Mucho se estaba hablando del nuevo LG G4 y mucho se esperaba de un dispositivo que, pese a no ser perfecto, es posiblemente uno de los mejores teléfonos inteligentes que hay en el mercado.

Destaca este LG G4 en primer lugar por su tapa trasera removible. El dispositivo, de una clase en claras vías de extinción, es de los pocos a los que que todavía puedes quitarle la tapa para cambiarle la batería, una característica que penaliza el diseño pero que hace ganar enteros en comodidad. Es mucho más práctico lle-var una batería extra que uno de esos feos y grandotes cargadores externos.

Precisamente esa tapa trasera se ha convertido en uno de los elementos diferenciadores al estar construida -si se desea- en piel. Y piel de verdad, de calidad, y confeccionada a mano. Un elemento distintivo y -todo hay que decirlo- muy agradable al tacto y muy seguro en su agarre.

El procesador, con potencia más que de sobra para que el dispositivo funcione de forma flui- da, ayuda a que su espectacular pantalla sea un elemento perfecto para disfrutar contenidos multimedia.

Pero si algo destaca sobremanera en este dispositivo es su cámara. Por primera vez un teléfono móvil incorpora una cámara capaz de disparar en formato RAW y además permitir controlar de forma manual casi todos los elementos de la fotografía. Enfoque, sensibilidad ISO, exposición, balance de blancos y velocidad de disparo se pueden configurar manualmente para poder hacer fotos sorprendentes en las que la creatividad no tiene límites.

Aunque hay que ser claros: estamos hablando de un dispositi-vo no apto para todas las economías. En la misma línea que los buques insignia de otros fabricantes, nos encontramos ante un dispositivo cuyo precio empieza en 650? (con tapa trasera de plástico) que sube hasta los 700 ? si lo queremos con la tapa de piel. Pero nadie dijo que la exclusividad y la clase fueran gratuitas. Pese a ello, es un teléfono sorprendente y muy recomendable si tu hucha se lo puede permitir.