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3. ¿Por qué nos gusta el Partenón?

Los griegos conocían bien el rectángulo "perfecto". Perfecto desde un punto de vista subjetivo, psicológico... insondable. La relación entre la base y la altura del mismo es el célebre número áureo [(1 + v5) : 2], un número por el que inevitablemente mostramos una fuerte predilección estética. Los linces de la mercadotecnia conocen esta inclinación y nos rodean de objetos que también guardan esta relación. Saben que elegiré antes una lata de conservas que tenga la proporción áurea que otra expuesta al lado cuyas dimensiones se alejen de este número irracional. El Partenón de Atenas fue, es y será hermoso. Su belleza es inevitable e intemporal por ser un objeto áureo.

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