Minutos de gloria y juerga ante el ascenso de la UD Las Palmas

Cientos de aficionados de toda la Isla celebraron anoche el sueño cumplido del equipo en los locales de ocio y restauración de la plaza de España

Celebración del ascenso en las terrazas de la Plaza de España

H. U. D.

Benyara Machinea

Benyara Machinea

Cientos de aficionados que vieron anoche el decisivo partido de la Unión Deportiva Las Palmas en los locales de restauración y ocio de la capital vivieron con lágrimas de felicidad en sus ojos el soñado ascenso del equipo. Acto seguido empezó una fiesta por todo lo alto en la plaza de España, que no hizo sino sumar decibelios al ver la llegada de los jugadores que consolidaron el triunfo.

La espera ha sido eterna para ver a la Unión Deportiva Las Palmas brillar una vez más en la primera división. La afición no dudaba de las posibilidades de ascenso del equipo, pero la alegría al hacerse realidad sus cábalas llenó anoche los centros de restauración y de ocio de la capital. El nerviosismo dio paso a la fiesta al conocer los resultados del partido, un empate que hizo realidad el ansiado sueño de los amarillos. No escasearon las lágrimas de felicidad, los abrazos y las palabras de júbilo entre familiares y amigos que asistieron a la plaza de España -también conocida como plaza de la Victoria- y a su escenario para ver el encuentro. 

Cada bar, restaurante y establecimiento del entorno lució anoche el color amarillo y el logo del equipo en banderas, camisetas y bufandas para apoyar a los jugadores en una noche decisiva. Pocas veces el pío-pío y los cánticos de la afición se habían escuchado con tanta fuerza en una Isla que ansiaba volver a escuchar que la UD Las Palmas vuelve a jugar en primera.

A cada acercamiento a la portería del equipo de Pimienta le seguían los cánticos, al ritmo de "sí, sí, sí, nos vamos a subir". La ausencia de goles no desanimó a aquellos televidentes que no pudieron acudir al estadio a ver el partido, aunque cada posesión del Deportivo Alavés incrementó el nerviosismo, especialmente en el desarrollo de la segunda mitad.

"Por mucho que te prepares los nervios, cuando lo vives en vivo se te dispara el corazón a mil"

A Mario Cabrera, un aficionado del equipo que ha seguido con dedicación cada partido antes de llegar a este momento, le temblaba el pulso y la voz en los minutos previos a conocer los resultados definitivos. "Por mucho que te prepares los nervios, cuando lo vives en vivo se te dispara el corazón a mil", aseguró el seguidor de la agrupación.

La importancia de este momento para Cabrera se dispara cuando recuerda cómo ha vivido los continuos ascensos y descensos del equipo de su Isla. El seguidor acudió a la plaza de la Victoria ataviado con una camiseta que reza "UD Las Palmas son de primera". "Es una prenda del último ascenso y no me la he puesto desde ese día. Vamos a ver si nos trae suerte este año", aseguró minutos antes de terminar el partido, como una clase de augurio que terminó por cumplirse.

Entre el público del lugar se concentraron personas de todas las edades, incluido un grupo de niños que decidió subir a la parte baja de un árbol cercano a los bares y restaurantes para tener un mejor ángulo de visión del televisor. Una señora mayor, que pasaba de paso por el lugar, no dudó en animar a la audiencia con la frase de "vamos, que esto es lo que nos da vida".

De padres a hijos

La ocasión también sirvió para crear recuerdos entre familiares que comparten una misma pasión por el fútbol, como Jesús Rodríguez, que acudió a ver el encuentro junto a su hijo Ángel, de diez años. "Hemos vivido el partido con muchos nervios porque ha sido un 0-0 y teníamos esa mosca detrás de la oreja de que en cualquier momento nos podían fastidiar la fiesta", aseguró el padre del menor.

El pequeño vivió con entusiasmo, casi agarrándose a la silla, "el casi gol de Sandro Ramírez", como lo denominó, pero más allá de ese momento lo calificaron como "un partido muy feo, aunque lo bonito es lo que viene ahora", apuntó Rodríguez. Nada más terminar, lo primero que hicieron ambos fue llamar a la madre del menor para darle a conocer las buenas noticias. Aunque su intención era esperar a la llegada de los jugadores, vaticinaban que no sabían si iban a llegar despiertos.

Una pareja de amigos que no dudó en continuar con la fiesta al terminar el encuentro fue la formada por Jorge Florido y Octavio Díaz, que en los 90 minutos de juego no dejaron de ondear en ningún momento una enorme bandera del equipo al ritmo de los sucesivos cánticos. "El equipo aguantó bien el arreo del Alavés, que no supo contenerse, y no nos cayó el gol de milagro", afirmó Florido al finalizar el encuentro.

Los aficionados que festejaron anoche no dudaron en bromear sobre cómo afrontar las mesas electorales

"Ya estamos aquí, ahora que tiemblen todos los estadios de España porque estamos en primera", advirtió Díaz a los futuros competidores. Pese a la euforia del momento, avisaron de que su intención era contenerse con las reacciones al partido, sin perder de vista las elecciones del domingo. "Voy a ser el primero en llegar a las mesas", continuó el aficionado entre risas.

Por su parte, Roberto Santana y Octavio Alemán no pararon de corear hasta que finalizó el partido, acompañados de un numeroso grupo de amigos que se reunieron alrededor de uno de los bares para vivir el encuentro con más intensidad. "Aparte del estadio, es en esta plaza donde hay más ambiente, así que nos pusimos de acuerdo a través de distintos grupos de WhatsApp para empezar aquí la fiesta y finalizarla", aseguró el primero.

Ambos fueron reticentes y aguantaron las esperanzas de ascenso hasta el último minuto con el fin de no llevarse una decepción con el resultado final. "Terminaremos la celebración en el alboroto, pero intentaremos que sea una fiesta tranquila", avisó Alemán.

Una de las familias que acudió vestida con la equipación completa de la Unión Deportiva es la de Yanira Álamo y su hijo Álvaro Domínguez, que aguantaron con los nervios a flor de piel. "Ver el resultado es una sensación de orgullo muy grande y ya estamos esperando a ver a los equipos de primera aquí en la Isla", aseveró Álamo en plena celebración post ascenso.

El futuro en primera

"Tengo confianza de que lo hagan bien en primera, lo importante es que mantengan alto el nivel y que no bajen más a segunda", vaticinó Domínguez. Ambos recuerdan como si fuera ayer el último ascenso que vivió el equipo y revivieron una vez más esa emoción.

A Sonia Suárez, que se apiló alrededor del televisor de uno de los bares de la plaza junto a su pareja Juan Alberto Artiles, le costó unos minutos asimilar las consecuencias del resultado tras una espera que pareció eterna para los aficionados. "Como metiese un gol en el último momento todo esto se iba a ir a pique hasta la semana que viene", afirmó la seguidora.

"Con esta noticia me he quitado 20 kilos de encima y ahora voy a tomarme un cubata y a celebrarlo por todo lo alto lo que queda de noche con la llegada de los jugadores. Otro año más en primera", festejó la televidente. Lo más positivo del ascenso para la pareja es que "hemos conseguido volver a la máxima clasificación, el año pasado nos quedamos a las puertas y ahora es momento de desahogarnos y disfrutar".

Luis Sánchez, por su parte, acudió al encuentro de la afición junto a dos amigos que comparten su pasión por el equipo. "Ha sido una victoria muy merecida. Sabíamos que teníamos que jugar seguros, ellos tenían que arriesgar un poquito más que nosotros pero así y todo tuvimos oportunidades más claras", hace como balance del partido.

El seguidor vivió con nervios el encuentro pues "ha sido una temporada larga, se hace duro y hay partidos más complicados y otros que, en cambio, se nos han dado mejor, pero la regularidad al final es lo que triunfa y hemos sido muy regulares". Ahora afronta con emoción una nueva etapa en primera, para lo que cree que "hay que reforzar el equipo, hacer algún fichaje y mantener la plantilla joven", aunque cree que "será un buen papel".

No serán pocos los que afronten por la mañana en las mesas electorales las consecuencias de una noche intensa que desbordó una alegría y jolgorio que no hizo sino incrementarse al recibir la llegada de los jugadores. Las bromas y las anécdotas plagarán las conversaciones de muchos de los que acudieron para ver en directo a su equipo brillar por todo lo alto.

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