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La auténtica guerra de las galaxias

El mayor ‘bluff’ del espacio exterior

Una empresa suiza presentó en 2013 un proyecto para convertir Gran Canaria en lanzadera de satélites y vuelos turísticos espaciales - La entidad quebró y su fundador fingió una agresión

Recreación virtual de la nave suborbital que, alojada sobre un avión, trasladaría a los pasajeros. | SWISS SPACE SYSTEM

Canarias estuvo presente en los albores del turismo espacial. Una empresa suiza presentó en 2013 un proyecto para convertir Gran Canaria en base de lanzamiento de vuelos turísticos económicos y satélites al espacio, pero lo que en un principio parecía una iniciativa atractiva acabó convirtiéndose en un plan rocambolesco. Las autoridades suizas forzaron por «mala gestión» la quiebra de la entidad impulsora de aquella idea, Swiss Space Systems, y su fundador, el joven piloto e ingeniero Pascal Jaussi, aseguró en 2016 haber sido secuestrado por unos desconocidos que presuntamente lo golpearon y bañaron con un líquido inflamable. Un año después se informó de que Jaussi podía haber organizado aquel ataque para salvar a su empresa de la bancarrota.

Antes de ese imprevisible desenlace, la compañía anunció que pretendía invertir 200 millones de euros, 60 de ellos en Canarias, en desarrollar un sistema de lanzamiento de satélites de hasta 250 kilos inspirado en el Hermes, el transbordador reutilizable proyectado en los años ochenta por la Agencia Espacial Europea (ESA), que nunca llegó a usarse. Además, declararon que a finales de 2014 empezarían a operar con vuelos turísticos, donde se podría experimentar la gravedad cero a bordo de un Airbus A-300 modificado en su interior, cuyo coste por billete rondaría los 3.000 euros por persona.

Según explicaron en 2013 los responsables de Swiss Space Systems, conocida también como S3, habían elegido Canarias para este proyecto por su posición geográfica, al oeste de Europa y de África. En la presentación de Maspalomas dijeron que escogían las islas porque «permiten tener un acceso privilegiado al espacio a través del Atlántico», con un corredor «despejado para los lanzamientos, sin necesidad de sobrevolar zonas pobladas», anunció entonces el director de la compañía para España, Augusto Caramagno.

En 2015 la empresa aseguraba que ese año comenzaría sus operaciones en el Archipiélago. En 2016, sin embargo, S3 solicitó retrasar varios procedimientos de quiebra ya que se esperaban nuevos fondos de un banco de Singapur con los que hacer frente a las deudas y acometer el proyecto. Poco después se supo que aquella entidad asiática no era un banco porque no tenía licencia financiera.

La empresa suiza Swiss Spaces Systems, sin embargo, ya había logrado autorización de la Zona Especial Canaria para beneficiarse de los incentivos fiscales que ofrece este instrumento del Régimen Económico y Fiscal (REF). El consejo rector de la ZEC dio entonces el visto bueno al proyecto de la compañía que, además de una importante inversión económica, planeaba crear 80 puestos de trabajo directos en Gran Canaria.

S3 tenía también la intención de convertir a Canarias, a partir de 2020, en la primera base europea en realizar vuelos al espacio de ocio adaptando dos aviones Airbus para, por un lado, realizar los vuelos parabólicos donde los turistas podían experimentar la gravedad cero y, por otra parte, para que estos aparatos transportaran en su techo al pequeño avión suborbital reutilizable (SOAR), que sería la nave donde viajarían los pasajeros hasta alcanzar los 100 kilómetros de altura y que tendrían capacidad para seis personas y dos tripulantes.

La tecnología del SOAR se estaría desarrollando en Suiza y Swiss Space Systems aseguraba, asimismo, la puesta en marcha en el Archipiélago de un amplio abanico de actividades relacionadas con el sector aeronáutico que abarcaba soluciones de diseño e ingeniería de sistemas aerospaciales.

En enero de 2017, la fiscalía de Friburgo anunció que había abierto un proceso penal contra Pascal Jaussi por engañar a las autoridades judiciales, incendio intencionado y falsificación. Jaussi negó los cargos. Un año antes se iniciaba una investigación después de que el director ejecutivo de S3 resultase gravemente herido en una zona boscosa de Aumont. Afirmó que el día de la agresión había visto a dos de sus atacantes frente a su oficina. El empresario dijo que había intentado seguirlos en su automóvil, sin embargo, uno de los desconocidos habría intentado acceder a su coche y lo había obligado a conducir hasta el bosque donde lo rociaron con gasolina. Él y su utilitario fueron incendiados. Y como aquel sospechoso humo, el proyecto en Gran Canaria también se volatilizó.

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