Silvia Criado despertó con una notificación: estás etiquetada en la historia de Ángel Ramírez. Abre la aplicación, ve la imagen y confirma que es la segunda ganadora del Concurso de Maquetas. Cierra el móvil y la alegría la invade. Todo esto empezó cuando su novio la animó a participar en el certamen con un fragmento de 90 segundos del tema No me fío y se lanzó a romper ese «síndrome de la impostora» que acecha de vez en cuando entre bambalinas.
A sus 28 años ha dado un salto a otro vacío cuando ya se dedica a la interpretación como actriz en la compañía Delirium Teatro: «Mi proyecto musical empezó después de la pandemia y decidí que era hora de sacar mis temas» y con la versatilidad y profundidad con la que enfrenta las declamaciones de sus personajes, toca interpretar las historias que traspasan su cuerpo para dárselas al público. «He ido adquiriendo poco a poco la seguridad para actuar y cantar, dándome mi faceta de actriz la capacidad de centrarme en la emoción que quiero transmitir».
En su caso, los dos mil euros parece que siguen los consejos de su madre y de los bolsillos que empiezan a desenvolverse por estos mundos donde el colchón es imprescindible para tener un buen alcance comercial: «Me resulta difícil autofinanciar un proyecto autogestionado y cuando tienes todo el trabajo es difícil y un poco frustrante por el algoritmo». Pero no ceja. En sus letras alude a la «idealización de la realidad, cuando tienes deseo por alguien y tienes muchas ganas de estar con esa persona, pero en el fondo sabes que no está bien». Bienvenidos a la era del amor líquido. Criado está por hacer su primer concierto en la Sala Bowie de San Cristóbal de La Laguna, ¿a dónde la llevarán las luces de neón?