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Testigo canario de la erupción de Hawái

El canario Ricardo Cárdenes, a pesar de los ríos de lava cercanos, vive en Hawái con normalidad la erupción del Kilauea, más espectacular que peligrosa, que lleva más de un mes soltando material basáltico a borbotones

Testigo canario de la erupción de Hawái

Los borbotones de lava enrojecida y furiosa corren disparados arrasando lo que se interpone a su paso. La imagen resulta tan llamativa que los curiosos y atrevidos tratan de acercarse lo más que pueden para ver de cerca este fenómeno. El volcán Kilauea en Hawái en realidad se encuentra en erupción desde enero de 1983, el problema es que hace unas semanas cambió de rumbo y de potencia, y en lugar de desembocar sólo en el mar, los restos basálticos comenzaron a eclosionar a gran velocidad, unidos a la espesa ceniza provocaron momentos de gran peligro con la necesidad urgente de desplazar a cientos de afectados. También se han sentido varios terremotos vinculados con esta prolongada erupción.

Para la comunidad científica, la oportunidad que brinda esta erupción resulta incuestionable. La nueva tecnología permite recabar y estudiar una cantidad de datos sin precedentes.

A pesar de las imágenes y de la realidad cotidiana de unos flujos que no cesan, los habitantes de esta isla siguen con relativa calma todo este largo y espectacular proceso. Sólo hay que ver las espectaculares fotografías que dan la vuelta al mundo y en la que varios señores siguen jugando al golf de forma tranquila mientras detrás de ellos una inmensa humareda de ceniza anuncia la proximidad de lo que está ocurriendo a escasos kilómetros.

El Parque Nacional de los Volcanes, en el que se encuentra entre otros el ya famoso Kilauea, está situado a unos 45 minutos en coche de la ciudad de Hilo, una población en la que reside entre otros un informático de Gran Canaria, Ricardo Cárdenes, que lleva tres años trabajando en Hawái, en el instituto Gemini. Este impresionante Observatorio controla uno de los telescopios más potentes que existen, junto con su gemelo de Chile. Con un diámetro de 8,1 metros puede acceder a todo el cielo de la Tierra. Cárdenes que estudió Ingeniería Técnica de Informática de Sistemas en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, además de una Ingeniería Informática en la UNED, había trabajado con anterioridad en el Observatorio del Roque de Los Muchachos en La Palma. Por casualidad, en el 2015 vio que se había convocado una plaza en el Observatorio Gemini de Hawái, que además cuadraba con su perfil y logró la plaza.

El trabajo de este informático consiste sobre todo en reaccionar a tiempo cuando el sistema no lo hace o sufre un bloqueo. En la actualidad explica Cárdenes: "estoy en el departamento de Software de Gemini y mi título, traducido, sería algo así como ingeniero de software en tiempo real. Lo de 'tiempo real' es difícil de explicar a gente un tanto ajena a este campo, pero se refiere a la necesidad de reaccionar a ciertos eventos, o sucesos, lo más rápido posible, dentro de unos límites de tiempo concretos. Te pongo un ejemplo extremo: imagina que en el reactor de una central nuclear, la reacción empieza a salirse de control y los sistemas de seguridad programados para que, tras detectar esta situación, las barras de control entren dentro del reactor antes de que pasen, digamos, una décima de segundo. Si pasa esa décima de segundo y todavía no ha reaccionado el sistema, entonces hay problemas", y ante esas situaciones límites, en su caso relacionadas con la observación del cielo, es cuando entra en acción el informático Cárdenes.

11 horas de diferencia

La apuesta de venirse a un lugar tan lejano como Hawái suponía la opción de aprender más. Además, en cierta medida esta isla volcánica guarda cierta similitud con Canarias. Como apunta Ricardo, "sabiendo que el peligro es relativamente bajo y que estoy en una zona que posiblemente no se vea afectada por esta actividad, se vive todo este fenómenos con curiosidad. Sobre todo viniendo de las islas, y no habiendo vivido una erupción durante mi vida: nací pasada ya la del Teneguía y la de El Hierro no cuenta, con mis mayores respetos a los herreños; entiendo que la situación para ellos no fue ningún chiste, pero siendo submarina la erupción no afecta tanto".

Para Ricardo Cárdenes vivir en este lado del mundo, "se podría decir que es como vivir en Canarias, con ciertas diferencias, claro: idioma, cultura, coste de la vida mucho más alto... Y luego está la lluvia. La imagen de "paraíso" verde que tiene Hawái no podría ser si no fuera porque estamos en zona tropical y llueve todo el año. Llevar un paraguas encima es la norma". Después de residir tres años en este lugar, para este canario y su familia, lo que sí parece que les quita el sueño, no es el volcán, si no esas 11 horas de diferencia que lo separan de sus familiares en Gran Canaria, "estamos casi en las antípodas y esa diferencia horaria nos obliga a coordinar la comunicación. Además, soy padre desde hace poco más de un año y llevar a la nieta a la familia es un poco más complicado que si viviéramos en Europa..."

Y como un residente más en Hawái, Ricardo Cárdenes reconoce que resulta muy asombroso ver todo lo que está ocurriendo con el Kilauea. Él conoce a compañeros de trabajo que han tenido que dejar sus casas por la proximidad de la lava. Pero insiste que en Hawái, "la gente en general hace su vida normal, a menos que vivan o hayan vivido cerca de esa zona, porque han tenido que evacuar a mucha gente. Tengo un compañero que tuvo que salir corriendo de su casa porque se encuentra a unos 250 metros de donde se abrieron algunas de las primeras fisuras y tuvo que organizar de la noche a la mañana un alquiler para irse a vivir a otro sitio. Tuvo que esperar unos días para poder volver y sacar muebles. Lo mismo le pasó a la hija de mi casero, que acababa de comprar una casa en la zona. Por supuesto que hay gente desplazada, claro, y para ellos esta situación es bastante dramática, no sólo por las pérdidas en casas y terrenos, sino porque no se puede vivir en la zona (debido a los gases, pero también al peligro de que se abran nuevas fisuras). No ha habido muertes y sólo ha habido heridos entre los que se han negado a evacuar por alguna razón. Yo vivo a unos 30 kilómetros del lugar donde está pasando todo esto, así que aparte de algún terremoto que otro (fuertes sólo se notaron hace unas semanas), pues no nos afecta nada, al menos directamente".

Un espectáculo

En cuanto a otro de los fenómenos que han podido preocupar a la población más alejada, como la ceniza y los niveles de gases en el aire, Ricardo Cárdenes asegura que ya se han normalizado, y como curiosidad cuenta que la semana anterior, "el observatorio se vio inmerso de repente en una alerta por tiempo invernal, porque la lava empezó a llegar al mar y todo el exceso de vapor de agua evaporado se enfrió a gran altura y los alisios empujaron todo eso sobre las cimas de la isla y eso afectó a nuestro trabajo, pero aparte de eso, como te digo, es lo menos noticiable que puedas imaginarte". A pesar de la tranquilidad con la que los habitantes de Hawái se toman lo que está sucediendo con unos de sus volcanes, los expertos en vulcanología señalan que pocas veces se ha podido ver el espectáculo de la lava desde una perspectiva tan especial.

Un equipo de fotógrafos y entusiastas de las grandes erupciones volcánicas han podido contemplar desde un helicóptero la erupción del Kilauea, unas instantáneas que han dado la vuelta al mundo. Este volcán lleva en erupción desde 1983, y con anterioridad también se habían registrado erupciones importantes.

El nombre del Kilauea significa "escupir" en referencia a sus intensos flujos de lava cuando entra en erupción. Uno de los técnicos que ha vivido en directo esta experiencia, Mick Kalber, ha descrito la imagen como verdaderos ríos de fuego recorriendo la tierra.

Desde Canarias, el experto en volcanes Lucas D´auria reconoce con envidia que para un científico poder observar de cerca estos fenómenos resulta una tarea impagable, sobre todo teniendo en cuenta "que no existe una gran peligrosidad, y se puede aprender mucho sobre estos fenómenos de la naturaleza".

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