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Canarios y, sin embargo, extranjeros

Fernando Cabrera, promotor de Canarios sin alas, cuenta las peripecias de quienes viven fuera y quieren visitar a su familia en el Archipiélago | "Venir en Navidad o a un duelo es misión casi imposible", se lamenta

Fernando Cabrera (a la izquierda) y su esposa, Lara, junto a sus hijos Julia, Mario y Hugo –de izquierda a derecha, entre sus padres. (l) lp/dlp

Fernando Cabrera comenzó hace más de cuatro años una recogida de firmas en la plataforma digital change.org cansado porque llevaba más de 20 años en Madrid y regresar a su tierra se había convertido en una odisea económica, harto de ver cómo sus amigos y conocidos podía coger un tren, una guagua o un taxis y pasar el fin de semana con su familia y él, sin embargo, se veía atrapado por la distancia física y la imperativa necesidad de tener que coger un avión para volver a Tenerife.

Fernando Cabrera, natural de SantaCruz de Tenerife, actor y director de doblaje ?entre otros trabajos ha puesto la voz a Sheldon Cooper en The Big Bang Theory entre decenas de personajes de la gran pantalla?, asegura que a veces parece que "no soy español". "Tengo un compañero argentino y cuando hablamos, tenemos los mismos problemas: llevamos el mismo tiempo sin ir a visitar nuestras familias por el alto coste que supone adquirir los pasajes de avión". Junto a la campaña que inicio hacer cuatro años en change.org, tambiénFernando Cabrera dirigió una carta al Defensor del Pueblo advirtiendo del agravio comparativo que existe por empadronarte en otra comunidad autónoma. Eso, unido al debate moral que se abre cuando le reprochan que defraudan aquellos que mantienen su residencia en Canarias después de trasladarse a otra comunidad autónoma de la Península. "Te metes en un debate casi existencial: tienes que elegir entre mantener la residencia canaria que te permite descuentos en los pasajes aéreos y así poder ir a ver a tu familia o cambiar la residencia para tener la tarjeta sanitaria, y por tanto asistencia médica, o estar empadronado para que tus hijos accedan al colegio, poder comprarte un coche o una vivienda", explica, hasta el punto de simplificar: "Debes elegir entre tu familia o tener asistencia médica".

Fernando Cabrera recuerda que otros españoles no pierden nada por empadronarse en Madrid, como es su caso, o en otra autonomía. "Tengo compañeros de Cáceres que cada dos por tres se van a ver su familia. Yo me he perdido las bodas de todos mis amigos por vivir en la Península".

Aquella recogida de firma de hacer cuatro años en change.org se viralizó y rápidamente se pusieron en contacto con Fernando muchos canarios que residían en Valencia, Cáceres, Barcelona, Galicia... Fue la génesis de la asociación Canarios sin Alas.

En los inicios de la búsqueda de apoyos para aglutinar el mayor número de apoyos, Fernando Cabrera solicitaba al Gobierno que articulara medidas que limitaran a los precios de las aerolíneas para facilitar que los residentes se puedan seguir beneficiando de los descuentos y los nacidos en Canarias, Baleares,Ceuta o Melilla que se han establecido fuera de la Península puedan volver regresar a su tierra. En este caso, planteaba la posibilidad que el Ejecutivo central pusiera un tope a los billetes y no lo dejara al criterio de la oferta y la demanda.

La campaña encontró rápidamente eco en canarios de toda España, incluso personajes nacidas en el Archipiélago y conocidas por su proyección en el mundo de la cultura, el deporte o la comunicación prestaron rápidamente su colaboración, como Pilar Socorro, ManoloVieira, Germán López, Olga Serpa, Luisa Machado, Alexis Hernández, Kiko Barroso..., a diferencia de otros profesionales que gozan de reputación y que, aunque nacidos en Baleares y también afectados por la triple insularidad, dejaron caer en saco roto la demanda de ayuda que les pidió Cabrera, caso de Rafa Nadal o Llum Barrera, entre otros.

Por eso se adoptó el nombre de Canarios sin alas, más allá del juego de palabras que permite figura del canario y la imposibilidad de volar a pesar de tener alas. La asociación está constituida y registrada. El objetivo es impulsar la actividad y hacerse visible con la instalación de mesas, vallas publicitarias o pancartas en aeropuertos, por lo que precisan de donaciones o fijar cuotas. Nace ahí el otro problema: "Estamos desperdigados. Somos canarios que estamos en diferentes lugares del territorio peninsular y que a penas nos conocemos salvo por las videollamadas telefónicas", admite.

Fernando Cabrera explica que Canarios sin alas no pide retirar el descuento de residente. "¡En absoluto. Lo que pedimos al Gobierno es que fije un máximo en las tarifas aéreas. Supongamos que durante todo el año se establece que las aerolíneas deben cobra 100 euros a quienes quieran viajar a Canarias desde Madrid. Los isleños que no tienen el descuento pagarían los 100 euros y los residentes canarios los 25 euros que restan tras la aplicación del 75 por ciento de descuento".

El promotor de la asociación hace historia y recuerda que el origen del descuento por residente fue por facilitar el traslado a aquellos peninsulares que iban a trabajar a Canarias, para que pudieran regresar a ver a sus familias. Se fijo un recorte en el precio de los billetes que comenzó siendo del 10%, pero de poco sirvió porque las compañías aéreas elevaron el precio de los pasajes; luego se incrementó el descuento al 33%, y las aerolíneas también reaccionaron al alza, al igual que ha pasado cuando se fijó en el 50% y en la actualidad en el 75%.

La solución

"Las compañías suben los precios y dejan sin efecto los descuentos con el perjuicio para quienes no tienen ese beneficio y vemos cómo se elevan cada vez más los precios. Cuando me enteré que se fijaba el descuento del 75% en los pasajes aéreos me eché manos a la cabeza porque sabía que eso iba a suponer que nos iban a subir los precios de los billetes, como ha ocurrido".

"Esas decisiones nos complica la vida a los canarios que vivimos fuera de nuestra tierra y provoca el desarraigo; nos desvinculan de nuestra tierra", comenta FernandoCabrera casi con desespero, como una voz que clama en el desierto. "También el resto de españoles tienen derecho a visitar ese trocito de España", añade. Y pone un ejemplo. "En la reciente crisis turística que provocó la quiebra del operador Thomas Cook se articularon en semanas, casi días, subvenciones y ayudas. A nosotros solo nos llaman en las campañas previas a las elecciones", se lamenta.

"No queremos quitar a nadie la necesidad de salir de Canarias, pero tampoco queremos que nos priven de la necesidad de volver a ver a nuestras familias".

Fernando Cabrera invita al lector a ponerse en el papel de un canarios sin alas: "No podemos viajar cuando queremos. Si tenemos hijos, debemos de hacerlo cuando están de vacaciones o días libres, y justo es cuando las aerolíneas suben los precios. Si surge un contratiempo familiar, como el fallecimiento de un abuelo o abuela, comprar un billete aéreo sobre la marcha es prohibitivo. Muchos han tenido que optar entre pedir dinero prestado, o un préstamo, o no acudir.

Un ejemplo: una familia con cinco personas ?la pareja y tres hijos? te puede costar 1.500 o 2.000 euros, y eso incluso con descuento de familia numerosa. Sin embargo, el tren está subvencionado para extranjeros. Al final, los extranjeros somos nosotros".

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