El Consejo Rector del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) designó recientemente a Casiana Muñoz-Tuñón como subdirectora de este centro de investigación, un cargo que afronta con "mucha ilusión" y con grandes retos por delante, especialmente en lo que se refiere a la gestión de los dos observatorios de Canarias. Desde su llegada al IAC en 1984, ha combinado el estudio de las galaxias y la formación estelar con el de la caracterización de la atmósfera.
¿Cuáles son las funciones que le esperan como subdirectora?
El subidrector del Instituto tiene entre sus funciones todas las de director cuando él no está y responsabilidad directa sobre áreas importantes del centro. Es la persona responsable de que se ejecuten los objetivos del Instituto, sobre todo en mi caso porque yo así lo quise, en los observatorios de Canarias.
Llega además en un proceso de gran movimiento tanto para el Roque de Los Muchachos como en el Teide
Se ha vuelto a reactivar. Pero para mí no es nuevo porque tengo un grupo en física de las galaxias y lidero un grupo de caracterización. Ha habido un momento hace unos diez años que estaba la actividad un poco más parada y ahora muchos telescopios se están instalando, muchos están por venir y muchos estamos en la lucha.
¿Y los actuales, como el Gran Telescopio Canarias, están trabajando más? Entiendo que sí al haber más fondos
Hay más fondos aunque no los que nos gustaría tener, pero en el caso del GTC por ejemplo es verdad que está a pleno rendimiento porque desde hace poco ya tiene todos más instrumentos y nuevos que siguen apareciendo. Supone una oportunidad.
¿Algún reto profesional a la hora de asumir el cargo?
Conseguir que se mejoren la infraestructura y la ciencia que se puede hacer desde los observatorios. Es lo más importante. Desde el punto de vista personal, es no convertirme en una gestora porque eso no es mi intención.
Entiendo que no quiere abandonar su ciencia.
No porque creo que es fundamental mantenerla en un centro así. Además el organigrama está establecido de una manera que es buena porque hay mucho equipo de apoyo, hay mucha gente experta en muchos ámbitos y hay diferentes unidades del IAC que están bien estructuradas, lo que permite que los responsables hagamos investigación. La hace el director, Rafael Rebolo, y confío en mantenerla yo. De hecho, en la selección para el cargo se pedía que fuera un investigador activo. Intentaré aprender lo básico para no frenar los procesos, pensar en más cosas que se pueden hacer y seguir en investigación.
En La Palma ya está en marcha la Red de Telescopios Cherenkov (CTA) y está pendiente del Telescopio de Treinta Metros (TMT) y aún queda que se resuelva la ubicación del Telescopio Solar Europeo (EST) y usted habla de mejorar infraestructuras, ¿hay más proyectos por venir?
Es que por ejemplo para que el CTA funcione bien requiere una mejora importante del Observatorio, por eso ya hay un plan estratégico que va a suplir al Observatorio de cosas necesarias. Eso es muy importante y lo gestiona el encargado del Observatorio, pero yo lo que tengo que conseguir es que eso efectivamente se haga. Mi papel además para el CTA es facilitar que se simplifiquen las trabas desde el punto de vista legal. Pero sobre todo para mí es muy importante que una vez que se instale, la ciencia que se haga sea la mejor y que el consorcio internacional que hay detrás de eso genere nuevas oportunidades para el Observatorio.
¿Y en el caso del Observatorio del Teide?
El Teide se puede mejorar, por ejemplo si se instalara el EST, que le dará un respaldo de la comunidad internacional increíble. Tengo un interés particular en que, aunque sea más complicado, los proyectos sean lo más internacional posible. A nosotros nos supone un problema pero al mismo tiempo da muchas más oportunidades y son un arma muy buena porque parten de compromisos y eso nos hace menos vulnerables a los vaivenes presupuestarios locales o del país. Es un escudo de protección para cualquier observatorio. Pero en el Teide tengo un reto o una ilusión que ahora no sé si es viable pero me gustaría y es que aunque sea un observatorio es muy bueno, y con una calidad de atmósfera muy similar a la del Roque pero con la diferencia o su punto débil es que el cielo es más brillante. Creo que es una meta conseguir bajar el brillo de la iluminación de la Isla. A lo mejor estamos en un momento bueno para este tema porque la gente está mucho más concienciada. El IAC fue pionero porque se promulgó en la ley del cielo y en ese momento a la gente no le importaba, pero ahora en las grandes ciudades ya se reclama incluso desde abajo. Estoy intentando organizar un proceso para ver si hay alguna entidad que lidere esto sin que sea tan dirigido desde arriba, algún organismo que lleve algo que contamina mucho, por ejemplo un centro comercial, que apueste por reducir la contaminación lumínica. Es viable y como hay muchos fondos para la mejora de la sostenibilidad, vamos a dar información a la gente para que pueda acogerse a financiación externa.
¿Eso no requiere que la ciudadanía tome conciencia de la importancia de los observatorios?
También. Pero lo que no se puede es tirar la toalla, sería una torpeza pensar que el Observatorio del Teide es peor. Las condiciones naturales son las mismas, pero Tenerife tiene mucha más población que La Palma y esa ley era mucha para la realidad de la Isla. Tampoco había esa concienciación de la importancia de conservar la oscuridad. Así La Palma fue creciendo con infraestructuras nocturnas y ahora es referente. El Teide, por su parte es más amplio. Ha habido proyectos que no se pudieron poner aquí o al menos proponer porque no había sitio para ellos. Hay infraestructuras que necesitan una extensión, La Palma está muy llena y cada telescopio hay que ver dónde se coloca y si además añadimos que el Observatorio del Teide no porque es muy brillante, todavía el espacio es más chico. Creo que estamos perdiendo oportunidades, sobre todo ahora que los observatorios de Canarias están muy cotizados y estoy convencida de que si consiguiéramos que el Teide fuera también oscuro tendríamos más oportunidades de telescopios en Canarias.
Pero, ¿hay algún otro gran proyecto pendiente, al margen del TMT?
Si no viniera el TMT me daría mucha rabia, que aún tengo la ilusión, porque es un regalo bien empaquetado y habría que aprovecharlo. Lo ha hecho una gente que sabe mucho y con una gestión envidiable y de golpe deciden que tu sitio les gusta si no pueden construir en el tuyo. Sería maravilloso sobre todo si tienes en cuenta todo lo que costó el GTC y todo lo que sigue costando que se mantenga, que no llega el dinero, que los instrumentos no se mantienen o que los astrónomos no se pueden pagar, cuando es una bomba de telescopio.
Sin embargo, la astronomía o la astrofísica es una disciplina que sirve de mejor ejemplo de la colaboración internacional
Es un ejemplo maravilloso. No hacemos muchas cosas que den dinero, pero es que además los datos que sacamos son para todo el mundo. Esa es la potencia de la astronomía y es así porque no somos una industria. Lo que pasa es que en nuestro mundo entran muchas capas: de organización, de gestión, de ingeniería, de desarrollo tecnológico,... y todo eso no es tan naif. En general se trata de que todos usemos los mismos datos en nuestras investigaciones, pero hay que hacer que no se genere ningún problema, no podemos crear conflicto porque solo así la ciencia funciona bien.
Ha mencionado la inversión, ¿también le corresponde esa batalla complicada de búsqueda de fondos?
Solo en parte, la pelea en realidad la lleva el director pero desde aquí hay que apoyarla, porque hay muchas instituciones y cada uno con sus intereses y sus excusas, que además cambia según el momento político. Esto es un tira y afloja, nos gusta llevar las cosas al límite en astronomía y hacemos lo mismo con las administraciones, porque también sabemos que están sus prioridades que tienen que tener pero también que tienen margen. Nuestro papel , de un modo claro, es dejar evidente que si algo no tiene una inversión tenemos un problema. Las inauguraciones son fáciles porque el dinero para la inversión inicial pero el día a día no es tanto.
El mejor ejemplo de eso es el GTC, que además se estrenó en medio de la crisis económica.
El GTC tiene grandes problemas ahora y no podemos dejar que los tenga. Ha sido una inversión y un desarrollo tecnológico muy grandes y funciona muy bien, pero la instrumentación hay que actualizarla. Además, lo que nosotros pedimos no es tanto para el paquete con que juegan las administraciones, es como pedirte un café que sé que no te vas a arruinar. Es una lucha en la que no podemos dejar de insistir porque el GTC necesita un apoyo presupuestario importante, más allá de discutir de quién es la culpa de que no lo tenga. Para el IAC es un emblema y para España.
¿Incluso cuando se concluyan la nueva generación, como el propio TMT?
Claro, es que de hecho el TMT tiene contemplado el trabajo que puede hacer el GTC como complementario a lo que va hacer, no van a hacer los dos la misma foto. Ese es el acuerdo que se tiene que hacer para sacar el máximo partido de un sitio y una infraestructura, pero en particular en el caso del GTC, sí que tiene un problema serio porque están intentando seguir adelante con un presupuesto tan ajustado que no les permite mejoras. Es como un ordenador o un móvil que al cabo de unos años hay que cambiarlo porque se convertiría en una papa. Se trata de ver esa pugna de administraciones, en el IAC tenemos la gran ventaja de tener muchas de las que dependemos pero de vez en cuando eso se vuelve en contra y las cosas son culpa de los otros. Lo que GTC necesita para hacerlo bien es nada comparado con otros números y sería una tontería que no se haga cuando ya está en marcha.
