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Las caras desfiguradas

El grancanario Néstor Dámaso del Pino encuentra en la caricatura la expresión artística para superar la timidez | Sus personajes están presentes en numerosos países de Europa y América | Expone en la Sala Cultural de El Corte Inglés

Las caras desfiguradas

El escritor danés Hans Christian Andersen, que alcanzó la fama con cuentos para niños como El patito feo y La sirenita, aparece retratado con su exitoso soldadito de plomo sobre su alargada nariz; el escultor colombiano Fernando Botero, famoso por sus obras de grandes volúmenes, sale expuesto por un rostro redondeado de grandes dimensiones; Teresa de Calcula con unos ojos marcados por el sufrimientos de la población que tanto ayudó durante su vida entregada a los desfavorecidos; y el pintor holandés Vincent Van Gogh toma su forma sobre puntos, que fue una de las grandes aportaciones en sus cuadros. Estas son algunas muestras de las caricaturas de Néstor Dámaso del Pino (1965, Las Palmas de Gran Canaria), que en estos días expone una selección de su obra en la Sala Cultural de El Corte Inglés de Las Palmas de Gran Canaria. Del Pino es un artista del dibujo expresivo, que ha traspasado los continentes. "No voy a ofender ni a herir a nadie con mis dibujos; me gusta más retratar la personalidad y los rasgos de la persona, y para ello los estudio en profundidad antes de pintarlos".

"Yo soy una persona muy tímida y muy crítica. Y esa vergüenza me llevaba a esconder mis obras. Hasta que un compañero de trabajo me dijo: "estas obras no te pertenecen a ti; tienes que sacarlas a la luz". Néstor nació para el dibujo desfigurado, y esta pasión le ha servido también para transformar su vida personal y las relaciones sociales. "Ser introvertido me ha llevado a escuchar el doble".

En el colegio desfiguraba con tiza en la pizarra a sus profesores. Y el mundo laboral le llevó a ser funcionario del Cabildo de Gran Canaria, pero nunca renunció a su gran pasión por la tinta. Cuando era joven le pidieron una caricatura a un equipo de fútbol sala de Bañaderos (Arucas). A los días le devolvieron un sobre con "unas 40.000 o 50.000 pesetas, porque el presidente dijo que esa obra había que pagarla. Se lo di a mi madre; era mucho dinero".

La primera puesta en público tendría que esperar a una muestra colectiva en Centro de Artes Plásticas de Las Palmas de Gran Canaria, en diciembre 2012. Desde entonces no ha parado. Cerca de medio millar de obras expuestas, y más de 50 de ellas se quedaron en depósito en las paredes de casas-museo, fundaciones e instituciones de Canarias, el resto de España, Italia, Grecia, Portugal, Rumanía y Estados Unidos.

Pinta a mano con rotulador de tinta permanente, "aunque no lo puedas borrar', y con la acuarela en el color; juega con las medidas, "porque necesitas los contrastes'; y defiende que un buen caricaturista debe ser un buen dibujante, "pero un dibujante no siempre es un buen caricaturista; sobre todo al retratista le cuesta más y no arriesga. La clave es ser atrevido, un juego entre el parecido y el puzzle". En definitiva, "dentro del desorden, juegas con los parecidos y la armonía". Para ello busca fotos y mucha biografía, que le sirve para el simbolismo, prefiriendo el blanco y negro, "que es más purista", sobre el color, "aunque algunos personajes lo requieren más que otros".

Cuando hay que hablar de sus referentes no duda en hablar de tres canarios: Cho Juaá (Eduardo Millares Sall), Rafaely Bethencourt y Harry G. Beuster. "Los tres juegan con las líneas".

El paso de los años le ha llevado a una evolución de la obra. "Antes era más grotesca, y ahora busco extraer más la personalidad del retratado, con un sello propio".

Tal vez esa timidez personal es la que le ha llevado a ser un artista "que no me gusta herir" con su obra. Pero también eso le ha abierto muchas puertas en los museos. "Yo no voy a la burla; es serio y casi va al retrato. A lo mejor es una nueva versión de la caricatura, porque no me salgo de la caricatura tradicional". Y su obra se centra en retratos (caretos).

La Casa Museo Pérez Galdós cuenta con un trabajo sobre el escritor, y otros personajes de la cultura. Al igual que la Casa-Museo León y Castillo de Telde, y la de Antonio Padrón de Gáldar, además de la Casa Gourié de Arucas, la Fundación Pancho Guerra, y la Nanino Díaz Cutilla, entre otras en el ámbito local. Consta en su haber con unas 50 exposiciones individuales y colectivas, en los citados países y en comunidades autónomas como Asturias y el País Vasco y en las distintas islas.

Y es muy severo con el trabajo final: puede pasar casi 10 horas en la mesa de trabajo para un dibujo, sobre todo si es a punto. Y, admite que también se ha dibujado a sí mismo, "y ha estado expuesto". Con cierta sorna dice que "yo no me voy a ofender, con otros hay que tener más cuidado...". En este sentido admite que el mundo de la caricatura también está sometido ahora a muchas 'sensibilidades' y presiones por el momento que vivimos.

Néstor Dámaso del Pino es presidente de la Asociación Canaria de Humoristas Gráficos y Caricaturistas Se nos fue el baifo, y miembro del la Asociación española y del sindicato mundial.

En Rumanía fue galardonado con el Gran Premio por el Retrato Caricaturizado del poeta rumano Mihai Eminescu, y con el primer premio en un Simposum Internacional avalado por universidades rumano-moldavas. Así como el primer premio en el Suimposium Internacional Fereastra Catre Stele, en Moldavia, entre otras distinciones.

La nueva exposición recoge a 27 personajes: Berbel (España), Charles Dickens (Inglaterra), Mircea Eliade (Rumanía), Manuel Díaz Martínez (Cuba), Ch. Baudelaire (Francia), Van Gogh (Holanda), Frank Kafka (Chequia), James Joyce (Irlanda), Artur Schopenhauer (Alemania), A. Lincoln (Estados Unidos), N. Kazantzakis (Grecia), A. Chejov (Rusia), G.Verdi (Italia), Hergé (Bélgica), M. Cesariny (Portugal), Botero (Colombia), Frida Kahlo (México), M. Bulgakov (Ucrania), Henrik Sienkiewicz (Polonia), Jaime Cortázar (Argentina), Ara Malikian (Armenia), C. Kavafis (Egipto), Hans C. Andersen (Dinamarca), Mario Benedetti (Uruguay), Teresa de Calcuta (India), M. Chukri (Marruecos) y Johann Strauss II (Austria).

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