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¿Hay vida en Venus?

Aún debemos esperar unos años más para despejar la incógnita ya que hasta el 2026 no está prevista una nueva misión de la NASA, con el nombre de Davinci+

¿Hay vida en Venus?

A mediados de septiembre utilizando el telescopio James Clerk Maxwell de Hawái, el equipo de la profesora Greaves identificó por primera vez huellas de vida en Venus. Se había detectado en las nubes que cubren el planeta un gas de fósforo e hidrógeno (PH3), la fosfina o fosfano, que en la Tierra aparece como resultado de algunos procesos biológicos. Naturalmente, el que ha sido encontrado en Venus puede proceder de otros procesos químicos pero es un indicio muy fuerte, ¡podría haber vida en Venus!, que hay que estudiar mejor y que obligará a mandar nuevas misiones a Venus.

Venus es el planeta más cercano a la Tierra y en su momento más favorable es el astro más brillante del cielo después del Sol y de la Luna. Fue conocido e identificado como estrella errante, es decir como planeta, desde la antigüedad clásica. Al estar situada su órbita entre el Sol y la de la Tierra es un planeta “interior” que debe preceder al Sol como lucero del alba al amanecer, al que los romanos llamaban Lucifer (hijo de Júpiter y de la Aurora, es el jefe conductor de todos los demás astros, cuida los caballos y el carro del Sol), o bien seguir al Sol como estrella de la tarde (Vesper era su nombre, hermano de Jápeto y Atlas, habitaba una comarca situada en el oeste del mundo llamado Hespérides), lo que hizo que en Roma pensaran que eran dos planetas distintos, pero, al igual que ocurrió con Mercurio, acabaron por identificarlos como uno solo al que dieron el nombre de la diosa de la naturaleza y del amor, Venus, trasposición de la diosa griega Afrodita.

Venus le dio muchos quebraderos de cabeza a Ptolomeo (siglo I d.C.) ya que las fases que se observan, para él eran solo cambios de brillo y tamaño, son totalmente incompatibles con su modelo geocéntrico. Galileo, que lo observó en el 1600, vio que sus fases eran semejantes a las de la Luna, también con luz reflejada de lo que en aquel momento se dudaba, y que se podían explicar perfectamente en el modelo de Copérnico, aunque también en otros como el de Tycho Brahe que no exigían la teoría heliocéntrica. No eran, por tanto, una prueba contundente en contra del geocentrismo defendido por la Iglesia.

Venus está en fase “nueva” (siguiendo la terminología lunar), cuando se encuentra entre el Sol y la Tierra. Naturalmente no se ve más que cuando ocurre un tránsito sobre la superficie solar, lo que solo pasa dos veces cada más de cien años (el último ocurrió en 2012; ahora hay que esperar al 2117). Luego se aleja de la Tierra en fase creciente y muy brillante, llega a colocarse en conjunción superior para la fase de Venus “nueva” que es cuando está más alejado de la Tierra, al otro lado del Sol y se ve con un diámetro mínimo. Vuelve a acercarse a nuestro planeta en fase decreciente con menos brillo y todo el proceso se repite cada 584 días. Quizá el tránsito más famoso fue el del 3 de Junio de 1769, que se quiso utilizar para comprobar la distancia de la Tierra al Sol. Varios Estados contribuyeron al éxito de las observaciones, así que en Europa hubo cincuenta estaciones, en Asia seis, y diecisiete en América. Con este objeto envió el gobierno inglés al capitán Cook a su célebre viaje con destino Tahití. Los resultados no estuvieron a la altura de las expectativas y hubo que esperar otro siglo para tener un buen dato.

Poco más se sabía de este brillante planeta ya que su atmósfera densa no permitía ni fijar su rotación, retrógada con una duración de 243 días, ni conocer su superficie que ahora sabemos salpicada de cráteres. Las cosas empezaron a mejorar en 1930 cuando nuevos y potentes métodos de observación empezaron a dar más datos de este planeta hermano de la Tierra, tan parecidos entre si, rocoso y con un 80% de su masa. Se supo que su atmósfera era de dióxido de carbono, con nubes de ácido sulfúrico y de unos treinta kilómetros de altura. En la parte alta de esa atmósfera la temperatura es de treinta o cuarenta grados y ahí es donde podría haber microorganismos que produjeran el fosfino.

En 1962, el Mariner II, americano, pasó a unos cuarenta mil kilómetros de su superficie y envió datos que confirmaban que su superficie estaba muy caliente. Las sondas rusas Venera IX y X, ya en 1975, se posaron en su superficie mandando cantidad de nueva información sobre su atmósfera, su presión atmosférica, unas noventa veces superior a la soportada en la Tierra, y su temperatura, casi de 500 grados centígrados. Era evidente que con esas condiciones tan duras no se podía mandar una nave tripulada y el objetivo de la presencia humana en el espacio exterior se centró en Marte, más alejado pero algo, poco, menos hostil.

Mitologia y arte

Cuando los romanos bautizaron a los planetas eligieron a Marte, dios de la guerra, para el planeta rojo, y a Venus, diosa de la naturaleza y el amor, como ya dije, para el lucero de la tarde que tenía un brillo suave y amoroso. Afrodita, su correspondiente griega, no era tan adorable, ya que tuvo frecuentes desencuentro con otras diosas, con su marido, el maltrecho Hefesto, al que engañó reiteras veces entre otros con Marte, y que además ni siquiera ocupaba un sitio en el Olimpo de Zeus.

Lo que sí hicieron los griegos con Afrodita, que luego hemos romanizado como Venus, es crear una iconografía que tiene su punto de partida con las dos “Venus” (en realidad dos “Afroditas”) de Praxíteles alrededor del 360 a.C., que esculpió, una vestida para Cos y otra desnuda para Cnido. Se cree que el modelo que empleó Praxíteles para la Afrodita de Cnido fue Friné, una cortesana de extraordinaria belleza que fue juzgada por “impiedad”. Su pecado consistió en bañarse desnuda en el mar de Eleusis, cerca del templo de Poseidón. Se dice que Apeles la vio y la tomó como inspiración para representarla como Venus saliendo del agua (anadyomene). Su defensor, Hipérides le pidió que se desnudara ante los jueces quienes al ver tanta belleza la absolvieron.

Hasta ese momento el desnudo escultórico era casi todo masculino, quizá por eso estas representaciones de mujeres desnudas muchas veces se hacen con las manos tapando sus encantos más deseados: son las “Venus púdicas”. Esto dio lugar a las dos Venus, una Venus Celestial que vive en la zona más alta, supralunar, del universo (estamos siguiendo a Aristóteles), y la belleza simbolizada por ella es el esplendor primario y universal de la divinidad (así lo dice Fritz Saxl). La otra Venus, es la Venus Vulgar. Su morada es la zona entre la Mente Cósmica y el mundo sublunar, o sea la región del Alma Cósmica.

La Venus desnuda, o Venus de Cnido es la que conquistó el corazón de los hombres y se repitió con incontables copias algunas de las cuales han llegado hasta nosotros. En Roma, los Museos Vaticanos tiene la que se considera mejor copia: la Venus Colonna. Sin salir de esa ciudad, en el museo Altemps hay otra copia magnífica, la Venus Ludovisi y una más en el Museo Capitolino. En Nápoles, en el museo arqueológico encontramos la Venus Calipigia (“la de las hermosas nalgas”) una copia de otra Afrodita clásica. En París, el Louvre custodia, no está claro que sea suya, la Venus encontrada en Milo en 1828. Y así, hasta más de doscientas. También las había, y las hay hermafroditas. Una era la Venus barbata. Se encontraba en Roma y representaba en la parte superior a un hombre de abundante cabellera y barba, mientras su parte inferior tenía figura de mujer. Esta singular estatua fue consagrada a la diosa en una ocasión en que a consecuencia de una epidemia las damas romanas perdían el cabello atribuyéndose a Venus su cura. Otras enfermedades (venéreas) relacionadas con el sexo también se relacionan con Venus.

Y en pintura se da el mismo fenómeno. Perdidas la mayoría de las representaciones griegas y romanas si retomamos la historia en el Renacimiento casi todos destacaríamos el cuadro de Botticelli “El nacimiento de Venus”, que se conserva en los Uffizi de Florencia. Una espléndida joven surge de las aguas asistida por las tres Horas (Afrodita nace de la siguiente manera, transcribo a Robin Hard: “Cuando Urano se acercó a su madre para hacer el amor con ella, Crono le cortó los genitales, por lo que su unión terminó de modo violento y finalmente le fue posible a Gea dar a luz a sus hijos. Crono arrojó los genitales de su padre al mar y de la espuma que se arremolinó en torno a ellos surgió la diosa Afrodita”). Un nacimiento mucho menos plácido que lo que nos pinta Botticelli. Después habría que citar a Tiziano, con unas cuantas versiones de Venus, alguna muy erotizada, la Venus de Giorgone, la de Velázquez… y cientos más. Y por otra parte su belleza se aprovecha en imágenes más sagradas: “Los paganos atribuían la máxima belleza a su falso Dios Apolo ¬--dice Durero--, de manera que la usaremos para Cristo Nuestro Señor que es el varón más bello; y de la misma forma que representaban a Venus como la mujer más bella le daremos castamente los mismos rasgos a la imagen de la Santa Virgen, madre de Dios”. Un icono de éxito, aunque lo que escribe Durero no lo compartiría Orígenes de Alejandría (siglo III), que insistía en la fealdad de Cristo.

Volviendo a nuestro planeta nuevas noticias de final de octubre y firmadas por varios equipos científicos, Universidad de Berkeley, el observatorio de Leiden y la NASA nos dicen que en sus análisis no han encontrado fosfina y que debe ser un error de cálculo en los instrumentos que lo hallaron. Ahora, tendremos que esperar unos años para llegar a él y dilucidar si hay vida o no, ya que hasta el 2026 no está prevista una nueva misión de la NASA, que tiene el nombre de Davinci+. La sonda es, o será, una esfera metálica preparada para soportar el calor y la presión, que debe atravesar la atmósfera, tomar muestras de la misma y resistir lo que pueda con un rover preparado al efecto que nos envíe datos y fotos hasta que, inevitablemente, se consuma en el infierno de Venus. Y aún así, no es seguro que resuelva el problema de si hay vida.

Mientras tanto, si tuviera que apostar yo lo haría por el sí. Un planeta con ese nombre y ese pedigrí artístico, encomendado a la diosa del amor, no puede ser estéril.

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