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La primera Declaración de los Derechos Humanos

El Cilindro de Ciro (siglo VI a.C.) es una pieza de arcilla con escritura cuneiforme que contiene una declaración del rey persa en la que, grosso modo, legitima su conquista.

La primera Declaración de los Derechos Humanos lara de armas moreno

Ciro II el Grande, fue un rey aqueménida de Persia que creó el mayor imperio conocido hasta el momento y que duró más de doscientos años, hasta que fue conquistado por Alejandro Magno en el 332 a.C. Se le conoce por ser uno de los pocos soberanos que respetó las costumbres y religiones de los pueblos que conquistó y su modelo de administración centralizada fue muy exitoso ya que formó un gobierno que buscaba el beneficio de sus súbditos. Pero, si por algo es conocido Ciro, es por sus logros en materia de derechos humanos.

El Cilindro de Ciro (siglo VI a.C.) es una pieza de arcilla con escritura cuneiforme que contiene una declaración del rey persa en la que, grosso modo, legitima su conquista. El texto alaba a Ciro y cuenta su genealogía. Además, denuncia a Nabonido, el rey babilónico vencido por Ciro, como un opresor del pueblo babilónico. En el texto se observa su política conciliadora ya que nombra a la máxima deidad babilónica, Marduk, al que pide que le proteja y ayude. El texto habla de Ciro como un benefactor de los ciudadanos babilónicos y cuenta que mejoró sus vidas, repatrió a los exiliados y restauró los lugares de culto de Mesopotamia.

Para ponernos en contexto, el 12 de octubre de 539 a.C. el ejército de Ciro entró en Babilonia sin encontrar resistencia. Ciro entró en la ciudad el 29 de octubre ostentando los títulos de rey de Sumeria y Acadia, rey de Babilonia y «rey de las cuatro partes del mundo». A pesar de que el texto habla en primera persona, la redacción del cilindro se atribuye a sacerdotes babilónicos.

Hay dos fragmentos, el A de 35 líneas y el B de 9 líneas. Su contenido se puede resumir de la siguiente manera: en las líneas 1-9 se describen los actos «criminales» de Nabonido y la elección de Ciro por el dios Marduk. De la 20-22 se habla de su genealogía y sus títulos. De la 23 a la 34 Ciro narra cómo garantizó la paz, repatrió a los expatriados y restableció los lugares de culto. En la 35 aparece una oración de Ciro a Marduk y, finalmente, de la 36 a la 45, el rey describe la reconstrucción de las murallas babilónicas.

Por haber restablecido las libertades de movimiento y de culto, la ONU considera que el cilindro es el antecedente de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La premio Nobel de la Paz iraní, Shirin Ebadi, destacó el valor humanístico del Cilindro de Ciro, pero muchos historiadores señalan que este tipo de declaraciones eran tradicionales en Mesopotamia. No obstante, el director del Museo Británico, Neil MacGregor afirma que el cilindro fue el primer intento por gobernar una sociedad con distintos credos y nacionalidades, «una nueva forma de gobernar».

«Mis numerosas tropas marchaban pacíficamente a través de Babilonia, y todo [Sumer] y Acad no tenían nada que temer. Procuré la seguridad de la ciudad de Babilonia y de todos sus santuarios. En cuanto a la población de Babilonia que en contra de los designios divinos había soportado un yugo no decretado para ellos, hice que encontraran descanso de su agotamiento; los liberé de su servidumbre».

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