La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Tesoro Quimbaya de España, motivo de discordia en Colombia

La Corte Constitucional tendrá que pronunciarse sobre la devolución de las piezas de oro, regaladas en 1893 a la reina María Cristina de Habsburgo

El Tesoro Quimbaya de España, motivo de discordia en Colombia

El Gobierno de Colombia contiene la respiración a la espera del dictamen de la Corte Constitucional sobre la reclamación del valioso Tesoro Quimbaya, una colección de objetos de oro y tumbaga, donada por el presidente Carlos Holguín en 1893 a la Reina regente de España María Cristina de Habsburgo. El fallo amenaza con abrir un pleito internacional que el presidente y Premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos, se resiste a plantear en medio de presiones cada vez más insistentes de un grupo de intelectuales que exige desde 2006 la devolución de estas piezas precolombinas, que han llegado a ser equiparadas con el ajuar de Tutankamón.

"La timidez del Gobierno en defensa de nuestro patrimonio es inaceptable y está condicionada por la familia Holguín", denuncia a Epipress el abogado Felipe Rincón, adalid de las acciones en marcha para devolver a la región de Quindío la colección, actualmente expuesta en el Museo de América de Madrid.

Encerrado en una sala dedicada al mundo fúnebre en el edificio que evoca la labor misionera de los españoles en el Nuevo Mundo, el Tesoro Quimbaya reluce en las estanterías tras un ajetreado peregrinaje iniciado cuando el presidente Holguín regaló estas preciosas piezas a la regente española.

El dorado obsequio que desvela a Santos es reclamado desde 2006 por intelectuales colombianos convencidos de que la asombrosa obra de los quimbayas, desaparecidos, según ellos, como consecuencia de la conquista española, tiene que regresar a la zona del eje cafetero del país caribeño, donde deslumbraron como maestros orfebres y alfareros, dominadores de una excelsa calidad en la técnica de la cera que afinaron para crear magníficas figuras de oro.

Ni siquiera la petición personal hecha desde hace once años al Rey Juan Carlos ha surtido efecto alguno, lamentan los impulsores de este pleito mientras critican la "pasividad" del Gobierno presidido por Juan Manuel Santos para abordar una reclamación que dirime ahora el Tribunal Constitucional colombiano. De dar la razón a Rincón y su equipo, Santos tendrá que iniciar las gestiones oficiales para conseguir la repatriación del tesoro en un año, tal y como fija la ley del país del realismo mágico.

"El presidente debería tratar de convencer al Rey Felipe VI para que devuelva a los colombianos esta gran manifestación de nuestro patrimonio histórico", afirma el letrado. Si las gestiones diplomáticas fracasan, están decididos a acudir a la justicia internacional, advierte.

"Estas fabulosas piezas deben estar expuestas en el Museo del Oro de Armenia, en Quindío, la tierra de los quimbayas, donde fue hallado el ajuar funerario de varios caciques", se arranca Rincón al referirse al lote de 433 figuras, reconocidas por los expertos como las más artísticas de la orfebrería precolombina, tan esplendorosas como las halladas en la tumba del Señor de Sipán, en Perú.

Hay discrepancias sobre el número de piezas llegadas a España. El Museo de América tiene inventiariadas 136, la mayoría relacionadas con artefactos para el consumo de hoja de coca, adornos para los cuerpos de los caciques, instrumentos musicales, cascos, diademas, collares y poropos, recipientes para almacenar la cal de la coca, palillos y vasijas para guardar las hojas de esta droga que les inducía a representar figuras morfológicamente muy extrañas.

El conjunto original tenía 474 piezas, la mayoría de las cuales están repartidas entre particulares, muchos de ellos norteamericanos, fundidas en lingotes o sencillamente desaparecidas, si bien algunas se conservan en el Field Museum de Chicago, después de haber participado en la Exposición Colombina de Chicago en 1893.

El Tesoro Quimbaya , que en realidad pertenecía a un grupo étnico denominado Quimbaya Clásico que vivió en esa misma región pero en una época anterior a la conquista española, fue descubierto en 1890 por huaqueros que expoliaban las tumbas indígenas de la Soledad, en busca de oro, en el departamento colombiano de Quindío. La Quimbaya Clásica "abarca desde el 500 a. C hasta el siglo VI d. C y su tesoro corresponde al último periodo de esta época", según el Museo de América.

La etnia precolombina Quimbaya tardía, descubierta por los españoles, habitaba un territorio de 5.000 kilómetros cuadrados cerca del río Quindío y se diputaba encarnizadamente la zona con los putimaes, panches, carrapas, quinchías, irras, ansermas, gorrones y bugas.

El ajuar del "oro de huaca" de Quimbaya, adquirido por el Estado colombiano bajo la presidencia de Holguín, que había sido embajador en Madrid, fue traído a España en 1892 con motivo de la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América. "Holguín lo mandó a España y cuando la colección ya estaba en Madrid, ordenó a su embajador que la donara a la reina regente a título personal", critica Rincón, quien se ha empeñado en tratar de demostrar ante la Justicia que en la entrega no hubo ni solicitud de Holguín al Congreso ni autorización para que el presidente realizara la donación de conformidad con el ordenamiento jurídico colombiano. "Regaló esas piezas única y exclusivamente por su amistad y admiración hacia la reina", denuncia tajante.

El Museo de América guarda el contrato de compra-venta del tesoro en 70.000 pesos, firmado el 20 de agosto de 1891 entre el Gobierno de Holguín y el comerciante Fabio Lozano Torrijos de Ibagué.

Holguín, con familiares directos que aún ocupan cargos relevantes en el Gobierno colombiano, justificó el regalo a la reina "como testimonio de nuestro agradecimiento por el gran trabajo de España en el estudio de nuestros límites con Venezuela y la liberalidad con la que España hizo todos los gastos que tal estudio requería", según expuso ante el Congreso colombiano.

María Cristina de Habsburgo entregó el tesoro al Museo Arqueológico Nacional, donde se exhibió hasta que estalló la Guerra Civil, momento en el que fue trasladado junto a muchos cuadros del Museo del Prado a Suiza para garantizar su protección. Desde 1994, el ajuar dorado se puede admirar en el renovado Museo de América del barrio de Moncloa de Madrid.

La tenaz campaña de Rincón le valió una primera victoria en 2009, cuando un juez de Bogotá ordenó al Gobierno de Colombia que ante "la inconstitucionalidad e ilegalidad" de la donación", reclamara el retorno de la colección, "acudiendo si fuera preciso al Comité Intergubernamental de la UNESCO para la restitución de Bienes Culturales salidos ilegalmente de sus países de origen".

Años más tarde comenzaron los contratiempos para el abogado colombiano y su grupo. El Tribunal Administrativo de Cundinamarca revocó el anterior fallo al considerar que la reclamación no era viable por la vía de la acción popular "porque dicha acción es posterior a los hechos que la motivan", según la sentencia que indigna a Rincón. "¿Cómo se explica entonces que Grecia pueda pedir al Reino Unido la restitución de los Mármoles del Partenón o que Egipto haga lo mismo a Alemania para recuperar el busto de Nefertiti?", se pregunta incrédulo en su intento por desmontar una sentencia que frena la vuelta a casa de unas piezas que son "expresión inigualable de la nacionalidad colombiana", en opinión del litigante.

El enrevesado asunto llegó al Tribunal Constitucional en 2012 y "ahora es cuando por fin la Corte ha accedido a estudiar la ponencia que exige repatriar el Tesoro Quimbaya cuanto antes", explica en Bogotá y sin desanimarse Felipe Rincón, harto de la apatía del Gobierno colombiano ante esta peliaguda petición que apoyan académicos, rectores, periodistas, políticos, antropólogos e historiadores colombianos.

Tan solo los presidentes Belisario Betancourt y Ernesto Samper intentaron aunque sin éxito recuperar el tesoro para Colombia. Pero la sensación de pérdida de una parte esencial de su identidad no deja de crecer entre los colombianos. El escritor, periodista, diplomático y político Germán Arciégas llegó a escribir en su libro "Secretos de El Dorado" que si Colombia hubiera tenido la sensibilidad suficiente para valorar lo que iba a entregar a España" lo habría retenido y el país caribeño contaría ahora con una sala de similar categoría a la que guarda el tesoro de Tutankamón en El Cairo.

A la espera del fallo del Constitucional, Rincón y su equipo sueñan con una victoria judicial que pondría en un brete a su Gobierno. Por eso insisten en apelar a la "generosidad" de Felipe VI para devolver a Colombia parte de la cultura de los antepasados indígenas americanos".

Compartir el artículo

stats