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La Graciosa se gobierna sola

Los 720 habitantes de Caleta de Sebo están satisfechos

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En el Senado se escuchó por fin el nombre de La Graciosa. Una isla pequeña, de playas espléndidas y carreteras de arena, en realidad caminos transitados por jeep saltarines o por hileras incansables de turistas sonrosados que van a pie o en bicicleta. Algunos de los senadores tuvieron que preguntar a sus compañeros canarios sobre la situación exacta de este pequeño territorio. En voz baja reconocieron que era la primera vez que habían oído hablar de esta octava isla. También escucharon por primera vez el nombre de una de sus mujeres más relevantes, Margarita Páez, la reconocida ex alcaldesa pedánea Margarona, que se sentía feliz por este reconocimiento, "llevamos tantos años en esta batalla, pero es lo que siempre hemos querido los gracioseros ser igual que el resto de los canarios, ni más ni menos". Los vecinos de Caleta de Sebo y Pedro Barba se han sentido menospreciados con respecto al resto de isleños, y lo que ya no podían soportar, como recordaba la ex alcaldesa "porque me brincan las tripas" es cuando se refieren a Venezuela como la octava isla, "y entonces nosotros qué somos, cabras, y que yo sepa en Venezuela habrá muchos canarios, pero isla canaria, no hay ninguna".

Finalmente después de muchos años de espera y de recoger firmas a favor de esta petición por parte de los vecinos, el Senado aprobaba por unanimidad de todos los grupos la moción que presentó en la Cámara el senador Joel Delgado, con dos enmiendas de Podemos, y que había sido impulsada por el Consejo de la Ciudadanía y apoyada por las instituciones canarias en la que se aboga por declarar a La Graciosa como la octava isla canaria habitada. También se insta al Parlamento canario y a las Cortes a desarrollar en la reforma del Estatuto de Autonomía el compromiso adquirido para que "de esta forma quede clara la existencia de La Graciosa como isla habitada, sin perjuicio de su adscripción administrativa a Lanzarote".

Alegría contenida

En la capital graciosera han recibido la noticia con alegría contenida, en los bares de la isla no se hablaba de otra cosa, "estamos de moda", decían. Ver como el nombre de su tierra aparecía en todos los periódicos a nivel nacional y "también lo pusieron en las teles, que mucha gente ni sabe bien dónde estamos".

Este reconocimiento nacional a una petición que consideran justa sobre todo supone para los 720 gracioseros que viven de manera permanente en este islote de 29 kilómetros cuadrados en una victoria moral.

En ningún caso, este cambio, que ya aparece recogido en la reforma del Estatuto de Autonomía en el artículo 4, en el que se recoge a La Graciosa como la octava isla habitada del Archipiélago, va a suponer que se apruebe un nuevo Cabildo. Como señala Alicia Páez Guadalupe, la concejala responsable para temas de La Graciosa, lo que se pretende es poder crear una pedanía, con un alcalde, y que cuente con un presupuesto propio para que se puedan gestionar directamente los servicios públicos necesarios para los vecinos: "habrá que negociar con el ayuntamiento de Teguise, del que seguimos dependiendo, aquellas competencias que se podrán gestionar desde La Graciosa".

Lo que sí parece evidente es que una vez que el Congreso apruebe la reforma del Estatuto de Canarias y salga adelante estos cambios, lo que supondrá que de una vez por todas La Graciosa adquiera la categoría de octava isla habitada del Archipiélago, los residentes en Caleta de Sebo y Pedro Barba confían en que la primera institución insular pasé a llamarse Cabildo de Lanzarote y La Graciosa, como apunta Alicia Páez, "será un Cabildo que gestionará dos islas".

Uno de los grandes promotores de la campaña de recogida de firmas, Miguel Páez se muestra algo más reticente, insiste en destacar que "aún no se ha confirmado que en el Congreso se apruebe la norma que nos permita a los gracioseros poder formar una pedanía. En la actualidad la ley no lo permite y habría que modificarla".

Páez señala que el camino para lograr que la Graciosa sea reconocida como isla habitada ha sido muy largo y que ahora esperan que el siguiente paso sea que les permitan tener un mayor autogobierno con la posibilidad de formar una entidad local con personalidad jurídica. Se trata de poder contar con un Consejo, y con presupuesto propio que permita responder a las necesidades de un territorio, que en 2017 visitaron, según fuentes del Gobierno de Canarias, casi 144.000 turistas, y mantiene además la condición de espacio protegido dentro del parte del Parque Natural del Archipiélago Chinijo.

De hecho en la resolución final aprobada por el Senado se instaba al Gobierno a modificar la Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local para introducir el hecho de que sea una isla habitada como supuesto singular de entidad local menor con personalidad jurídica, como es el caso de La Graciosa. En la moción presentada se hablaba de la importancia de que su población -tanto residente como turistas- cuente con un buen funcionamiento de los servicios básicos para la conciliación de la vida en la isla con la conservación de sus "extraordinarios valores naturales".

Muchos años después, Margarona al fin podrá olvidarse de aquella famosa frase que solía repetir, "sólo se acuerdan de La Graciosa cuando vienen a enseñar el ombligo", ahora ya queda menos para que quede constancia oficial de que pasa a formar parte de un Archipiélago de ocho islas habitadas y cinco islotes: Lobos, Montaña Clara, Alegranza, Roque del este y Roque del Oeste. Aunque todavía les queda camino.

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