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Un canario de DIEZ

El sábado se cumple una década de la muerte del expresidente del Gobierno canario Adán Martín víctima del cáncer | “Antepuso el interés por las Islas a su enfermedad”, dice Lorenzo Olarte

Adán Martín, en noviembre de 2006 Cristóbal García / Efe

El próximo sábado se cumplen diez años del fallecimiento de Adán Martín Menis (1943-2010), expresidente del Gobierno de Canarias (2003-2007) y uno de los políticos más valorados por la ciudadanía de las islas —también por la clase política y empresarial— que aún hoy se emociona cuando recuerda al mandatario tinerfeño a quien el cáncer le arrebató la vida con 66 años tras más de once batallando contra un linfoma. De hecho, su brillante legislatura regional la dirigió ya tocado de salud y, pese a ese importante factor, se considera su actividad pública en ese periodo —primero como vicepresidente del Gobierno y después como presidente— la época de mayor modernización de Canarias, unos años en los cuales se establecieron las líneas que el Archipiélago debía transitar —y transita— en el futuro, fórmula que ya ensayó con éxito Martín en Tenerife donde desempeñó funciones como concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife (1979-1987); presidente del Cabildo de Tenerife (1987-1999) y diputado por Tenerife en el Congreso de los Diputados (1993-1996/1999-2007).

Cosas del destino pero seguro que cuando el arquitecto Fernando Martín Menis diseñó la sede de Presidencia del Gobierno de Canarias no pensó jamás que aquellos muros de piedra en Santa Cruz de Tenerife acogerían los restos mortales de su hermano mayor. Sucedía el 11 de octubre de 2010, horas después del fallecimiento en el Hospital Clínico de Barcelona del expresidente a las cuatro de la madrugada del domingo día 10. La Provincia publicó una edición especial esa mañana en papel con la triste noticia mientras la edición digital de La Opinión de Tenerife —hoy El Día/La Opinión de Tenerife— informaba también del óbito a sus lectores en plena madrugada. Desde ese momento y a lo largo de la semana —incluyendo los tres días oficiales de luto decretados por el Gobierno de Canarias— medios de comunicación, la opinión pública y sobre todo la familia y los amigos de Adán vivieron casi en shock una situación que no por esperada fue menos dolorosa e impactante ya que Martín Menis había logrado cierta estabilidad dentro de la gravedad de su dolencia. “Se trata de ganarle tiempo a la enfermedad”, reconocía el propio expresidente en una entrevista donde hablaba de su enfermedad a la que se enfrentó de la misma forma que abordaba cada uno de sus proyectos políticos, con tenacidad, sin dramatizar en exceso y volviendo a emplear su característico talante, elegancia que le llaman algunos, para afrontar de manera discreta su dolencia.

Pertinaz en su propósito de ganar tiempo y pese a los dos trasplantes que se le realizaron, su obsesión fue arrancarle minutos a la certera muerte, el único final seguro. “El tema de la enfermedad lo llevaba siempre su esposa [Pilar Parejo]; siempre decía que bastante tenía ya con ser él quien padecía el cáncer”, contaba esta semana Dulce Xerach, viceconsejera de Cultura del Gobierno de Canarias durante la legislatura de Adán y, cosas de la vida, finalmente su cuñada tras casarse ella con el arquitecto Fernando Menis.“Yo no creo que exista nadie que haya dejado de mandar flores”. La frase de una de las 400 personas que en la primera hora del lunes día 11 de 2010 visitaba la capilla ardiente, con el féretro de Adán instalado en la sede de Presidencia, resume lo que sucedió en Canarias aquellas aciagas jornadas con Santa Cruz de Tenerife como epicentro y el resto del Archipiélago en el papel de perplejos espectadores ante el ataúd del dirigente canario. Afortunadamente, no se puede comparar su despedida con la de ningún otro presidente autonómico de Canarias, ni tampoco de otras comunidades españolas, ya que Adán Martín era hasta octubre de aquel año el único mandatario autonómico en la etapa democrática del país que había fallecido, pero lo cierto es que la primera impresión de aquella mujer en el velatorio resumía una realidad: nadie ocultó su cariño y respeto al político, por encima de colores y siglas. Había coronas de los siete cabildos, numerosísimos ayuntamientos, los ex presidentes autonómicos, varios colegios profesionales, partidos políticos, asociaciones de vecinos, colectivos empresariales, AENA, Cruz Roja, el Gobierno de España, particulares... José Manuel Soria, Rita Martín, Pilar Merino, Juan Carlos Alemán, Paulino Rivero, Francisco Hernández Spínola, José Antonio Valbuena, Miguel Zerolo, Inés Rojas, Gloria Gutiérrez, Milagros Luis, Mercedes Roldós, Juan Ramón Hernández, Jorge Rodríguez, Marisa Tejedor... Uno a uno fueron acercándose a la vera del féretro para ofrecer su último adiós a Adán Martín esa jornada.

Los expresidentes autonómicos de Canarias, casi todos mayores que el fallecido, también acudieron a despedir al primero de ellos que se marchaba. Lorenzo Olarte, Jerónimo Saavedra, Román Rodríguez y Manuel Hermoso destacaron la lucha infatigable que Adán Martín libró durante once años contra la enfermedad y su entrega a la gestión pública. En concreto, Olarte comentó que “antepuso sobre todo los intereses de Canarias, incluso los puso por encima de su salud”.

Quienes le conocieron aseguran que, pese a que mantuvo la enfermedad dormida seis años, cuando el cáncer despertó de nuevo Adán Martín decidió que la vida debía continuar y para hacérselo más difícil aún a la enfermedad el 16 de enero contraía matrimonio con Pilar Parejo en una sencilla y emotiva boda donde ambos se mostraban radiantes como cualquier otra pareja a la que espera toda una vida juntos, hasta que unos meses más tarde la situación volvía a virarse y el destino decidía escribir, sin piedad, las últimas líneas de la biografía del expresidente.

Adán Martín dejó el legado de su dilatada trayectoria política en las instituciones por donde pasó, un dato que puede resultar baladí pero que sin embargo retrata quién era este chicharrero ya que, cuando llegó a la presidencia del Gobierno de Canarias y como había hecho en su etapa como máximo responsable del Cabildo tinerfeño, su única preocupación fue ser presidente de todos los que le habían votado en el Archipiélago. Una de sus colaboradoras más estrechas recuerda al respecto que Martín Menis “llegaba con el hándicap de pertenecer a ATI y quería sacudirse esa imagen, sobre todo porque había dirigido el Cabildo de Tenerife. Se dedicó a conocer la realidad de las islas y las recorrió todas en varias ocasiones además de tener a un grupo de colaboradores en cada una de ellas para tener una visión más amplia”.

Cuentan también desde su entorno que le gustaba rodearse de gente joven “y escucharlos”. Dicen que tardaba en tomar decisiones “porque lo consultaba con todo el mundo mundial”. Estaba todo el día estudiando: “no leía libros sino informes”, recuerdan antes de relatar que al estar al día de quién era quién en cada tema que trataba solía asignar a sus colaboradores tareas específicas como por ejemplo, explica Xerach Pérez, “acercarnos a las personas que eran clave en el asunto que quería abordar”. Su cuñada no olvida el interés que mostró “para que yo estableciera una buena relación con un importante personaje de la vida cultural marroquí”, consciente Adán de que ese acercamiento se traduciría en una mejor relación con el Gobierno alauita.

En ese sentido, aquellas estrategias le sirvieron para tratar con Marruecos —junto a María Teresa Fernández de la Vega— fórmulas que ayudaran a frenar la crisis de las pateras y los cayucos, cuando sólo en 2006 llegaron a Canarias más de 30.000 inmigrantes, una tragedia humanitaria que le preocupó y en la cual tuvo siempre la complicidad del político socialista José Segura, Delegado del Gobierno en Canarias en aquella época. José Luis Rodríguez Zapatero, de hecho, por entonces presidente del Gobierno de España, recordó a Adán Martín tras su muerte como un “defensor coherente de los intereses del pueblo canario” que, no obstante, “supo hacer compatibles con la cooperación con los poderes del Estado en una muestra clara de colaboración institucional”.

Viajero, curioso, europeísta, empático… “Como jefe era un primor, súper simpático, cachondo y muy padre”, añade otra de las personas que trabajó junto a Adán en el Gobierno de Canarias. “Cuando ya como expresidente viajaba por las islas”, dice, “siempre llamaba a sus colaboradores para ver cómo estábamos y si habíamos conseguido trabajo” tras la abrupta desintegración de su equipo en el Gobierno regional cuando Paulino Rivero le relevó. El grado de afecto que alcanzó entre la sociedad de toda Canarias se resume con el gesto de los taxistas del Archipiélago que cuando le reconocían se negaban a cobrarle la carrera.

Sin querer entrar en detalles que, de nuevo, puedan generar polémicas sobre la salida de Martín del Gobierno de Canarias su entorno profesional insiste en que los últimos años de vida del expresidente estuvieron marcados por la pena que sintió al verse relegado de la actividad política de este Archipiélago Atlántico cuyos problemas, como decía Olarte, siempre antepuso a la enfermedad que finalmente se lo llevó.

Archivo de los expresidentes

Por petición de la familia de Adán Martín Menis, de cuyo fallecimiento se cumplen diez años el próximo sábado, Canarias tendrá un archivo histórico con la documentación y los legajos que acumularon durante su actividad pública los presidentes canarios democráticos. Los familiares del expresidente (2003-2007) se han dirigido tanto al Gobierno de Canarias como al Parlamento para transmitir su intención de ceder su archivo histórico, una iniciativa que se traduce en una Proposición No de Ley que ha contado con la aprobación de todos los grupos parlamentarios, que elevan la petición a la Mesa de la Cámara para que se apruebe en las próximas semanas. Fue a raíz de esa pérdida [la de Adán] cuando en su familia tomaron conciencia de la importancia histórica que su archivo personal podía tener y por ende el del resto de los expresidentes. Con el fin de apostar por los valores de la democracia en la historia de las islas es importante tanto la conservación como la digitalización y divulgación de este patrimonio político que los dirigentes del Archipiélago atesoran en su casa. Pese a que la titularidad de los archivos históricos provinciales es estatal pero su competencia es del Gobierno de Canarias, sería conveniente para todos los investigadores interesados que dichos archivos estuvieran juntos y organizados de manera que fuera posible su estudio y divulgación, eso sí, siempre con las condiciones que cada familia o los propios expresidente estipulen.

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