La Provincia - Diario de Las Palmas

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MUJERES

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Ocho profesionales canarias que fueron pioneras en su profesión en las islas repasan su trayectoria | “Me decían bollera por ser chófer de guagua”, dice Sonia Melián

La primera piloto de avioneta de Gran Canaria, Nieves Sánchez Montero, junto a una aeronave.

En estos tiempos donde el colectivo feminista y parte de la sociedad siguen peleando para que las mujeres logren un hueco igualitario en la sociedad, la tercera acepción que de pionera ofrece la RAE parece hecha a medida: Grupo de organismos animales o vegetales que inicia la colonización de un nuevo territorio. El territorio nuevo nuevo no es; pero de organismos tratando que se les reconozca su sitio tiene mucho la actual batalla por la igualdad, la del colectivos feminista y la de otras minorías, que mañana celebra su gran aniversario con el 8M y la reivindicación feminista.

El panorama ha cambiado pero queda mucho por hacer, y en estas páginas (y el resto de este suplemento Dominical) se refleja el camino que algunas mujeres ya recorrieron cuando las cosas eran tremendamente más difíciles que ahora para esa mitad de nuestra sociedad que por el simple hecho de ser mujer tiene, por ejemplo, un sueldo menor que el de un hombre.

Científicas, políticas, taxistas, guagueras, madres coraje, pilotos de avión, activistas... Un puñado de fabulosas mujeres canarias y del resto del mundo, pioneras en su actividad laboral, acercan la realidad de sus vidas y de sus logros, todas con suma normalidad. Como dice Flory Díaz, fundadora de la asociación de familiares de niños autistas, “no soy una campeona; soy una madre en una situación jodida”. Todas tienen claro la importancia, aún, de reivindicar igualdad.

“Es verdad que las normas y leyes son cada vez más igualitarias, pero, esto siendo una realidad, no es suficiente para llegar a una verdadera sociedad en la igualdad”, dice Flora Pescador Monagas, Doctora arquitecta y Máster de Arquitectura del Paisaje además de haber sido la primera mujer en España en dirigir una Escuela de Arquitectura de la universidad pública. “No es lo mismo la igualdad de derecho que la igualdad de hecho. Hay muchas rémoras, límites y dificultades en los ámbitos sociales, en los ámbitos del poder, participación en la economía, en los ámbitos laborales, reconocimiento de logros, etc. Queda un trecho para la igualdad real. También el haber alcanzado la igualdad legal no impide que las conquistas puedan involucionar. Lo hemos visto frecuentemente en la modificación de la tendencia en las políticas de algunos países. Creo necesario que se debe hacer un esfuerzo por llevar y practicar el mensaje de igualdad a toda la sociedad y extenderlo a todos los países, hay muchos lugares en donde las mujeres no tienen ningún derecho”, dice esta mujer que añade: “Como sociedad tenemos que ser conscientes del mensaje que se emite a las nuevas generaciones cuando faltan muchos referentes femeninos en muchos campos disciplinares”.

“Lamentablemente creo que siguen siendo necesarias medidas para fomentar la paridad y no sólo en España sino en Europa en general”, dice Julieta Schallenberg Rodríguez, doctora en Ingeniera Industrial y la primera mujer ingeniero en trabajar en el Centro de Investigación en Energía y Agua, un organismo adscrito al Instituto Tecnológico de Canarias. “La inercia lleva a perpetuar sólo a hombres”, concluye esta profesional.

La primera piloto de avioneta de Gran Canaria, Nieves Sánchez Montero, junto a una aeronave.

La primera piloto de avioneta de Gran Canaria, Nieves Sánchez Montero, junto a una aeronave.

Nieves Sánchez Montero

Piloto de avión, piloto de rally y abogada

“Desafié a la sociedad pacata de mi época”

Nieves Sánchez Montero es una mujer luchadora, primera piloto de avión de Gran Canaria y la abogada más longeva en comenzar a ejercer, que ha conseguido todo lo que se proponía, pese a que nació en una España que arrinconaba a sus mujeres. Nació en 1928 en Las Palmas de Gran Canaria y era única hija de “una familia muy buena” aunque ella confiesa que tuvo una juventud un tanto triste. Se casa en 1953 y su marido se convierte en su amigo, en su cómplice, apoyándola en todo: la enseñó a conducir cuando en España era necesario que el varón firmara una autorización para lograr el permiso de circulación. “También aprendí a nadar, a hacer submarinismo, a disfrutar con el esquí acuático, a navegar...”, cuenta esta pionera que se ha manejado a las mil maravillas por tierra, mar y aire. “Me ponían como el perejil porque desafié un poco a la sociedad pacata de mi época, muy machista”, matiza a los 92 años. Además de piloto de avionetas, Nieves compitió en pruebas automovilísticas y un rally. Madre de dos hijos, esta grancanaria se matricula en Derecho por la UNED con 51 años y acaba ejerciendo una profesión “que me ha dado satisfacciones”, según explicaba hace unos días con una vitalidad que ya le gustaría a muchas y muchos jóvenes. “Una no puede pararse”, dice, “y menos aún permitir que la obliguen a pararse”.

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Flory Díaz Sosa

Fundadora de la asoc. nacional de niños autistas

“Era una madre con una situación jodida”

La carcajada es enorme al otro lado del teléfono cuando a la grancanaria Flory Díaz, fundadora de la primera asociación nacional y regional de familiares de niños autistas, Apnalp, se le dice que es una pionera. “Ni pionera ni campeona. Yo lo que era y he sido siempre es una madre en una situación muy jodida que se ha tenido que buscar ella sola la vida”, cuenta la madre de Tommy, el verdadero combustible que mueve a Flory. “Nunca me paré a pensar si era algo de hombres o de mujeres crear la asociación porque realmente lo hacía por necesidad”, dice; “lo más sorprendente era que hablábamos en 1973 de una enfermedad que casi nadie conocía”. Al principio los asociados eran tres pero hoy cuentan incluso con un centro en el barrio de Jinámar, que también logró Flory, para atender a estos chicos y chicas. “Me siento orgullosa de la lucha actual de los padres”, asegura.

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Fernanda Fuentes

Chef con una estrella michelin

“No me contrataron en cocina por ser mujer”

Fernanda Fuentes es la única chef en Canarias con una estrella Michelin -restaurante tinerfeño Nub-. Dice que recibir ese reconocimiento “es bonito” porque “pasas a tener voz y muchas mujeres comienzan a sentirse identificadas; muchas me escriben y me dicen que si uno se propone cosas y lucha por ellas arduamente y trabajas por tus objetivos, se cumplen tus sueños”. Lleva 18 años en el rubro “y en los inicios se me trató diferente y no pude optar a un puesto de trabajo por ser mujer, me lo dijeron a la cara; fue bastante fuerte por no había vivido eso jamás”, dice Fuentes. “Parece que cuando la mujer entra al mundo profesional en la cocina todos olvidan el tremendo rol que hemos tenido en la vida personal, en el ámbito privado, con la mesa de las casas que gira en torno a las ollas hechas por manos de mujeres”. La chef añade: “No se debe olvidar que en la mayoría de restaurantes populares la cocina pertenece a las mujeres. Por tanto es algo aplicado solo a la alta cocina. Espero de aquí a unos años ver más caras femeninas al mando de grandes cocinas en Canarias y que se las respete, se las visualice y se hable de ellas”. Asegura que “hay que ser muy valiente para dedicarte a un rubro en que sabes que cobras menos que un hombre, algo que debería cambiar claramente, en que sabes que trabajas muchas horas, en que sabes que hay un esfuerzo físico y psicológico. Por tanto queda en nosotras querer destacar más”. “En el 4º y último año de mi carrera”, dice sobre sus inicios, “fui mamá; por el contrario de complicarme y querer abandonar me dio más fuerza para avanzar y luchar por mis objetivos, decidí crear un equilibrio entre lo personal y lo profesional, no puedo decir que ha sido fácil pero sí ha sido un camino maravilloso”. “Un plato no tiene género, qué importa quién lo ha preparado si está hecho con cariño”, concluye.

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Sara Estévez

Ingeniera de mantenimiento del tranvía de Tenerife

“Me han dicho que no me pega mi profesión”

La tinerfeña Sara Estévez ocupa desde 2016 el cargo de ingeniera de mantenimiento del tranvía de Tenerife, una actividad que se centra “en la máquina”, aclara la joven, y que a muchos les resulta curioso que desempeñe “por el simple hecho de ser una mujer”. Confiesa que en alguna ocasión le han dicho incluso que no le pega su trabajo, algo que la asombra porque, pese a ser la primera mujer en ocupar ese puesto, ella no considera que existan “carreras de hombres y carreras de mujeres”. Es más, Sara anima a otras chicas a cursar titulaciones técnicas “porque son fantásticas”. Lo que no oculta es su pesar “porque creo que en las ingenierías las mujeres en vez de ir a más vamos a menos”. Concluye con una recomendación: “A veces somos nosotras mismas las que nos condicionamos, y en eso las mujeres sí debemos cambiar”.

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Esperanza Trujillo García

Taxista

“Algún señor me dijo que me fuese a limpiar”

“Fui la primera mujer en irme a examinar para obtener el carné de taxista en Las Palmas de Gran Canaria”, recuerda a sus 74 años Esperanza Trujillo, una de las pioneras del taxi. “A mí no me gustaba demasiado pero mi marido era taxista y pensé “si se muere qué hacemos con el coche”, recuerda medio en broma medio en serio [ella acabó conduciendo el taxi en el turno de tarde y su marido en el de la mañana] esta valiente señora que reconoce sentir una debilidad por los camiones: “Subida en la cabina tienes una panorámica estupenda de todo”.

“Mejor se fuera a limpiar”, dice que le han gritado en la carretera algunos conductores. “Y otros se han sentado delante y me han empezado a preguntar si soy separada, si tengo pareja o estoy viuda”, lamenta sobre ese feo “y equivocado” comportamiento, aunque ella no tiene tampoco pelos en la lengua para cantarle las cuarenta a quien tenía un comportamiento equivocado en el taxi. “Los japoneses de los años 80 llegaban al taxi, se sentaban a mi lado y se quitaban los zapatos para poner los pies sobre el salpicadero”, cuenta esta mujer que, sin saber japonés, lograba que aquellos pasajeros se comportaran como debían “y se pusieran otra vez los zapatos”.

Tampoco todo ha sido un camino de flores entre sus compañeros a lo largo de tantos años de profesión: “alguna cachetada me he llevado”.

Volviendo a su examen para el carné de taxista, recuerda que “había que saber de mecánica; ahora creo que ya no es así”.

Confiesa que “siempre” tuvo ganas de estudiar “porque antes no se estudiaba como ahora, y menos las chicas”, un sector al que recomienda “formarse y tener un trabajo porque eso te dará la libertad”. Ella, además de ganas, tuvo en su marido un cómplice: “Me animó a hacer todo lo que deseaba”.

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Trinidad Arcos Pereira

Catedrática y rectora de la Universidad de Las Palmas

“Veremos como cada vez hay más rectoras”

La catedrática Trinidad Arcos Pereira es la primera y única mujer que ha sido rectora de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. “Ocupo el cargo de rectora tras la marcha por jubilación de José Regidor desde el 1 de octubre de 2016 al 11 de enero de 2017”, recuerda esta referente en Filología Hispánica Clásica y de Estudios Árabes y Orientales del centro grancanario. Dice que ser mujer no le ha supuesto un problema en su ámbito profesional. “He podido tener la carrera que he querido tener en las tres áreas que forman parte de la actividad del profesorado universitario: docencia, investigación y gestión. He participado en proyectos de investigación subvencionados por el Gobierno de España; he tenido proyectos de investigación como Investigadora Principal desde 1999 hasta ahora; tengo cuatro sexenios de investigación y soy Catedrática de Universidad de Filología Latina desde 2010, con acreditación nacional de la Aneca”, responde.

“Tener más rectoras en España está vinculado al aumento del número de catedráticas de universidad y a que alguna de ellas se plantee presentarse a una elección como rectora; en los últimos años hemos podido comprobar que cada vez hay más catedráticas que toman esta decisión”, cuenta sobre los motivos que, según su parecer, motivan la escasa presencia de rectoras en la ULPGC y, también, en el resto de España donde según datos de 2019, sólo 9 de las 50 universidades públicas existentes en España están dirigidas por mujeres.

Hasta 1910 las féminas estaban vetadas en muchas carreras, sin poder matricularse en la titulación que quisieran, y quizá eso ha jugado a favor de los hombres en alcanzar este cargo por delante de las mujeres. 

Trinidad Arcos Pereira recuerda el ejemplo de la Universidad de La Laguna, “que ha elegido ya a dos rectoras, y en las universidades públicas, en las que hay actualmente nueve rectoras. Por tanto”, prosigue, “creo que estamos en una situación en la que vamos a ver cada vez más rectoras y ello solo va a depender de que las catedráticas de universidad consideren que cuentan con un programa y un equipo para dirigir su universidad, y se presenten a la elección. Estoy segura de que la comunidad universitaria no tendrá dudas en elegirlas si se presentan con un programa y un equipo que responda a las necesidades de su institución”, dice la catedrática de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. “Si miramos lo que se ha conseguido en los últimos años, creo que podemos ver que se han logrado cambios muy importantes. Pero también es evidente que es necesario seguir trabajando para consolidar lo que se ha logrado y seguir avanzando en este sentido”, añade la ex rectora cuando se le pregunta si caminamos hacia una sociedad menos machista.

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Noemí Santana

Consejera de Igualdad, Diversidad y Juventud 

El suelo sigue pegajoso para muchas mujeres”

Noemí Santana, diputada en el Parlamento de Canarias y consejera de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias, siempre ha sido una mujer de acción. Implicada en movimientos sociales desde muy joven, la lucha feminista ha estado siempre entre sus prioridades. Esa participación social, el gusto por el debate público y la protección de las personas más vulnerables, llevó a Noemí Santana a dirigir su mirada hacia la política.

Fue en ese ámbito donde rompió algunos techos de cristal a pesar de su condición de mujer joven: con 31 años se convirtió en la portavoz parlamentaria más joven de Canarias y con 32, resultó elegida como secretaria general de Podemos Canarias. 

Pero Santana sabía que esto era solo un paso y que, como ella dice, “el suelo sigue pegajoso” y, por tanto, la lucha de muchas mujeres por ser reconocidas en igualdad sigue siendo más que necesaria.

Ahora lleva con mucho orgullo ser consejera de Igualdad para todas las canarias y canarios, la primera en un área que estrena el actual Gobierno de Canarias. Por eso, no dudó ni un minuto en crear una viceconsejería específica para esta materia que elevase la Igualdad a la primera página de la agenda política. 

Su acción, sumada a la del Instituto Canario de Igualdad, está logrando posicionar a las Islas Canarias como referente en cuestiones tan relevantes como la lucha contra la violencia de género.

Dice que su abuela le decía siempre: “Mi niña no es niña de su casa, ella es de papeles y de hablar” y así ha sido. 

Entre papeles y discursos, Noemí Santana sigue trabajando por seguir recortando la brecha de la desigualdad porque sabe que si se acorta tendremos una Canarias mejor.

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Sonia Melián Cabrera

Chófer de guagua

“Me decían bollera por conducir una guagua”

A sus 47 años, Sonia Melián tiene el honor de ser la primera chófer de guagua de Las Palmas de Gran Canaria, un puesto que ocupa desde hace 12 años. “Hubo una chica antes que yo pero estuvo seis meses porque aprobó unas oposiciones y lo dejó”, matiza por una doble razón: no ponerse más flores de las que merece y, sobre todo, demostrar que adora su trabajo. “A mí me encanta”, dice. “No llegué de rebote”, añade.

Cuenta que cuando comenzó en su profesión “los usuarios se fijaban mucho en cómo conducía, pero entre mis compañeros recibí siempre mucho cariño”. Ha sido durante su jornada laboral donde ha sentido más de cerca el machismo, “tanto por hombres como por mujeres, que se negaban a subirse a la guagua algunas de ellas cuando veían que era una mujer la que conducía”.

Se emociona cuando recuerda los comportamientos totalmente opuestos: “Algunas mujeres mayores me besan cuando se suben a la guagua y me cuentan que a ellas también les habría encantado ser conductoras, pero que por la época en la cual nacieron aquello era imposible”.

Se asombra, sin embargo, de que los jóvenes sean bastante menos tolerantes. “Me chillan bollera por el hecho de ser conductora”, lamenta esta mujer que por necesidad se convirtió, también, en activista. 

“Como comprenderás, cuando comencé en Guaguas no había baño para mujeres, y así estuve bastante tiempo hasta que comencé a sufrir numerosas infecciones de orina y mi médico me advirtió de los peligros que eso suponía”, recuerda Sonia Melián, que tuvo en sus compañeras chóferes de Titsa, en Tenerife, donde había más tradición de mujeres conductoras, unas aliadas para que se reconocieran sus derechos, en este caso un simple baño. Cada 8M todas quedan para un almuerzo.

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