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Entrevista | Marta Mateo Martínez-Bartolomé

"El español es muy poderoso; sólo en EE UU hay más hablantes que en nuestro propio país"

"En el Reino Unido nuestro idioma ya está a la par con el francés en Educación Secundaria y en la Universidad de Exeter los alumnos matriculados en español doblan a los estudiantes de francés y alemán", afirma

Marta Mateo Martínez-Bartolomé. LUISMA MURÍAS

A Marta Mateo Martínez-Bartolomé (Marzo de 1963) no le asustan los cambios y éste, por radical que parezca, tampoco. Asegura con gesto risueño que será "un lujo" dirigir durante los próximos cinco años el Observatorio de la lengua española y las culturas hispánicas en los Estados Unidos, un centro de investigación del Instituto Cervantes en la Universidad de Harvard (Boston). Esta catedrática de Filología Inglesa no sólo cambiará de país en enero, sino también de trabajo. Sin abandonar por completo su pasión por la investigación, se centrará en la gestión. Un papel para el que Mateo está de sobra entrenada: ocupó puestos de relevancia en la Universidad de Oviedo, como directora de Área para Europa y Norteamérica, y responsable de La Casa de las Lenguas. Su inmersión en el inglés empezó "desde pequeñita" en un colegio de Ferrol, adonde su familia se trasladó cuando era una niña. "Hacíamos juegos en inglés, rezábamos en inglés, cantábamos en inglés... Era algo poco habitual para aquella época", cuenta enérgica. Hizo el COU -Curso de Orientación Universitaria, lo equivalente ahora a segundo de Bachillerato- en Londres y fue allí donde terminó de enamorarse de la lengua de Shakespeare. "Influyó mucho mi motivación. Siempre tuve mucha curiosidad por las lenguas extranjeras y, en particular, por el inglés. El Reino Unido es hoy como mi segunda casa", confiesa esta ovetense, que también se defiende con el francés.

Mateo se considera una mujer competitiva consigo misma, perfeccionista y trabajadora. Su carrera académica empezó como profesora de Español en la Universidad de Bath (Reino Unido) y continuó después en España, donde lleva impartiendo docencia desde hace tres décadas. Su línea de investigación se ha basado en el estudio de la teoría y la práctica de la traducción (inglés-español), y más concretamente, en la traducción del humor, del teatro y de los textos musicales. La catedrática de Filología Inglesa asegura que nunca pensó en llegar tan lejos: ser nombrada directora ejecutiva de un centro que estudia el estado de la lengua española en Estados Unidos para dos instituciones tan prestigiosas. Los números a lo que se enfrentará asustan: hay 58 millones de hablantes de español en el país en el que aterrizará el próximo 14 de enero.

¿Cómo ha recibido su nombramiento como nueva directora ejecutiva del Observatorio de la lengua española y las culturas hispánicas en Estados Unidos?

Con mucha ilusión, mucha alegría y también muchísimo respeto. La noticia de mi nombramiento la recibí hace mes y medio estando en Inglaterra -realizó una estancia de investigación en la Universidad de Exeter-, aunque el proceso empezó antes. Para mí es un regalo; el puesto es precioso, muy rico, con un contenido variado e interesante. Aunque supone también un reto, al tener que trabajar para dos instituciones tan prestigiosas como son el Instituto Cervantes y la Universidad de Harvard.

¿Cómo fue el proceso de selección para el puesto?

Me enteré de que iba a quedar vacante el puesto de director y entonces me animaron a enviar mi currículum. Así lo hice y me seleccionaron para hacer una entrevista en Madrid con el director del Instituto Cervantes y con la directora del Observatorio por parte de Harvard. Al cabo de unos pocos meses, me llamaron para decirme que querían entrevistarme por Skype los responsables de Harvard. Y, finalmente, me confirmaron que había sido propuesta.

¿Qué objetivos se marca al frente de este centro de investigación?

Primero tengo que aterrizar. Pero lo que haré será continuar trabajando en la línea marcada por el director saliente -el catedrático de Filología Española de la Universidad de Alcalá Francisco Moreno-, que además fue el encargado de poner en marcha este Observatorio en 2013. Y supongo que la directora por parte de Harvard, Diana Sorensen, me orientará en esta labor. A diferencia de otros centros del Instituto Cervantes, en éste no se dan cursos de español, sino que se investiga sobre la lengua española y las culturas hispánicas en Estados Unidos. Básicamente, abarca cuatro grandes áreas: la lengua española en los EE UU, las minorías lingüísticas y las culturas en contacto, la enseñanza del español, y la cultura y el pensamiento en esta lengua. Eso por un lado, por otro se desarrollan actividades muy variadas: conversaciones con escritores, compositores, directores de teatro, periodistas... Además, hay una estrecha colaboración con los consulados de España en Boston y México. Yo podré colaborar en los proyectos de investigación, pero sobre todo mi papel allí será gestionar esos estudios, proponer temas y conseguir que las actividades se amplíen.

El objetivo final de esa labor investigadora es saber en qué estado se encuentra el español en Estados Unidos.

Exacto. Es servir de reflexión, de diagnóstico y de análisis de la lengua española y de las culturas hispánicas en EE UU, con un objetivo último de promocionar el uso del español y su aprendizaje, además de mejorar su situación como lengua de calidad. Uno de los retos que se marca el Instituto Cervantes es incrementar el uso del español en ámbitos donde todavía no está demasiado extendido, como la ciencia e internet.

¿El número de hispanohablantes aumenta o disminuye en Estados Unidos?

El español no hace más que crecer. No sólo en EE UU, sino en todo el mundo. Prueba de ello son los datos de 2018: hay ya más de 480 millones de personas que tienen el español como lengua materna. En Estados Unidos son casi 43 millones quienes tienen un dominio nativo del español y 15 millones quienes tienen competencia limitada; es decir, que lo hablan, pero no de manera fluida. Nos referimos en este último caso a la lengua de herencia, personas que han aprendido el español en casa pero que poco a poco lo han ido perdiendo en beneficio de una lengua más potente en ese contexto, como es el inglés. Con todo, hay 58 millones de hablantes de español en Estados Unidos, lo que demuestra que nuestra lengua es muy poderosa. De hecho, hay más hablantes de español en este país que en España y lo que convierte esta situación aún más interesante es que no es lengua oficial. Otra cifra llamativa: esos 480 millones de hablantes de español como lengua materna que hay en el mundo son más de los que tiene el inglés, que, sin embargo, es la primera lengua en el cómputo global de hablantes (nativos y no nativos). Por delante del español como lengua materna está el chino. Y en términos globales, se calcula que el español tiene 577 millones de hablantes, de los cuales 21 están aprendiéndolo ahora mismo.

¿Ese aumento de hispanohablantes está relacionado con el incremento de la inmigración latina?

Sí, en gran parte sí, pero no sólo. Le puedo decir que en el Reino Unido, donde he estado estos últimos diez meses, hay también un aumento muy grande de hablantes. Yo creo que se percibe el español como una lengua potente a efectos de intercambio cultural y económico.

¿Y qué ha cambiado para que el español sea una lengua cada vez más potente?

Yo creo que la conciencia de las personas sobre la extensión del español. En el Reino Unido nuestro idioma ya está a la par con el francés en Educación Secundaria y en la Universidad de Exeter los alumnos matriculados en español doblan a los estudiantes de francés y alemán.

Comentaba que uno de los objetivos del observatorio es ampliar el uso del español en ámbitos como la ciencia e internet.

Sí, la idea es reforzar el uso del español en internet, por ejemplo en la Wikipedia, en los organismos internacionales y en la ciencia y la tecnología. Es decir, en aquellos ámbitos de prestigio o de gran alcance en los que la lengua no tiene aún un uso proporcional a los números que aporté anteriormente. Y los proyectos de investigación del Observatorio, teniendo en cuenta la larga trayectoria de Harvard, pienso que pueden colaborar a darle al español un estatus más importante.

Pese a ese incremento, cada vez están saliendo a la luz más casos de discriminación, insultos y agresiones a hispanohablantes. ¿Cómo están influyendo las políticas de Trump?

Bueno, yo todavía tengo que aterrizar. Pero claro que supone una limitación a la hora de cumplir los objetivos últimos de reforzar el uso y el prestigio del español en EE UU, aunque no necesariamente en la labor concreta que desarrolla el Observatorio.

Ha estado en la Universidad de Exeter gracia a una beca de movilidad para investigadores senior del Ministerio. ¿Cree que es bueno que exista intercambio de talento entre universidades del mundo?

Pienso que es muy positivo. Lo que pasa es que yo no creo en el blanco o en el negro. Creo que es bueno salir, porque te abre la mente. Pero a la vez considero que alguien que haya hecho la tesis en una Universidad, ¿por qué no va a poder ser aprovechado por ésta? Quedarse en la misma institución académica no es negativo en sí mismo, depende de la persona y luego de lo que hagas. Hay posibilidad de hacer estancias de investigación fuera y luego volver y revertir ese conocimiento en tu Universidad. Yo empecé trabajando en la Universidad de Bath (Reino Unido), después fui a la Universidad de Oviedo, donde hice la tesis, y aquí me quedé como profesora e investigadora. Sin embargo, no he dejado de hacer estancias de investigación casi todos los años; fueran de quince días o de varios meses. Y desde aquí he tenido mucho contacto con otros colegas del extranjero.

¿Su estancia en Exeter a qué respondió?

Fui para hacer un proyecto sobre la traducción de los textos musicales. A lo largo de mi carrera siempre me moví por dos ámbitos: la traducción del humor, que fue mi tesis, y la traducción de musicales, la ópera y el teatro.

¿Por qué se interesó por esa línea de investigación?

Porque soy muy apasionada de la ópera y de la música en general. Empecé a interesarme hace unos años cuando la ópera no se traducía, cuando no existían los sobretítulos. En España la ópera se escuchaba y se escucha en versión original, pero en otros países se combina esa tradición con otra que se conoce como traducción cantada. Es decir, se representan también las obras en la lengua del público. Por ejemplo, en Londres existen ambas versiones, aunque es verdad que predominan más las obras en versión original. Comparándolo con el teatro, la pregunta que me hice yo fue: ¿Qué es lo que tiene la ópera que a pesar de no entenderse la gente la aprecia? Fue así como empecé en este mundo. Y más recientemente me interesé por los musicales, porque curiosamente sí que se representan en versión cantada. Es más, yo pienso que si no fuese así, no hubieran tenido el auge actual.

¿L as carreras de Humanidades siguen estando menos valoradas que las de Ciencias?

Sí, en general, hay que admitir que sí.

¿Y qué se podría hacer para revertir esa situación?

Hay que empezar por valorarnos a nosotros mismos y no aceptar que nos impongan criterios de valoración que son más acordes a las Ciencias. Nos hemos dejando llevar, sin cuestionarnos nada y eso ha ido en detrimento nuestro.

¿A qué criterios se refiere?

Un pequeño ejemplo: cuando yo empecé se valoraba más la publicación de un capítulo en un libro que un artículo en una revista, que es el criterio tradicional de las Ciencias. Y ahora evidentemente lo que cuentan son las publicaciones en revistas en todos los ámbitos. Está bien, pero ¿por qué hay que valorar menos los capítulos en libros o los mismos libros?

¿Qué es lo que le apasiona del inglés?

Me gusta el inglés en general y el español también; creo que somos muy afortunados de tenerlo como lengua materna. Del inglés me gusta mucho su sonido, su ritmo. Me encanta escuchar a los actores porque el inglés a veces me suena como una melodía musical. Me gusta mucho la variedad de acentos, su riqueza de vocabulario, sus matices y sobre todo, insisto, su sonido. Y por eso quizá me dediqué a enseñar la fonética inglesa, que es una de mis asignaturas.

Un mensaje para los jóvenes. ¿Tiene futuro estudiar Filología Inglesa?

Yo creo que sí, todos los grados de lenguas tiene mucha salida. Desde la tradicional de docencia hasta la traducción o los servicios lingüísticos en ámbitos muy diversos. Además estudiar Humanidades pienso que te da una visión de la realidad muy abierta. Una cosa muy habitual en Inglaterra es que mucha gente acaba trabajando en algo para lo que no estudiaron. No digo que sea lo ideal, y evidentemente en algunos sectores no es posible ni recomendable, pero sí que tenemos que estar abiertos.

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