia de los mejores tenistas, que se negaban a desplazarse a ese país por el exceso de kilometraje al final de la temporada. La situación forzó el cambio de sede a Málaga, aunque eso tampoco hizo que vinieran los mejores tenistas.

En el contrato con Málaga, la Junta de Andalucía aportaba 6 millones de euros, la Diputación de Málaga 2,5 millones y el ayuntamiento de la ciudad andaluza 1,5. Por su parte la Generalitat de Valencia pagaba 2,5 millones para organizar esas dos temporadas una de las cuatro fases de grupo clasificatorias para la final.

El futuro de la competición

La ITF mantendrá el calendario de la Copa Davis y el formato actual en 2023, en el que Kosmos seguirá colaborando en la organización. A lo largo de este año, la ITF deberá buscar nuevos patrocinadores. 

El futuro del torneo a partir de 2024 está abierto a consultas con la ATP, que se ha integrado en el comité ejecutivo, además de los responsables de los Grand Slam, las propias federaciones y los jugadores. Una de las fórmulas que se barajan es que se celebre cada dos años, como la Ryder Cup, en una fase repartida en grupos de cuatro equipos y con eliminatorias de ida y vuelta en cada país. 

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