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Mujeres extraordinarias

Mucho más que el gran amor de Neruda

Artista, antifascista, comunista... Delia del Carril se casó con el poeta chileno en 1943 P Ambos se habían separado de sus anteriores cónyuges y se divociaron en 1954

Delia del Carril y Pablo Neruda. Radio Duna

Se conocieron en 1935 en Madrid. Ella tenía 50 años y él se asomaba a la treintena. Delia se dedicaba al arte como pintora, dibujante y grabadora. Él, ya famoso, era uno de los poetas emergentes de la época en lengua castellana, a la par que, comprometido con el Partido Comunista de Chile, desarrollaba una carrera diplomática que precisamente aquel año le había llevado a la titularidad del consulado de Chile en la capital de España. La diferencia de edad —y más situándonos en la altura de aquellos puritanos años— no fue sin embargo un obstáculo para que entre ambos surgiese el amor, flechazo de Cupido al que también debió contribuir la coincidencia ideológica, pues ella militaba en el Partido Comunista de Francia.

Se trasladaron a México, donde se casaron en 1943, aunque el matrimonio no fue reconocido en Chile, debido a que el divorcio de Neruda de su anterior esposa, María Antonia Hagenaar Vogelzang, fue declarado ilegal por la justicia chilena. Tras iniciar su vida en común, Delia decidió abandonar su carrera artística para convertirse en secretaria y editora de los textos del poeta. Ese mismo año, la pareja se instaló en Santiago de Chile y su nueva residencia se convirtió en lugar de reunión de los grandes intelectuales, artistas y literatos españoles y latinoamericanos de aquel entonces... casi todos de izquierdas, claro.

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RADIO DUNA salvador rodríguez

En 1949, perseguido por el de aquella gobierno presidido por Gabriel González Videla, Neruda tuvo que huir de Chile separándose de Celia y «aprovechando la ocasión» para iniciar la relación con la que más tarde sería su última esposa, Matilde Urrutia. No obstante, cuando regresó a su país volvió con Delia hasta que, en 1954, tras veinte años del comienzo de su noviazgo en Madrid, la pareja se separa definitivamente: ella tenía 70 años y él 50.

De Delia se sabía que había tenido mucha relación con España. De hecho, si se encontraba aquí en 1935 era por sus simpatías con la República y su estrecha relación con los grupos intelectuales que frecuentaban su hermana mayor y su cuñado Ricardo Güiraldes. Ya en aquellos tiempos destacaba por su solidaridad con los más desfavorecidos, un compromiso que ratificó tras la Guerra Civil cuando, formando parte de una red semiclandestina en la que también estaban Frida Kahlo, su marido Diego Rivera y Alexandre Finisterre (que años despues sería amante de Frida), entre otros, ayudaba a los exiliados republicanos españoles en México.

Algunas de las obras de Delia del Carril,  conservadas en el museo que  lleva su nombre en Santiago de Chile. (L)

Algunas de las obras de Delia del Carril, conservadas en el museo que lleva su nombre en Santiago de Chile. (L) salvador rodríguez

Del descubrimiento de los ancestros españoles —gallegos— de Delia del Carril cabe atribuirle los méritos al periodista Rafael Mouzo, quien los encontró en Buria, una aldea del ayuntamiento coruñés de Camariñas, de donde los hermanos Juan y Salvador Vázquez del Carril partieron, en el siglo XVIII, rumbo a Argentina y que, a la altura de 1740, se habían erigido en los pioneros de la industria vitivinícola de aquel país y de su vecino Chile.

Sus obras, monocromas y de trazo grueso, se caracterizan porque dan cuenta tanto de figuras humanas, como de la anatomía equina

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“Los Vázquez Carril —cuenta Mouzo— son hoy en día en Argentina una importante familia, que dio gobernadores en las regiones de Cujo, Salta o San Juan; y uno de sus vástagos, Salvador María del Carril, llegó a ser vicepresidente de la nación en el siglo XIX (...) El mismo padre de Delia del Carril, Víctor del Carril Domínguez, era diputado y poderososo hacendado”. Del matrimonio con Julia Iraeta Iturriaga nacieron 13 hijos.

Suicidio del padre y traslado a Europa

En 1899, cuando Delia se preparaba para celebrar su fiesta de 15 años, su padre se suicidó y la madre se trasladó a vivir a París con todos sus hijos, para que tuvieran una educación más completa. Sus privilegiadas condiciones económicas le permitieron realizar constantes viajes entre Argentina y Europa, por lo que pudo establecer amistades con importantes artistas de la década de 1920 en Francia. Finalizada la I Guerra Mundial, Delia se instaló en París donde conoció a su primer esposo, Adán Diehl Arget, un intelectual argentino que residía en Francia. Posteriormente, comenzó a estudiar pintura y dibujo con el pintor cubista Fernand Léger y con André Lhote.

Delia del Carril y Pablo Neruda.

Delia del Carril y Pablo Neruda. salvador rodríguez

Tras su separación de Pablo Neruda, Delia hizo un intento de regresar a Buenos Aires, pero al cabo de un año decidió que su mundo afectivo estaba en Chile, y regresó a este país en 1959. Allí, tomó la decisión de volver a dedicarse por completo al dibujo y al grabado y, en la década de 1960, se integró en el denominado Taller 99, dirigido por Nemesio Antúnez, luego de haber adquirido experiencia al trabajar con William Hayter en el Atelier 17 de París.

En el Taller 99 Delia perfeccionó y desarrolló nuevas técnicas en torno al grabado. También realizó obras al óleo, destreza que no pudo continuar producto de las secuelas de un accidente que limitó sus movimientos. Además, fundó, en esta misma década, la Galería Sol de Bronce junto a Guillermo Núñez y Delia Barahona con el objetivo de incrementar y dinamizar el campo de galerías existentes en Santiago de Chile.

(L) salvador rodríguez

Sus obras, monocromas y de trazo grueso, se caracterizan porque dan cuenta tanto de figuras humanas, como de la anatomía equina, especialmente de los caballos, que Delia conocía rigurosamente desde su infancia en Argentina, cuando su padre la había enseñado a cabalgar. A través de sus grabados, Delia del Carril supo expresar su visión sobre tópicos como sentimientos humanos, la amistad, la ternura, el amor y la relación de pareja.

El gran amor (y el más longevo) de Pablo Neruda, falleció a los 104 años de edad. Como no tuvo herederos, legó su casa de Michoacán de Los Guindos al Partido Comunista de Chile, y desde entonces esta colectividad política tiene a su cuidado la casa y el patrimonio artístico-cultural de la grabadora. Actualmente, allí funciona un museo de Delia del Carril.

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