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Territorio ‘vintage’

Qué noche la de aquel día

John Lennon y Yoko Ono vivieron en abril de 1971 una alocada aventura en Mallorca: fueron detenidos cuando el exmarido de Yoko denunció que habían secuestrado a la hija común

Lennon y Ono, a la salida de los juzgados mallorquines. | TORTELLÓ

Lástima que Richard Lester rodara A Hard Day’s Night (Qué noche la de aquel día) en 1964. Por desgracia para el mundo del pop, Paul McCartney había anunciado la separación de los Beatles el 9 de abril de 1970. Sin estas dos circunstancias invalidantes, el guion de la alocada película de los cuatro de Liverpool hubiese podido incorporar un episodio mallorquín. Los sucesos del 23 y 24 de abril de 1971 protagonizados por John Lennon, Yoko Ono, Kyoko Cox y Anthony Cox atesoran el vértigo de una serie contemporánea. El escenario, la Guardia Civil y los jueces son secundarios de lujo de esta historia. Aportan, además, el toque mallorquín imprescindible.

El 22 de abril de hace 50 años, la célebre pareja aterriza en Son Sant Joan. Se hospedan en el desaparecido hotel Meliá Mallorca. En un rapto de escasa originalidad, se inscriben como señor y señora Smith para pasar desapercibidos. Sin éxito. Las conjeturas sobre su estancia en la isla se desatan, aunque la opción más extendida apunta a una reunión con el Maharishi Mahesh Yogi: los Beatles se habían introducido en la meditación trascendental en la India con este polémico personaje que, por entonces, se había instalado en Cala Murada.

Pero la realidad era muy distinta. En Mallorca residían el productor de cine Anthony Cox, su esposa, Melinda Kendall, y Kyoko. Cox había sido el segundo marido de Yoko Ono, con el que se había casado dos veces: en 1961 –matrimonio invalidado porque Ono no había finalizado el divorcio de su primer esposo– y en 1963. Kyoko, nacida poco después de la segunda boda, era la hija de la pareja.

Lennon y Ono se acercan a Cales de Mallorca en la mañana del viernes 23 de abril de 1971. Allí recogen a Kyoko para pasar el día con ella, pero la cosa se complica. Cox denuncia el secuestro de su hija y afirma que su ex se la ha llevado de la guardería sin autorización. La policía del aeropuerto es alertada ante el temor de que se quieran marchar con la niña.

Comienza una actividad frenética. La tarde de ese mismo día, la Guardia Civil localiza a la pareja en el hotel de Palma. Argumentan que pretendían pasar el día con la niña, que ha sufrido una indigestión —al parecer por un consumo excesivo de helados— y que han avisado a un médico. Los agentes prefieren que sea el juez quien decida sobre el asunto. La noticia pronto echa a correr. No todos los días se arresta a alguien más famoso que Jesucristo, según la clasificación establecida por Lennon.

A las 20:00 horas, la pareja llega a los juzgados de Palma. Kioko va en brazos de Lennon y viste un kimono. Siete horas después, son los brazos de Cox los que acogen a la adormilada niña. Ambos suben a un Simca 1.000 y parten hacia su residencia. Unos minutos después, Lennon y Ono también retornan a su guarida. El magistrado les ha dejado en libertad, pero al día siguiente deben comparecer ante el juez de Manacor, competente en el conflicto.

El sábado se desata la locura. Medios de todo el mundo están ansiosos por conocer los detalles de la detención. Los teléfonos de los juzgados y la policía colapsan. Retenido es un titular que se repite en los periódicos desde Australia a América. Mientras, las partes preparan una batalla que, además de judicial, será mediática. Un melodramático Cox se declara dispuesto a reunirse con su exmujer para alcanzar un acuerdo. La niña se muestra ante el juez dispuesta a irse con cualquiera de sus progenitores.

A las cuatro de la tarde, unas horas antes de partir hacia París, Lennon y Ono comparecen ante los medios. Para ser más exactos, una portavoz lee un comunicado. “Kyoko ha estado todo el invierno con Cox... fuimos a buscarla para que pasara el día con nosotros... Tenía un poco de fiebre y llamamos a un médico... La policía se presentó y nos dijo que en la denuncia se aseguraba que la niña había sido secuestrada por unos ‘desconocidos’... Nos retiraron el pasaporte, pero luego nos lo devolvieron”. Al final aparece un móvil: “Queremos cuidar de la educación de la pequeña”. El músico se muestra flemático: “Volveremos”.

Denuncia sobreseída

Efectivamente, regresan el 3 de mayo y se asesoran con el abogado José Luis Piña. El día 5 se reúnen sin éxito con los Cox en Son Vida en busca de un acuerdo. Dos días después comparecen ante el juez de Manacor. El magistrado afirma que quien debe determinar la custodia de la niña es el tribunal de la Islas Vírgenes que dirimió el divorcio de Cox y Ono. Dos semanas después, John y Yoko regresan a Mallorca. El juez debe fallar sobre la denuncia por el presunto secuestro de Kyoko. La causa queda sobreseída.

Yoko Ono sigue luchando para estar con su hija. En diciembre de ese año, Cox es condenado a cinco días de prisión en Houston por impedir que la artista vea a Kyoko. Al poco, Cox entra en la secta The Church of the Living Word, que le protege para apartar a la niña de su madre. Tras salir del grupo, y ya divorciado de nuevo, padre e hija ingresan en la comuna Jesus People de Chicago.

En 1980, después de que Mark David Chapman asesinara a Lennon, los dos contactan con Ono, pero no desvelan su paradero. Hay que esperar a finales de los años 90, cuando Kyoko se convierte en madre, para que retomen la relación. Unos años antes de que eso sucediera, Ono le escribió una carta: “No ha habido un día en que no te haya extrañado. Siempre estás en mi corazón... Si alguna vez deseas ponerte en contacto conmigo, que sepas que me encantaría y que deseo profundamente saber de ti”. Finalmente, el contacto llegó 50 años después de su fugaz y conflictivo encuentro mallorquín.

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