Las otras redes que los ‘milennial’ vieron morir

Los de los noventa ya han visto cómo han cerrado aplicaciones con las que empezaron en internet, como Fotolog o Tuenti

María G. San Narciso

La cantidad de cuentas nuevas en Mastodon demuestran que el temor a que Twitter cierre es real. Para la mayoría de usuarias y usuarios se hace raro aprender a vivir sin el pájaro (mención especial a los que nos dedicamos a la comunicación), pero la generación milennial ya ha visto cómo han cerrado la mayoría de redes con las que empezaron a utilizar internet.

Messenger, el pionero

El primero que llegó a aquellos hogares que tenían la suerte de tener ordenador e internet (para la gente que no, siempre quedaban los locutorios, los cibers y las bibliotecas), fue Messenger. «Aunque era un programa de mensajería, realmente se convirtió en una especie de red social. Su interfaz era supermoderna para la época y permitía una gran personalización: foto de avatar, nick, estado, emoticonos...», explica la persona que está detrás de la cuenta Nostalgia Milenial.

«El Messenger supuso una auténtica revolución a la hora de comunicarnos. Por primera vez, podías reunir a todos tus contactos en un lugar y hablar con ellos gratis en cualquier momento. Si tenías internet en casa, claro. Además, nos permitió conocer a gente de otras partes de España. Incluso de otros países que habíamos conocido en foros y chats», prosigue. Si querías llamar la atención de alguien, podías mandarle un zumbido. También estaba la opción de poner una canción para que sonase cuando una persona concreta se conectaba.

Fotolog, el lugar donde sincerarse.

Fotolog era bastante similar a Instagram en sus inicios. «Era una red social que se basaba en subir fotos y que la gente las comentase. Lo curioso es que solo se podía subir una foto al día. Cuantos más comentarios, más popular era el post», señala la persona creadora de Nostalgia Milenial. De ahí, recuerda, venía la famosa frase: «Fírmame el Fotolog», que se decía entre amigos y compañeros para que dejaran algunas palabras en sus entradas.

Los posts estaban llenos de frases que mezclaban las mayúsculas y minúsculas. Alguna gente lo utilizaba en grupo o en pareja. Otros optaban por poner textos más trabajados. También estaban los que lo usaban a modo de diario. Y entre todos ellos era común ver homenajes a amigos que solían ser bastante similares. Incluían la foto del dueño del Fotolog con su amiga o amigo en cuestión, y una serie de razones por las que lo querían. Razones que, en muchos casos, iban con un «xQ...».

Tuenti, las fotos que jamás se subirían en Instagram

Pero la primera gran red social masiva en España fue sin duda Tuenti. Nació en 2006 y alcanzó una gran popularidad entre los años 2009 y 2012, antes de que Facebook e Instagram le comiesen la merienda. Ahora es una compañía móvil. «Es cierto que antes estuvieron el propio Messenger, MySpace, Fotolog… pero ninguna con el alcance e impacto de esta», reconoce Nostalgia Milenial.

«Al principio solo se podía acceder a Tuenti con invitación, lo que le dio un poco cierto aura de ‘exclusividad’; pero aun así acabó llegando rápidamente a la mayor parte de la juventud española. Permitía poner foto de perfil, cambiar el estado, subir cientos de fotos en las que podías etiquetar a otra gente para compartirlas en sus perfiles (el mítico ‘etiketarse kien kiera!!’), comentar y dar a me gusta; mandar privados, apuntarse a grupos, hacer quedadas... Después llegaron el chat y los juegos. La verdad es que fue muy completa. Su gran problema fue la llegada de WhatsApp y el no saber adaptarse al formato móvil», reconoce.

Lo que tenían en común tanto Fotolog como Tuenti, y que se daba sobre todo en la segunda, es que no existía esa intención de salir tan bien como ocurre en Instagram, una plataforma que sirve de escaparate de viajes, ligoteo y buena vida. En opinión de Nostalgia Milenial, «las fotos grupales se han ido perdiendo en detrimento de las individuales». «Ahora, cada uno vende su propia ‘marca personal’ en su perfil y muestra solo lo que puede darle buena imagen», concluye.

La cantidad de cuentas nuevas en otras plataformas demuestran que el temor a que Twitter cierre es real. Para la mayoría de usuarias y usuarios se hace raro aprender a vivir sin el pájaro (mención especial a los que se dedican a la comunicación), pero la generación milennial ya ha visto cómo han cerrado la mayoría de redes con las que empezaron a utilizar internet.

Messenger, el pionero

El primero que llegó a aquellos hogares que tenían la suerte de tener ordenador e internet (para la gente que no, siempre quedaban los locutorios, los cibers y las bibliotecas), fue Messenger. «Aunque era un programa de mensajería, realmente se convirtió en una especie de red social. Su interfaz era supermoderna para la época y permitía una gran personalización: foto de avatar, nick, estado, emoticonos...», explica la persona que está detrás de la cuenta Nostalgia Milenial.

«El Messenger supuso una auténtica revolución a la hora de comunicarnos. Por primera vez, podías reunir a todos tus contactos en un lugar y hablar con ellos gratis en cualquier momento. Si tenías internet en casa, claro. Además, nos permitió conocer a gente de otras partes de España. Incluso de otros países que habíamos conocido en foros y chats», prosigue. Si querías llamar la atención de alguien, podías mandarle un zumbido. También estaba la opción de poner una canción para que sonase cuando una persona concreta se conectaba.

Fotolog, el lugar donde sincerarse

Fotolog era bastante similar a Instagram en sus inicios. «Era una red social que se basaba en subir fotos y que la gente las comentase. Lo curioso es que solo se podía subir una foto al día. Cuantos más comentarios, más popular era el post», señala la persona creadora de Nostalgia Milenial. De ahí, recuerda, venía la famosa frase: «Fírmame el Fotolog», que se decía entre amigos y compañeros para que dejaran algunas palabras en sus entradas.

Los posts estaban llenos de frases que mezclaban las mayúsculas y minúsculas. Alguna gente lo utilizaba en grupo o en pareja. Otros optaban por poner textos más trabajados. También estaban los que lo usaban a modo de diario. Y entre todos ellos era común ver homenajes a amigos que solían ser bastante similares. Incluían la foto del dueño del Fotolog con su amiga o amigo en cuestión, y una serie de razones por las que lo querían. Razones que, en muchos casos, iban con un «xQ...».

Tuenti, las fotos que jamás se subirían en Instagram

Pero la primera gran red social masiva en España fue sin duda Tuenti. Nació en 2006 y alcanzó una gran popularidad entre los años 2009 y 2012, antes de que Facebook e Instagram le comiesen la merienda. Ahora es una compañía móvil. «Es cierto que antes estuvieron el propio Messenger, MySpace, Fotolog… pero ninguna con el alcance e impacto de esta», reconoce Nostalgia Milenial.

«Al principio solo se podía acceder a Tuenti con invitación, lo que le dio un poco cierto aura de ‘exclusividad’; pero aun así acabó llegando rápidamente a la mayor parte de la juventud española. Permitía poner foto de perfil, cambiar el estado, subir cientos de fotos en las que podías etiquetar a otra gente para compartirlas en sus perfiles (el mítico ‘etiketarse kien kiera!!’), comentar y dar a me gusta; mandar privados, apuntarse a grupos, hacer quedadas... Después llegaron el chat y los juegos. La verdad es que fue muy completa. Su gran problema fue la llegada de WhatsApp y el no saber adaptarse al formato móvil», reconoce.

Lo que tenían en común tanto Fotolog como Tuenti, y que se daba sobre todo en la segunda, es que no existía esa intención de salir tan bien como ocurre en Instagram, una plataforma que sirve de escaparate de viajes, ligoteo y buena vida. En opinión de Nostalgia Milenial, «las fotos grupales se han ido perdiendo en detrimento de las individuales». «Ahora, cada uno vende su propia ‘marca personal’ en su perfil y muestra solo lo que puede darle buena imagen», concluye.

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