El coronel Vicente Torres tomó en agosto el mando de la Jefatura del Estado Mayor EUTM en la base de Bamako (Malí). Desde su despacho analiza la situación que se vive en el país y los objetivos que tienen para que el ejército maliense pueda hacer frente al terrorismo y a los conflictos interétnicos.
Ha estado en Bosnia, Kosovo, Libano y Afganistán, y esta es su quinta misión. ¿Qué diferencia hay con las anteriores?
Hay muchas. Esta misión está dedicada únicamente y exclusivamente a adiestrar a las fuerzas armadas malienses. Es una misión de la Unión Europea de las llamadas "no ejecutivas". Nuestra misión se desarrolla bajo un mandato de la Unión Europea, siendo este el cuarto mandato desde que se inició la misión en 2013. El mandato actual tiene por finalidad el apoyo a las Fuerzas Armadas malienses y al Ministerio de Defensa, mediante actividades de asesoramiento, formación y de adiestramiento, de manera que se consigan unas fuerzas armadas que contribuyan eficazmente a la defensa del territorio y a la protección de la población. También tenemos responsabilidad sobre el asesoramiento, formación y adiestramiento a la Fuerza Conjunta de G5S para apoyar su operatividad. Estamos aquí en definitiva para ayudar al país a tener unas fuerzas armadas adiestradas que le puedan garantizar una estabilidad. Estas fuerzas armadas se están enfrentando ahora a un enemigo que nosotros conocemos en nuestros países como asimétricos, en especial la amenaza terroristas. Este país ha estado castigado por los conflictos interétnicos y ahora se encuentran con una nueva amenaza [el terrorismo yihadista] que es difícil de contener para ellos. Y nosotros estamos aquí para formar a unas fuerzas armadas que cuentan ya con un bagaje de relaciones muy bueno. Es un ejército con coroneles y generales que tienen cursos de formación militar en Francia, China y Rusia. En Afganistán estuvimos para seguridad y para adiestrar y veíamos cómo el ejército afgano combatía.
La situación en Malí se ha agravado con conflictos étnico en Mopti y ataques en la frontera con Burkina Faso.
La situación en Malí es un tanto preocupante. Sí que hay muchos más incidentes con los grupos terroristas armados que están en el centro del país y sobre todo los incidentes con Burkina Faso. Esto lleva consigo que la población está descontenta porque ve que su ejército no puede hacer frente a esos ataques y les culpa de la falta de seguridad. Aparte, las familias están preocupadas por el futuro de su hijos o maridos que tienen que ir a ocupar posiciones y ha habido algún ataques con más muertos de los que se esperaba. Unido a esto, la población percibe que las fuerzas internacionales tampoco consiguen estabilizar el país. No hay que olvidarnos del conflicto interétnico, que sigue estando latente y hace que se complique mucho más la situación de seguridad y estabilidad, principalmente en el centro y norte del país. ¿Cual es la preocupación? Estabilizar ese centro para expandir hacia esa zona y hacia el norte la estabilidad con la que se cuenta en Bamako, el oeste y el sur. Existe una gran preocupación por evitar que esa desestabilización del centro de Malí afecte al resto del país.
En 2015 se firmó un acuerdo en Argel con los rebeldes del norte, pero parece que ni eso ni la presencia de los militares europeos han servido para conseguir la paz. ¿Hay solución?
El esfuerzo es continuo a la hora de proporcionar a las fuerzas armadas malienses todo el apoyo para mejorar tanto su organización como su formación y entrenamiento. No dudo que otras instancias logren alcanzar un acuerdo que permita pacificar la zona y evitar más muertes. Ojalá tengamos la llave maestra para evitar cualquier tipo de conflicto, pero no la hay. El acuerdo de Argel es el que se pretende garantizar a toda costa. Se está luchando desde todos los países. Pero siempre hay elementos que no permiten alcanzar los acuerdos necesarios y son caldo de cultivo para fomentar la expansión de grupos terroristas islamistas, mantener también los conflictos tradicionales interétnicos, protestas de la población contra el gobierno, y contra los países que están aportando fuerzas militares. Hay un buen entramado que está generando suficiente problemas como para poder ahora mismo decir que la situación está calmada. o que está en vía de solución. Por otro lado, hay un total interés en redoblar el esfuerzo de la comunidad internacional para mantener el apoyo a todas las acciones que permitan dotar a Mali de la estabilidad y seguridad necesarias.
