La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Eurovisión | Festival de la canción 2021
Blas Cantó Cantante

«No le hago mucho caso a las casas de apuestas»

Blas Cantó.

Es uno de los artistas más completos del Festival de Eurovisión 2021; por cualidades interpretativas y, especialmente, por su voz. Ya desde pequeño su ilusión era participar en el certamen. A los 13 intentó representar a España en el Eurojúnior del 2004; a los 18 lo probó en el de adultos como solista, y al año siguiente con su grupo, los Auryn. Ahora, a los cinco años de haber iniciado su trayectoria en solitario y con un álbum, ha llegado su momento. Había sido elegido internamente por TVE para el festival del año pasado. Tras su cancelación, le propusieron repetir y no dudó en aceptar. El sábado 22 intentará romper una racha de 52 años de sequía eurovisiva para España con Voy a quedarme.

¿Voy a quedarme la compuso pensando en Eurovisión?

No. Cuando estás componiendo hay que dejarse llevar, porque nunca sabes hacia dónde te puede llevar un tema; a nivel de letra o de melodía. Luego, cuando la estás produciendo, ya piensas en el festival: cómo quieres que explote la canción, dónde quieres que sea más íntima; te imaginas la puesta en escena de una manera o de otra... Pero a nivel composición, es importante ser honesto con lo que estás contando. Hicimos varias canciones, pero Voy a quedarme trata sobre un momento importante en mi vida y compartirlo con Europa es algo muy íntimo.

Y muy complicado para usted…

No era mi intención ir al Festival de Eurovisión con una canción que hablara sobre lo que estamos pasando. Me parecía demasiado obvio y quería escapar de eso. Lo que pasa es que las vivencias personales te van marcando el camino. Al final, también es una canción que acabó eligiendo el público, porque había otra opción. Creo que mucha gente se ha sentido identificada con la historia de Voy a quedarme, con lo que estaba pasando, y se han emocionado conmigo. Y con ella también han contado su propia historia. Porque al final, ¿qué es la música si no hay una historia detrás de cada canción?

Y esta es sentimiento puro…

Creo que es importante contar algo. Pero más que contar es homenajear. Por las pérdidas que he tenido últimamente, sobre todo la de mi abuela, que ha sido mi madre durante 29 años. Ha sido muy doloroso para mí. Ha sido un año muy difícil Y tener la oportunidad de cantarlo en el mayor escenario del mundo… ¡No todo el mundo tiene esa suerte!, Porque hay artistas que han ido a Eurovisión con una canción que no querían o no han elegido ellos. Yo elegí la mía, pero también el público.

En el escenario vivirá emociones muy intensas…

Sí. Estoy trabajando para controlar todas esas emociones y que me ayuden a hacer una actuación impecable. Pero es cierto que, al ser una historia tan personal, me entran ganas hasta de llorar. Esa noche me sentiré acompañado de muchas personas.

Menudo estrés…

Esta presión me hace estar más alerta, porque no quiero decepcionar a nadie. A a veces, incluso intento desconectar un poco de la historia. Y vivirla de otra manera para no llevar toda mi realidad al escenario, porque si no, no podría cantar la canción. Yo entré en el estudio de grabación en esos días fatales en los que estaba ocurriendo todo. De hecho, el desenlace con mi abuela llegó dos días después. Y era cantarla y tener que parar a cada frase, porque me ponía a llorar. La contención se puede notar mientras cantas. Alguien decía que el mejor actor no es el que llora, sino el que contiene el llanto.

Las casas de apuestas están siendo duras. ¿Le condiciona?

No le hago mucho caso a eso. Yo voy a Eurovisión a hacer música. Mi apuesta es por mi familia y la gente que está a mi lado y confía en mí.

Así sentirá menos presión.

Cuando presentamos nuestras candidatas para este año, había gente que me decía: ‘¡Hubiera funcionado mejor un tema como Él no soy yo!’. Pero nunca se sabe. A mí siempre me ha ido bien no crearme expectativas. Y eso es lo que les diría a los eurofans y a la gente; ¡que se dejen sorprender!

¿En Eurovisión prevalece a veces el espectáculo sobre el arte?

Yo creo que el jurado de cada país sí que valora al intérprete. Si no hubiera sido por el voto del jurado, Pastora Soler no hubiera quedado tan arriba en 2012. El voto del público también es muy decisivo; valora que Eurovisión es un show. El festival se llama Concurso Eurovisión de la Canción, pero ahí hay más cosas que una canción; hay historias que contar, hay una puesta en escena, un vestuario. ¡Hay incluso entrevistas en las que puedes caer bien o mal! Hay muchas cosas en juego.

¿Teme quedar en mal puesto?

¡No! Después de lo que he vivido este último año, no me asusta.

¿Cuál es su favorita.

Yo soy un apasionado de la música francesa. Y me gusta mucho Bárbara Pravi, porque la suya es como una típica canción francesa, pero en 2021. Está bien que haya gente joven que cultive lo urbano, el reggaeton y todo eso, ¡porque me encanta! Pero ¡qué bien que lo otro no muera!

¿Cuáles son sus proyectos para cuando termine esta aventura?

El nuevo álbum. E intentaré cantar en directo pronto. Lo echo mucho de menos. Y participo en La vox kids, que ha sido una experiencia maravillosa.

Es un retorno a sus orígenes…

Yo nací musicalmente en los concursos infantiles. La voz kids ha sido poder verlo desde la silla en lugar del escenario y, sobre todo, interactuar con los participantes, cosa que conmigo no hacían los artistas. Una vez vino Rocío Jurado al Veo, veo, en 2002. Y nos dijo cosas muy bonitas. Poder hacer esto con los nuevos talentos, los niños y ver que cuando tú les hablas se les quitan los nervios, es un regalo.

Compartir el artículo

stats