Ariadne Artiles: “Sigo haciendo pan como mi abuelo me enseño”

¿Dónde nació?

En Las Palmas de Gran Canaria hace 38 años.

¿Y dónde estudió?

En Las Palmas también, en el colegio militar.

¿Recuerda sus desayunos de esa época?

Nunca ha sido de desayunar muy pronto, por lo que todos los días era una lucha constante con mi madre, pero es que tan temprano no me entraba nada. Mi cuerpo lleva toda la vida haciendo el ayuno intermitente de manera natural: necesita sus horas para limpiarse y regenerarse. A media mañana sí que me gustaba un sándwich mixto y un plátano. Nunca fallaba.

¿Cuál es su sabor de la infancia?, ¿el de su madre o de sus abuelos?

El olor a pan recién salido del horno. El olor a pan de leña o a masa recién hecha era algo cotidiano en casa. Aún recuerdo la cara de orgullo de mi abuelo cada vez que sacaba una pizza del horno para la familia. He pasado muchas noches haciendo panes, pizzas y croissants con mi abuelo Lorenzo. Eran noches en familia, noches bonitas compartiendo lo que más nos gustaba, la buena comida. Recordarlas me produce mucho sentimiento. Mi hermana Aída y yo comíamos en casa de mis abuelos maternos la mayoría de los días, salvo aquellos en los que estábamos con mi padre, y eso nos encantaba. No solo por la comida de mi abuela Rosa, que era un espectáculo, sino porque llegábamos muertas de hambre del colegio y esperábamos ansiosas a mi abuelo, que venía de la panadería con la bolsa llena de barras de pan calentitas recién sacadas del horno. Caía una barra para cada una, siempre tan crujiente, una auténtica maravilla. Lo recuerdo como si fuese ayer.

“La palabra dieta no está en mi vocabulario, me parece una pérdida de tiempo. La solución es crear unos buenos hábitos de alimentación”

Su abuelo era panadero, ¿aprendió a hacer pan desde pequeña?

Hace muchos años que empecé a seguir sus recetas, con algunas modificaciones, pero siempre manteniendo su esencia. En mi libro hay varias versiones de la receta tradicional del pan, así como algunas de mis pizzas y galletas preferidas. Esa comida que es basura cuando la compramos en la calle, pero que al prepararla en casa es una maravilla.

¿Hay pan en su dieta diaria?

Sin duda, por supuesto. En casa hacemos pan todos los fines de semana y luego lo guardamos en la nevera para que nos dure unos cuatro o cinco días, aunque la mayoría de las veces cae antes. Prácticamente todos los días desayuno tostadas y, depende de la comida y la cena, también las acompaño con un poco de pan. Así que sí, en casa seguimos la tradición y somos muy paneros.

¿Su plato preferido de pequeña?

Arroz a la cubana, con todo.

¿Echaba de menos las comidas de casa cuando vivía fuera?

Claro que sí. ¡Como en casa en ningún sitio! Era muy difícil, sobre todo las primeras veces. Cuando te ves tan jovencita sola en otro país, empiezas a echar de menos a los tuyos, los lugares, la comida, los olores… ¡Todo! Y cuando ya llevaba una temporadita fuera, era imposible no desear uno de los guisos de mi abuela Rosa. Recuerdo que siempre que volvía de mis viajes ella me recibía con un caldo de papas que me reconfortaba el cuerpo entero. Ese sabor era el sabor de la vuelta a casa.

¿Aprendió en esa época algún plato para no olvidarse de casa?

Las papas con mojo, que sigo preparando y disfrutando en mis visitas a la Isla, que cada vez son más largas.

¿Le gusta la cocina canaria?

Me encanta la cocina canaria. Las papas arrugadas con mojo picón, sancocho, caldo de papas, el gofio, quesito de cabra, la vieja, el cherne, nuestro plátano de Canarias y hasta nuestro chorizo de Teror, es una maravilla. La verdad es que somos muy afortunados de vivir en un paraíso como son las Islas Canarias que, además de buen clima y playas y parajes espectaculares, podemos decir que tenemos una buenísima gastronomía con productos locales de muchísima calidad. Los plátanos de Canarias, los aguacates de Mogán, papayas, naranjas… Aquí la fruta, sin duda, tiene otro sabor.

“Mi cuerpo lleva toda la vida haciendo el ayuno intermitente de manera natural: necesita sus horas para limpiarse y regenerarse”

¿Haz estado alguna vez a dieta?

No, nunca. De hecho ‘dieta’ es una palabra que no entra en mi vocabulario. Los que me conocen saben que no me gusta nada, lo veo algo totalmente innecesario y una pérdida de tiempo. Eso de contar calorías o restringir durante X tiempo ciertos alimentos no es la solución. Es más, esto lo que ocasiona la mayoría de las veces es un efecto rebote. Nadie puede llevar ese ritmo de vida para siempre. Lo que hay que hacer es crear unos hábitos alimenticios que encajen con tu rutina y que duren toda la vida.

¿Es más de dulces o salados?

Más de salados, pero no le hago tampoco ascos al dulce. Tengo recetas de galletas y tartas de manzana o chocolate para chuparte los dedos.

¿Cómo definiría su dieta actual?

Prefiero no hablar de dieta sino de alimentación, y esta es la que llevo siguiendo toda mi vida, la que me inculcaron en casa. Por suerte, en mi casa nos hemos criado con mucha fruta y verdura, lo que ha hecho que creemos esos hábitos saludables desde muy pequeñas. Mi alimentación es muy mediterránea. Como de todo, pero se basa, sobre todo, en frutas, verduras y hortalizas de temporada, legumbres, semillas y pastas y arroces integrales. Intento reducir la proteína de origen animal, pero en mi nevera nunca faltan huevos ecológicos, kéfir o yogures de cabra. Cuando me apetece algo de carne, siempre busco que sea de calidad y de procedencia ecológica. Mucho aceite de oliva, buenos panes caseros… Nuestra dieta es la mejor del mundo, no necesitamos volvernos locos sino priorizar los alimentos que nos enriquecen tanto a nivel físico como mental. Todo influye en nuestro organismo, solo debemos elegir lo mejor.

“No hace falta volverse locos, solo priorizar los alimentos que nos enriquecen tanto a nivel físico como mental”

¿Cuéntenos alguna de sus recetas?

Uno de mis batidos favoritos, el de plátano de Canarias y mango. Batimos un mango grande troceado y congelado con dos plátanos de Canarias troceados y congelados y obtenemos una textura de helado. Antes, reservamos unos trocitos de mango y plátano que echamos por encima. También puedes agregarle zumo de naranja, así te quedará aún más dulce. Échale imaginación y ponle tus toppings preferidos. O las galletas que se hacen con cuatro plátanos de Canarias maduros, 75 gramos de copos de avena integral, cuatro dátiles, canela al gusto y una cucharada sopera de aceite de coco. En un procesador de alimentos o batidora metemos todos los ingredientes. Primero, los plátanos, después la avena, los dátiles, la canela y la cucharada de aceite de coco. Batimos hasta que quede una pasta consistente. Si vemos que ha quedado demasiado líquida, siempre podemos añadir más avena, harina de almendra o copos de avena. Precalentamos el horno durante 30 minutos, más o menos. Con ayuda de dos cucharas vamos dando forma a cada galletita, y las colocamos sobre una bandeja de horno previamente untada con aceite de oliva o de coco para que no se peguen. Horneamos hasta que estén doraditas.

¿Algún alimento prohibido?

En mi alimentación no hay alimentos prohibidos como tal sino que más bien se trata de elegir siempre la mejor opción. La clave está en los nutrientes y es de extrema importancia fijarse muy bien en las etiquetas de los productos, así como elegirlos ecológicos y de cercanía. En mi despensa y nevera no encontrarás nunca productos ultraprocesados.

¿Le gusta cocinar?, ¿cocina a diario?

Sí. La cocina la disfruto muchísimo en familia y sola. Es mi tiempo de desconexión particular, mi momento de paz.

¿Cómo se cuidó durante su embarazo?

Es verdad que al estar embarazada extremas las precauciones, pero los cuidados fueron un poco como siempre. Realizar una ducha interna del cuerpo con un vaso de agua con limón y jengibre nada más levantarme, hacer baños de agua fría para mejorar la circulación, hidratarme mucho por dentro y por fuera, meditación diaria, activar el cuerpo a través de yoga y pilates, tomar el sol 15 minutos al día…

¿Sigue algún patrón en la dieta de su hija?

Mi hija Ariadne come exactamente lo mismo que comemos nosotros en casa. Los niños se guían mucho por imitación, así que a ella le encanta comer lo que su papá y su mamá comen. Por eso es tan importante tener una base sólida en casa de alimentación saludable. Ellos aprenden con el ejemplo.

¿Le gusta usar productos locales?

Es una de mis prioridades, disfrutar de lo nuestro como el plátano de Canarias, es un lujo…

¿Cómo planifica sus comidas?, ¿hace sus propios menús?

Me planifico muy bien las comidas durante la semana y voy a tiro hecho. Me gusta comprar la fruta y verdura cada dos o tres días y traerla fresca a casa. Hay muchas formas de organizarse y en mi libro Pura Vida te ayudo con la lista de la compra para cada semana durante un mes y todos los menús semanales para que no tengas que pensar y solo te dediques a empezar ese nuevo estilo de vida siguiendo las pautas. Nos daremos cuenta de que es más sencillo de lo que pensábamos.

¿Dígame cinco productos /alimentos que no pueden faltar en su despensa?

Frutas, verduras y hortalizas de temporada, legumbres, huevos ecológicos, yogur de cabra y pastas y arroces integrales. Con esto ya tenemos una buena base para una alimentación completa.