La primera ‘influencer’

Un documental retrata la moral de la España del franquismo a través de las cartas de las oyentes del consultorio radiofónico de Elena Francis y los consejos que daba la misteriosa gurú sentimental

Una mujer escucha el mítico consultorio radiofónico en el documental sobre Elena Francis. | THE MEDIAPRO STUDIO

Una mujer escucha el mítico consultorio radiofónico en el documental sobre Elena Francis. | THE MEDIAPRO STUDIO / juan fernández

De entre todas las definiciones de Elena Francis que se escuchan en el documental que acaba de producir The Mediapro Studio sobre el mítico consultorio radiofónico, y que emitirá TVE el próximo miércoles con motivo del 8-M (La 2, 22:30 horas), la más provocadora y chocante la pronuncia el experto en marketing Santiago Hernández, quien por edad no llegó a escuchar en directo el programa: «Fue la primera influencer de la historia».

La descripción es tan audaz que ha acabado poniendo título a la propia producción y da pistas sobre la vocación con que nació: «Queríamos explicarle a la España de 2023 cómo era aquel espacio de radio y qué supuso para las generaciones de mujeres que lo seguían a diario con devoción», explica Mónica Artigas, directora del documental.

El resultado es un viaje en el tiempo con resonancias sentimentales y morales que, aparte de repasar las muchas singularidades y zonas de sombra que pueblan la historia del programa, retrata la sociedad española de la época con el detalle de un cuadro hiperrealista y pone en evidencia lo mucho que ha cambiado el país en un puñado de décadas.

Y es que el Consultorio de Elena Francis no fue un exitoso espacio radiofónico más. En la década de los 50, los 60 y primera mitad de los 70 —estuvo en antena hasta 1984, pero en la etapa democrática su impacto fue mucho menor—, España entera se paralizaba cada tarde a las siete cuando sonaban las notas de Indian Summer, la melodía del programa, y se disponía a escuchar los consejos que una amable pero firme voz femenina, a quien nadie ponía cara pero que todos conocían a la perfección, ofrecía en respuesta a las preguntas que las oyentes le habían enviado por carta.

Se escuchaba en las casas y en las fábricas, sonaba en los patios de vecinos y en las tiendas de la esquina, lo seguían solteras y casadas, modistillas y estudiantes, abuelas y nietas. «Producía una hipnosis colectiva porque se oía en toda España a la vez, con un calado social inédito», describe la profesora de la Universidad Jaume I Rosario Raro, una de las 20 voces del mundo académico y la comunicación que participan en el documental para analizar la dimensión social que tuvo el consultorio.

En realidad, el espacio nació con una mera aspiración comercial a iniciativa de los dueños del Instituto de Belleza Elena Francis, que querían promocionar sus productos en una España pobre que aspiraba a pasar de una vez la página de la posguerra. Saltó a las ondas en noviembre de 1950 en la sintonía de Radio Barcelona y en 1966 pasó a Radio Peninsular, de Radio Nacional.

La parte mollar del programa, la que dejaba embelesada a la audiencia frente a las radios de cretona, la formaba la media docena de cartas de oyentes, casi siempre mujeres, que se leían cada tarde y las respuestas que ofrecía Elena Francis, a quien puso voz en los primeros años Maruja Fernández, corista de Antonio Machín en sus ratos libres.

Las inquietudes de aquellas y las recomendaciones de ésta permiten trazar un mapa de las expectativas vitales de las mujeres del momento y de la moral que flotaba en el ambiente. «Escribían buscando desahogo a sus problemas, pero el discurso de la consejera era adoctrinador», apunta la historiadora Gloria Nielfa acerca de una relación epistolar radiada que en los años más promiscuos superó las 10.000 cartas mensuales, obligando al Instituto de Belleza a contratar un batallón de secretarias para clasificar tanta misiva como recibían. Las que marcaban con una equis quedaban vetadas para sonar en antena por lo delicado de su temática.

La producción se hace eco del sorpresivo hallazgo de un millón de aquellas cartas en una masía de Cornellá en 2005 y reproduce varias de ellas junto a las respuestas que brindó la gurú. Es aquí donde el documental se muestra más revelador, y por momentos escalofriante. A una oyente que expone sus planes de casarse con un hombre negro, la consejera le advierte: «Ese matrimonio no te conviene. Piensa en tus futuros hijos y en tus relaciones sociales, tu novio no será bien acogido a causa de su raza». A otra seguidora que muestra su disgusto porque su marido mira a otras mujeres, le sugiere: «Sea comprensiva, no se lo recrimine».

Malos tratos

Pero el pasaje más abracadabrante del documental es la lectura de la carta de una oyente que se declara aterrorizada porque su marido la abofetea desde que se casaron. La denuncia de malos tratos suena sobre los rostros de cinco invitados a una tertulia intergeneracional que se quedan boquiabiertos al escuchar la respuesta del oráculo radiofónico: «En esta vida estamos para sufrir y cada uno lleva su cruz. Tenga resignación. Procure complacer a su esposo y no le lleve la contraria», le recomienda Elena Francis.

«El consultorio estaba en sintonía con el modelo de feminidad que imponía el régimen», observa en el investigador José Emilio Pérez, autor de varios ensayos sobre la historia de los medios de comunicación. En 1982, el escritor Gerard Imbert, que también interviene en el documental, desveló en un libro uno de los secretos mejor guardados de la historia sentimental de España del último siglo: Elena Francis no existía y era un hombre quien escribía los consejos, y a veces también las cartas. Ese hombre era el periodista Juan Soto Viñolo, colaborador de El Periódico de Cataluña fallecido en 2017, quien entre 1966 y el cierre del consultorio ejerció de guionista del programa.

El documental reproduce entrevistas televisivas suyas explicando la actitud «estrictamente periodística» con que se planteó aquella labor, y da voz a su hija, Verónica Soto, que le recuerda febrilmente entregado a su máquina de escribir. «Él no compartía las ideas de Elena Francis. Era de izquierdas y de mentalidad mucho más abierta de lo que reflejaban los guiones. Aceptar aquel encargo fue una apuesta profesional», dice la hija del periodista acerca de una de las paradojas que encierra el mítico consultorio radiofónico.

Otra, no menor, la resume la realizadora Mónica Artigas: «Estas cartas nos recuerdan de dónde venimos. Estrenar el documental el 8 de marzo es una forma de rendir homenaje a aquellas mujeres que hicieron posible la libertad que hoy tenemos».

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