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Paco Tous Protagonista de ‘Los hombres de Paco’

Paco Tous: «Con el humor hay que ser muy matemático»

«Con el humor hay que ser muy matemático»

Aunque Paco Tous (El Puerto de Santa María, Cádiz, 1964) ha pasado por series con tirón como Con el culo al aire, Allí abajo, 30 monedas y el fenómeno La casa de papel, siempre tendrá un recuerdo especial de Los hombres de Paco. No solo porque fue la primera ficción que le dio a conocer al gran público y le abrió puertas que antes había tenido cerradas, sino también porque le dio una segunda familia con la que compartió trabajo durante cinco años y con la que ahora se ha reencontrado una década después.

Hace 10 años se despidió de la serie tomando el cargo de comisario. Ahora, a pesar del estatus, no está encerrado en un despacho, sino al pie del cañón, y sigue metiéndose en los mismos líos.

Es que él cree que sigue siendo joven. Paco Miranda intenta ser un buen hombre, un buen policía, un buen padre, un buen esposo, un buen amigo... Pero las cosas no le salen nada bien.

Antes chocaba con el comisario don Lorenzo (Juan Diego) y ahora lo hará con una coronel, Dolores Urbizu (Amparo Larrañaga).

Codirijo un equipo nuevo con Dolores, y es como si mezcláramos agua y aceite. Ese será el germen de una relación de contraste que va a ir avanzando con los capítulos y que para nosotros, por supuesto, significa humor.

Marc Cistaré, productor de la serie, decía que no estaban seguro de si en este regreso iban a poder hacer las mismas burradas que antes, pero que al final la cadena se lo ha permitido. ¿Cree que se puede hacer humor de todo?

Podemos reírnos de todo, siempre con respeto. En ningún caso nuestra intención es ofender, así que podemos hablar de todo sin problema.

¿Son conscientes de lo mucho que ha cambiado el panorama televisivo en una década? Esta misma serie, por ejemplo, se emite ahora en una plataforma de pago.

Sí, ha cambiado mucho. De hecho, la serie ha subido un escalón en calidad y profesionalidad. La ficción española está haciendo cada vez mejores cosas. O nos estamos creyendo que somos capaces de hacer cosas que tengan valor fuera, algo que no pasaba antes, que parecía que lo español estaba un poquito menos valorado, incluso por nosotros mismos. Ahora nos podemos arriesgar a hacer cosas mejores.

Usted ha vivido ese boom en primera persona, ya que participó en el fenómeno La casa de papel.

Y tenemos que recordar que tampoco fue un pelotazo aquí, sino que nos tuvieron que decir desde Brasil, Turquía o Argentina que era un éxito. Todavía nos falta confiar en lo que hacemos porque, a veces, seguimos tirándonos piedras en el tejado.

¿Es el humor de los Pacos demasiado local para triunfar fuera?

Parte de algo muy español y local y está impregnado del humor de nuestros antiguos cómicos, como Ozores y Landa, pero de ahí se abre a lo universal, se hace reconocible. Este humor tan español es casi como un personaje. Hablando de Paco Miranda, ese hombre que tiene muy buena voluntad para hacerlo todo lo mejor posible, pero que luego es un desastre como persona, casi se podría dibujar como un personaje de cómico español. Es un referente nuestro que ha funcionado fuera y que tenemos que utilizar, en vez de imitar ningún otro tipo de humor.

¿Cómo explica el reciente regreso de tantas series españolas de las últimas décadas, como El internado, Los protegidos o Física o Química?, ¿por la nostalgia del pasado?

No sabría contestar... Lo único que sé es que desde que acabaron los Pacos, llevamos diez años en medios de comunicación y redes sociales que nos están pidiendo volver. A mí me siguen diciendo por la calle: ¡Eres el de Los hombres de Paco! y mira que he hecho series después. Siempre nos han pedido recuperar la serie o volver con una película. Pues aquí estamos.

Paco Miranda le abrió muchas puertas. Además, dice que antes de este papel no le habían hecho mucho caso en el mundo audiovisual.

No es que no me hicieran mucho caso, sino que yo estaba dedicado a mi compañía en Sevilla, Los Ulen. Mi primer trabajo como serie nacional fueron los Pacos y me enseñó muchísimo. Fueron cinco años seguidos frente a la cámara, tengo muy buenos recuerdos y me abrió muchas puertas.

Ha estado en algunas de las comedias más exitosas de Antena 3 como Allí abajo y Con el culo al aire. ¿Es cuestión de suerte o que sabe elegir bien?

He tenido suerte... Y es que soy cómico. En estos momentos me siento un privilegiado por poder trabajar. Eso me hace levantarme todos los días con el propósito de hacer mi trabajo lo mejor posible y quejarme poco.

Pepón Nieto y usted han coincidido mucho después de los Pacos. ¿Han sido encuentros buscados?

Los buscó él. Yo había hecho muy poco teatro fuera de mi compañía y, después de la serie, a raíz de una sustitución, a Pepón se le ocurrió decirme lo de trabajar juntos. Empezamos a colaborar y ya hemos hecho tres espectáculos en el teatro y los seguiré haciendo, porque es un fantástico compañero. Entendemos el humor desde el mismo punto de vista, creemos que hay que tomárselo muy en serio, hay que ser muy mecánico, muy matemático y muy limpio con él.

Pues tendemos a pensar que el humor implica improvisación.

Eso es otro oficio. El humorista, el showman, el cuentachistes puede improvisar. Yo soy cómico y necesito un guion.

Es cómico, pero iba para veterinario y se metió en la danza por amor.

Lo acepto: me enamoré de una bailarina, me metí en danza escénica, luego vi un anuncio del Instituto del Teatro donde daban clases de danza y ballet y pensé que ahí tenía que haber más bailarinas. Es verdad que hice teatro por todo eso, porque no había nadie en mi familia que se dedicara a esto. Pero ese mismo año me enamoré del teatro.

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