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Supremme de Luxe | Maestra de ceremonias de ‘Drag race’

«Yo no rendiría bien como concursante»

Supremme de Luxe, presentadora de ’Drag Race España’. Atresplayer Premium

Dice que no es un icono, que es una curranta del espectáculo, pero en las más de dos décadas que lleva en el mundo drag, que conoció con el boom mundial que supuso el estreno de la película Priscilla, reina del desierto, ha llegado a lo más alto en el panorama hispánico. Además de cantante, es maestra de ceremonias en diversos eventos LGTBI y ha aparecido en First dates, pero ahora ha dado un paso más allá presentando nada menos que la adaptación española del programa de RuPaul, al que no imita, dice, por ser único.

Lleva muchos años en el espectáculo, pero esta es su primera experiencia como presentadora.

No es mi primera experiencia en la tele, pero sí haciendo este papel. Y ha sido muy positiva, porque mi posición era relativamente fácil. Estaba todo a favor. Es un programa que estaba montado para que mi labor fuera fácil de llevar. Ha sido un gusto trabajar con un equipo que trabaja a favor de obra.

RuPaul es todo un icono, usted lo es en España, pero ha dejado claro que no lo ha querido imitar.

Yo no me considero en absoluto un icono. Yo soy una curranta y muy pesada, por eso llevo muchos años trabajando. Pero desde el primer momento en que se me dijo que se iba a hacer una versión del programa lo he tenido claro. RuPaul es un referente, pero no se ha querido hacer algo parecido a lo que haga ella, porque eso es imposible. Es como cuando versionas una canción, que la tienes que llevar a tu estilo y como tú quieres, porque es la única manera de llegar a un resultado medianamente óptimo. Aquí se respeta el formato, pero la forma de presentar es muy mía. Este es un programa con mucho guion, más de lo que parece, para explicar las pruebas, los pasos, pero en la parte del taller, en el que las concursantes trabajan y yo les pregunto cómo lo llevan, todo es totalmente libre. Y con el equipo de guionistas yo he podido sugerir cosas. Sí, hay bastante parte mía.

Los programas son de 50 minutos, pero han grabado muchas horas. ¿Ha sido un rodaje intenso?

Mucho. Yo empatizo mucho en mi vida en general, pero como encima es gente que artísticamente es afín a mí, les intentaba echar una mano. Son muy buenas y nos ha costado muchísimo decidir quién se va. Es que es muy difícil mandar a alguien a su casa cuando tiene tanto talento. La palabra que ha utilizado lo describe muy bien: intenso. Y los sentimientos, siempre a flor de piel.

¿Es cierto que por trabajar en el espectáculo se libró de la mili?

Yo empecé a hacer teatro con 13 años y cuando me llegó la edad de la mili, yo era objetor de conciencia. Tenía ingresos económicos por actuar, ayudaba a mi familia, y ¡cómo me iba a plantear parar todo un año! Era muy joven, tenía 18 o 19, pero yo ya llevaba un tiempo en el espectáculo. Entré en el mundo del drag cuando el boom de Priscilla, reina del desierto, porque este no es el primero que se vive. Los que llevamos más años hemos pasado por más oleadas, aunque esta quizá sea la más mediática. Descubrí el cabaret y ahí empecé.

¿Y aquel jovencito se habría presentado a un concurso como este?

No, porque me parece tremendamente difícil. Y menos ahora, porque después de tantos años trabajando, más que lo que puedo llegar a hacer en un escenario tengo muy claro lo que ya no quiero hacer... Porque hay cosas que me han funcionado bien e intento potenciarlas. Y en este programa hay que hacer de todo. Como concursante yo no rendiría bien, porque en cosas que no me apetecieran o que no me motivaran tanto yo no pondría tanto interés. En cambio, estas reinas, que son unas javatas, defienden el puesto que han logrado no te cuento cómo.

Es de suponer que estará representado el folclore español en la prueba del snatch game. Si concursara, ¿a quién le gustaría imitar?

A Concha Velasco, porque es una actriz que adoro profundamente y es un personaje muy imitable, ya que tiene muchísima personalidad. Y de internacional tiraría por Liza Minelli, que es muy icónica. Como estamos en España, habrá muchas referencias nacionales, no solo en determinadas pruebas, sino en todo momento.

En su participación en First dates aprovechó para dar visibilidad al colectivo LGTBI. ¿Este programa cumple también esa función? ¿Se siente orgullosa por ello?

Me siento orgullosa de mi vida en general, no porque forme parte de esto. Que esto pueda contribuir a ayudar a una gente, por supuesto. Pero el objetivo de este programa es el entretenimiento. Es un formato que ya implica un posicionamiento ante determinadas cosas de la vida, pero cuando me preguntan si esto tiene que ser político o no, pienso que cada uno tiene que ser libre y opinar cuando le apetezca. El formato tampoco es una representación global de todo. Es una parte más y está muy bien que esté. Y que tenga una cabida tan comercial y mainstream. Cuando algo sale de lo tan anárquico y contracultural, igual pierde una parte de reivindicación, pero está haciendo otra. Me parece muy bueno que se haga. Nada representa a nadie, nos representamos a cada uno individualmente. Pero que una cadena apueste y se gaste un dinero en un formato internacional, y ponga en la palestra determinadas realidades, está muy bien.

¿Qué referentes pensó desde el primer momento que no podían faltar en el programa?

Mucha gente. Cuando me hago un planteamiento artístico, no pienso exclusivamente en el drag, pienso en cosas afines, pienso de qué me puedo contaminar, en el buen sentido, de aquí y de allí. Hay mil. La que te he nombrado antes, por ejemplo, Concha Velasco, tú no pensarías que es un referente drag, pero lo es absoluto, por cómo sale a un escenario. Incluso también Raphael. E Isabel Pantoja, por cómo anda. Ya no es solo la imitación, es la manera, la actitud que tiene mucha gente a la hora de salir a comunicar y a contar algo. Porque quien sale a un escenario sale a contar, de una manera u otra, y poner ahí lo que le apetezca. Lo interesante es verlo todo y decir: nos acoplamos a esto. Hay gente muy icónica y otra que ha apoyado al colectivo LGTBI, por lo que toda esa gente podría tener un hueco. Tenemos que convivir todos. Está bien que no solo se limite a un determinado colectivo, sino que se abra. Es importante que haya una convivencia en el arte, porque lo ideal es que la gente se mezcle para hacer sentir.

No puede quejarse, está en racha: también le espera ahora un proyecto de cine.

Me lo han adelantado y resulta que se me ha juntado todo: el estreno de Drage race con el rodaje. Pero eso es mejor que estar en el salón de casa, como nos pasó durante la pandemia. Es mucho mejor estar trabajando. Y me alegra mucho —aparte de porque este es un buen momento para mí y estoy muy feliz— que la maquinaria del mundo del espectáculo se haya puesto en marcha. Va lentito y sobre todo para el espectáculo en vivo está siendo muy complicado, pero se van engrasando motores para avanzar.

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