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Ante el desafío soberanista catalán

Canarias mira con inquietud a Cataluña

Desde las Islas se sigue el reto independentista con asombro, desazón y pena. "Ni mi abuela, que tenía ocho apellidos catalanes, reconocería esta Cataluña", afirma Montserrat García de Albéniz

Canarias mira con inquietud a Cataluña

La abuela de Montserrat García de Albéniz forma parte de esa estirpe bien considerada en Cataluña por tener los famosos ocho apellidos catalanes. Pero esa circunstancia no le impidió recibir con los brazos abiertos a la mujer de su hijo, natural de Salamanca y alegrarse de que su nieta Montserrat acabara por enamorarse de un canario y quedarse a vivir en La Graciosa.

Desde Caleta de Sebo, Montserrat vive con preocupación y asombro lo que está ocurriendo en Barcelona, la ciudad en la que nació. Reconoce que las imágenes que ve, aquello que le cuentan sus primas, esa rabia desmedida contra España, como el origen de todos los males que afligen a los catalanes no tiene nada que ver con sus recuerdos, "no es la Cataluña que recuerdo, ni yo, ni mi padre, y seguro que tampoco lo recordaría de esa forma mi abuela".

Montserrat dice que cuando ella y sus padres tuvieron que trasladarse a Canarias, primero a Tenerife, después a Lanzarote, y al final la vida la ha llevado hasta La Graciosa, recuerda que dejó una Cataluña abierta, sin rencores, "ahora es que están logrando enfrentar a las familias, cuando hablo con mis primas, realmente se creen que España les ha estado robando, me resulta increíble".

Llena de incertidumbre y envuelta en esa desazón que provoca el asombro por lo inesperado, Montserrat sigue lo que ocurre en Barcelona entre la preocupación y la pena, "el despropósito llega a tal extremo que están tratando de cambiar la historia, Cataluña nunca fue un reino aparte, en realidad formó parte de la Corona de Aragón".

Montserrat, que ya lleva 31 años residiendo en la octava isla, prefiere mostrar el lado más abierto y conciliador, "me siento muy feliz de haber tenido a mi abuela, Magdalena Fité, de Lleida, a mi padre de Badalona, a mi madre de Salamanca, mis hijos canarios y mi nuera andaluza. Cuando nos reunimos, mi hijo toca el timple y su mujer le canta sevillanas, y eso me hace sentir muy orgullosa".

A veces también reconoce que le molesta tanto lo que está pasando, que ha estado tentada de sacar una bandera española, ponerla delante de su casa, hacerse una fotografía y "mandársela a mi familia". Se ríe con la ocurrencia y sigue con sus reflexiones, con esa pena que le entra cada vez que ve una ciudad, esa en la que nació, y que ahora ya no recuerda, de esa manera.

Peñas azulgranas

En La Graciosa, como en el resto de pueblos de Canarias, se sigue el desafío catalán con cierta inquietud. De hecho, desde hace semanas se ha convertido en un tema de debate habitual en las tertulias que se forman delante del Girasol o en los bancos que dan al muelle.

Suso Páez reconoce que hay gente que trata de buscarle el lado cómico al asunto, "sobre todo que si ahora el Barcelona va a jugar en esta liga o en la otra, pero esos también están preocupados. Y es que no le ven una solución fácil. La gente mayor cree que eso no va a traer nada bueno y que será peor para todos".

Tradicionalmente muchos de los gracioseros que han llegado a la Universidad han elegido trasladarse a Barcelona, una ciudad por la que sienten un gran aprecio y que además ha hecho que muchos aficionados al fútbol sigan con auténtico fervor al equipo que lidera Messi.

Aunque desde el deporte se insiste en afirmar que no tiene nada que ver el fútbol con la política, a los aficionados culés que no están de acuerdo con el llamado proces catalán ni con la independencia de Cataluña les preocupa mucho este desafío.

Yhigal Páez Hernández tiene 17 años, y desde que era un chinijo siempre se ha sentido culé. Su padre se acuerda de verlo llorar desesperado, cuando su equipo perdía algún partido. A Yhigal no le gusta nada lo que está ocurriendo en Cataluña, no quiere que se haga independiente. Y sobre todo le molesta que estén diciendo tantas cosas sobre su equipo, ese por el que ha llorado y reído tanto sobre todo con los goles de su ídolo.

En Canarias existen peñas del Barcelona en casi todas las islas, desde La Aldea de San Nicolás a Frontera en El Hierro. En Tenerife se le puso el nombre de Pedrito Rodríguez a una de estas agrupaciones de aficionados, en honor al que fuera durante años jugador blaugrana, y ahora en las filas del Chelsea.

En una de las última reuniones de peñas del Barça en el archipiélago, Roberto Rodríguez Armas, como presidente de los culés de La Aldea, en la que hay inscritos 97 integrantes, que pagan 176 euros al año, mostró su malestar por la situación que se vive en torno al club.

Desde El Hierro

Cataluña desde lejos, desde esos puntos tan distantes como Caleta de Sebo o el municipio de Frontera en El Hierro despierta las mismas incertidumbres. Para el periodista Emilio Hernández de la Gaceta del Meridiano, en las tertulias de la isla, el tema catalán ocupa gran parte del repertorio, "ahí te encuentras desde los que no lo entienden, o como mi madre, que le da pena lo que está pasando con las familias, enfrentadas por el conflicto, a gente próxima a Podemos o a partidos independentistas que sí creen que debe hacerse el referéndum. Esto está creando una especie de rebrote de propuestas separatistas".

Y en medio de este embrollo de situaciones, y puntos de vista dispares, aparecen uniones extrañas. Emilio Hernández sostiene que aquellos que apoyan a Maduro están con los independentistas catalanes, y además se da la extraña paradoja que gente aficionada al Barcelona, "pero grandes forofos, se llegan a sentir tan identificados, que hasta apoyan el procés, como un derecho que se le está hurtando a los catalanes".

Existe un término de nueva acuñación, la 'posverdad', o lo que es lo mismo, cuando la verdad no importa. El psicólogo Xavi Savin cuenta en un artículo que la llamada posverdad hace referencia a aquellas ocasiones en las que se crea opinión sin tener en cuenta los hechos objetivos y basándonos sobre todo en las emociones. Es decir, aquello que las personas sienten ante un estímulo, sus emociones en relación a una idea, sus sensaciones subjetivas, priman a la hora de tomar una decisión y, para ellos, estas emociones son más importantes que la verdad en sí misma: "Uno de los objetivos que tenemos en consulta los psicólogos es enseñar a diferenciar entre lo que ocurre y lo que uno siente acerca de lo que ocurre. Por ejemplo, puedo sentirme solo y no estarlo".

En este caso, en todo el entramado que supone el desafío soberanista hay muchas cuotas de posverdad. Seguramente por todos los bandos. Y eso crea un enfrentamiento, una muestra de lo español frente a lo catalán. Banderas en uno y en otro bando. Como curiosidad en los centros de la Comunidad de Madrid se han colocado banderas gigantes españolas.

También aparecen colgadas en los balcones por distintos sitios de la capital. Como la visión más colorista de esta guerra particular de banderas y de emociones.

Tal vez una de las reacciones más insospechadas de ciertos sectores partidarios del independentismo se ha producido con las declaraciones del cantante Joan Manuel Serrat al mostrarse contrario con la celebración del referéndum. Serrat aseguró que la convocatoria independentista del 1 de octubre "no es transparente" y que, aunque él es partidario de los referendos, porque marcan la voluntad de la sociedad, en este caso no se dan las condiciones para votar". Además dijo que está creada con una ley que está elaborada por el Parlament de Cataluña, pero a espaldas de todos los demás miembros del Parlamento".

Después de estas manifestaciones llovieron críticas al cantante catalán, llegaron a tal grado de despropósito que casi lo acusan de ser franquista. En esta nueva era de la posverdad, la realidad parece que divide a la sociedad catalana en los que apoyan el procés y pasan a formar parte de las filas de los demócratas y los que no y entonces se convierten en 'fachas'.

Precisamente sobre este suceso, Elfidio Alonso de Los Sabandeños, y que durante muchos años estuvo vinculado al antiguo UPC, Unión del Pueblo Canario, una formación nacionalista y con una ideología social demócrata considera que lo que ocurre en Cataluña es un auténtico despropósito, "es demencial, los dirigentes de la Generalitat están metiendo a la gente en una aventura sin retorno, la están llevando al caos, con una sucesión de mentiras".

En cuanto a las críticas que ha recibido Serrat sobre sus manifestaciones, Elfidio sólo quiere recordar algo del pasado, "ya nadie se acuerda, cuando a Serrat por cantar en La laguna, sólo una estrofa de un poema de Miguel Hernández, la policía vino y le retiró el pasaporte".

Entre el enfado y la pena, Elfidio confía en que el diálogo y la cordura retornen en esta hoja de ruta de difícil y enmarañado trazado. Hoy día 1 de octubre tal vez comience el principio de esa vuelta a la sensatez.

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