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divulgación científica

La española que filtra la ciencia mundial

Erika Pastrana es la neurocientífica que está al frente del gigante editorial ‘Nature Research’ - «Es fundamental que ahora prioricemos los mecanismos que permitan detener el próximo brote de virus»

La española que filtra la ciencia Mundial

De niña quería ser astronauta, médico, corredora de fondo o malabarista. Y más adelante, profesora de yoga. Hoy, la neurocientífica y bióloga molecular Erika Pastrana, española de origen asturiano, es la directora editorial de Nature Research, un gigante editorial de publicaciones científicas con más de 150 años de historia. «No cambiaría un ápice de mi vida, pero estoy segura de que hubiese sido feliz en cualquiera de estos caminos», afirma Pastrana (Boston, 1978) desde Nueva York.

Nació en Estados Unidos porque allí realizaban los estudios posdoctorales sus padres. Tenía seis meses cuando la familia se trasladó a Madrid, donde ella se especializó en Biología Molecular y Neurociencias. Su tesis trató el estudio de los mecanismos que promueven la regeneración de neuronas dañadas del sistema nervioso. Tras pasar por el laboratorio de Fiona Doetsch, en la Universidad de Columbia, llegó a la mítica revista Nature.

La experiencia personal del virus.

«La consecuencia más trágica de esta pandemia es, sin duda, las muchas vidas que se han perdido. Es devastador pensar que la pandemia ha causado, de forma directa, casi tres millones de muertes en el mundo. También hay efectos indirectos y la magnitud de esta tragedia está aún por ver. Para mí, lo más difícil ha sido mantener la distancia con familiares y amigos. Por otro lado, el virus me ha aportado una nueva apreciación por las cosas más importantes y fundamentales: estar saludable, ver a seres queridos, moverse con facilidad por el mundo… aunque echo de menos viajar, sé que después de no haberlo hecho durante más de un año, el primer viaje me llenará mucho más que nunca. Este ha sido un año de estar en familia. Al estar todos trabajando y estudiando desde casa, hemos podido pasar un tiempo juntos que no hubiera sido posible de ninguna otra manera. Estoy contenta, y agradecida, de haber podido convivir en familia más que nunca».

Política y ciencia.

«El descubrimiento científico se basa en el conocimiento colectivo, y en la oportunidad de criticar, discutir e interpretar resultados. Este proceso es fundamental para garantizar que los resultados se someten a un escrutinio por expertos y que diferentes interpretaciones se tienen en cuenta. Los investigadores responsables de los resultados tienen que documentar y aplacar las críticas con datos. Esta ‘revisión por expertos’ constituye el control de calidad científica y permite que los resultados sean más sólidos y veraces. Personalmente, estoy de acuerdo en que, en la medida de lo posible y cuando es relevante, las decisiones políticas se basen en criterios científicos. Mi recomendación es que se sigan las mismas pautas que seguimos en la evaluación por expertos, y que los gobiernos se doten de un grupo variado de expertos y expertas que ofrezcan puntos de vista distintos y complementarios para tomar decisiones».

La siguiente pandemia.

«Es muy probable que volvamos a ver en nuestras vidas una epidemia o pandemia causada por virus que se transmiten por las vías respiratorias. Suponen un riesgo muy alto. La combinación de un virus que infecta eficientemente las vías respiratorias superiores y también las profundas ha supuesto una trágica amenaza en el caso del SARS-CoV2. Sin duda, estaremos mejor preparados si una nueva pandemia o epidemia afecta a la sociedad actual. Todos hemos experimentado de primera mano cómo los cambios de comportamiento pueden ser efectivos para combatir un virus de este tipo, y que estas medidas son efectivas y necesarias. Ahora bien, la memoria humana no es duradera y no se transfiere eficientemente entre generaciones. A principios del siglo XX el mundo experimentó una pandemia similar. A pesar de ello, nuestra sociedad no estaba suficientemente preparada y concienciada. Por eso, es fundamental que ahora prioricemos establecer mecanismos que nos permitan detener el próximo brote. Necesitamos prevenir el desarrollo de brotes, pero también establecer procedimientos para diagnosticar rápida y eficientemente nuevos patógenos emergentes, y desarrollar protocolos y medidas globales para impedir que un brote se extienda por el mundo antes de que podamos atajarlo. Además de ser el deber de gobiernos e instituciones globales, estas medidas requieren la colaboración científica y ciudadana».

Necesarios estudios retractados.

«La revisión por expertos es uno de los pilares esenciales para asegurar la calidad, integridad y reproducibilidad de la ciencia, y los que nos dedicamos a esto, nos tomamos muy en serio nuestra responsabilidad como ‘guardianes’ de este proceso. Las revistas científicas, además de garantizar una evaluación por expertos de los resultados antes de ser publicados, también imponen determinados requerimientos a los autores de la publicación, como poner a disposición de otros científicos todos los materiales, datos, algoritmos y protocolos necesarios para reproducir los resultados descritos. En determinados casos, no muy frecuentes, se encuentran problemas o discrepancias en los resultados publicados. En estos casos las revistas llevan a cabo un nuevo proceso de evaluación de los resultados basado en la nueva información disponible, y se puede llegar a la conclusión de que el estudio y los resultados no son válidos, así que el estudio se retracta. Este proceso es una parte natural y necesaria para asegurar que la ciencia se puede autocorregir».

La información falsa.

«La información falsa o que se distribuye sin ningún tipo de control de veracidad es sin duda un problema para la ciencia y la sociedad en general. Probablemente la desinformación haya existido siempre (quizás anteriormente se transmitía por el boca a boca), pero las redes sociales la distribuyen a nivel global en instantes, amplificando el daño que puede causar cuando no se imponen sistemas de control. Como se ha visto recientemente, la solución es que haya mecanismos de regulación impuestos por o para estas plataformas. Es fundamental que esta regulación se desarrolle y se adopte con urgencia».

Medios de información serios.

«Son más indispensables que nunca. Los ciudadanos tienen una cantidad enorme de información a su disposición y tenemos que ser más conscientes de lo difícil y complejo que es navegar por estos recursos. Hemos de priorizar ofrecer educación y recursos a los jóvenes para que tomen decisiones en este ámbito. La divulgación científica de calidad es esencial para la sociedad. No hay ejemplo mejor que la pandemia en la que vivimos. La desinformación sobre la seguridad de las vacunas, las formas de transmisión del virus o la importancia y severidad que causa el patógeno pueden causar muertes innecesarias. El papel de los medios de comunicación es vital para asegurar que la información correcta llegue a los ciudadanos y puedan tomar decisiones basadas en datos verídicos».

Revistas poco fiables:

casi 8.000 predatory journals. «Son un problema que afecta a la comunidad científica global, así que hemos de colaborar para solucionarlo. Como ejemplo, Think. Check. Submit es una iniciativa creada por varias organizaciones relacionadas con la comunicación académica, que tiene como objetivo informar y apoyar a investigadores que buscan una revista de confianza donde publicar su trabajo».

El misterio del cerebro.

«Como neurocientífica molecular, mi conocimiento se centra principalmente en el funcionamiento de las partes constituyentes del cerebro, sus células llamadas neuronas y glía. A pesar de que sabemos mucho sobre cómo funcionan estas células a nivel individual, nos queda mucho por descubrir acerca de cómo esas células trabajan en equipo (en circuitos neuronales) para llevar a cabo acciones complejas de la mente como aprender una lengua, crear arte o enamorarnos. Una de las preguntas que más me fascinan es cómo llegamos a la percepción de nosotros mismos, la conciencia de ser».

La Inteligencia Artificial, hoy.

«La Inteligencia Artificial (IA) o deep learning está basada en algoritmos que son capaces de extraer patrones de información y tomar decisiones inteligentes a partir de los datos. El uso de esta tecnología ha evolucionado de forma exponencial en los últimos años y se usa en prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas. La disponibilidad de cantidades enormes de información y los avances en capacidad computacional han hecho que estas tecnologías se puedan utilizar de forma rutinaria en los teléfonos móviles, coches, robots para cirugía, relojes... Este desarrollo acelerado de la IA y su aplicación casi ubicua requieren que, con urgencia, se establezcan reglas y parámetros para asegurar que las aplicaciones de IA respetan principios éticos y siguen normas apropiadas para la protección de datos personales y la obtención de consentimiento».

La ética, fundamental.

«Es importante que los algoritmos en sí se desarrollen de una forma ética. Como ejemplo, uno de los usos más generalizados de la IA es para reconocimiento de imágenes. La tecnología se basa en entrenar algoritmos a procesar cantidades enormes de imágenes, por ejemplo de rostros humanos, y tras el entrenamiento los algoritmos son capaces de clasificar imágenes nuevas de forma muy precisa. En este ejemplo, es muy importante prestar atención a qué tipo de datos se usan para entrenar los algoritmos, ya que esto es determinante para las predicciones que hace el algoritmo».

Robótica y medicina.

«La robótica ya está transformando el campo de la cirugía y ofreciendo avances que sobrepasan las capacidades de un humano. Si podemos beneficiarnos de multitud de cámaras de alta resolución dirigiendo una operación, ¿por qué limitarnos a solo un par de ojos? Sin embargo, no estoy tan convencida de que en algunos años nos atienda un robot como médico de cabecera o que un robot sea nuestro psicólogo. Las relaciones de humano a humano son, en la actualidad, irremplazables y es muy probable que continuemos prefiriendo hablar sobre nuestro estado de ánimo o problemas de salud con otro humano, aunque indudablemente ese humano sea asistido por mejor capacidad decisión gracias a la informática».

El ‘deep learning’.

«El deep learning, o aprendizaje profundo, es un tipo de algoritmos cuya estructura está inspirada en la organización de conexiones neuronales del cerebro. Los algoritmos deep learning son capaces de analizar una cantidad muy grande de datos y extraer patrones en esos datos. Esta técnica existe desde hace muchos años pero su uso se ha visto propulsado en años reciente por el acceso a cantidades enormes de información gracias a la red y el avance en la capacidad computacional de los ordenadores. Gracias a estos avances, los algoritmos aprenden con una eficacia enorme y son capaces de hacer predicciones con datos nuevos que superan la exactitud de expertos. Esta tecnología permite, por ejemplo, que ya convivamos con coches que conducen solos o que nuestro teléfono reconozca y entienda nuestra voz y las instrucciones que le damos”.

La proeza de las vacunas.

«El increíble hito de desarrollar una vacuna contra un patógeno nuevo en menos de un año, utilizando estrategias nuevas, ha sido posible en gran medida gracias a la enorme colaboración entre la ciencia, la industria y las instituciones reguladoras. Durante esta pandemia, se han adoptado prácticas científicas que fomentan la difusión de resultados preliminares de una forma abierta y rápida y la disposición de datos y herramientas científicas a nivel global. Esto ha permitido a la comunidad científica colaborar de una forma más eficiente. Estas prácticas pueden ser muy útiles para combatir otras enfermedades en los años venideros».

Personalidad estadounidense o española.

«Casi todos los que me conocen me definen más como germánica, por mi carácter organizado y, así lo espero yo, por lo rigurosamente que persigo mis cometidos. No creo que hubiese cambiado mucho mi vida de haber nacido en España ya que crecí allí desde mi primer año hasta que me vine a EEUU. en 2006. Lo que me impulsó a venir a este país no fue la nacionalidad sino las ganas de continuar mi formación como científica en este país».

Un consejo a la juventud.

«La ciencia es para todos, y está al alcance de cualquiera que tenga grandes sueños de aprender y descubrir cosas nuevas que beneficien e impulsen a la sociedad. ¿Qué puede haber más interesante que eso como vocación y carrera?».

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