La mujer etrusca

Mujer etrusca de terracota.

Mujer etrusca de terracota. / METROPOLITAN MUSEUM OF FINE ART

Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

Los etruscos fueron un pueblo afincado en la Toscana, Italia. Sus inicios datan en torno al 900 a.C. y terminaron siendo asimilados por Roma a partir del siglo IV a.C., finalizando su anexión hacia el año 27 a.C.

El papel de la mujer etrusca es muy interesante ya que tanto griegos como romanos las consideraban promiscuas y licenciosas. Este pensamiento surgió a raíz del papel de las mujeres en la vida social etrusca. En el mundo heleno y latino la mujer estaba, mayoritariamente, subordinada al hombre, mientras que la mujer etrusca participaba activamente en la vida cultural, social y política.

En realidad solo se conserva información sobre la mujer etrusca aristócrata y poco se sabe acerca de la forma de vida de mujeres de otras clases sociales, no obstante, supone un claro ejemplo de cómo fueron percibidas las mujeres etruscas en la Antigüedad.

La evidencia arqueológica muestra frescos, sarcófagos e inscripciones en los que se representa a una mujer etrusca fuerte y poderosa, cuya opinión es tenida en cuenta. Además, el material iconográfico las reproduce con ricas vestimentas y gran cuidado estético. La mujer etrusca podía poseer bienes propios, hacer negocios, dirigir su casa y legar sus bienes a sus herederos. Sin embargo, no podemos observar el mundo etrusco como un conjunto homogéneo en su duración temporal, pero sí podemos conocer, de forma general, sus principales características según la información con la que contamos.

Durante la primera Edad del Hierro se produce el periodo villonoviano en el que se observa una evidente paridad entre los enterramientos de mujeres y hombres. Asimismo, los ajuares funerarios solo muestran diferencias iconográficas, como ejemplo observamos armas para hombres y espejos para mujeres, lo que podría indicar una división sexual del trabajo.

Durante el periodo orientalizante (siglo VIII a.C. - 600 a.C.), la riqueza la poseen un número reducido de individuos, evidenciando una transmisión hereditara y diferencias sociales. No obstante, no encontramos una clara distinción por sexos. Mujeres y hombres poseen las mismas riquezas en sus ajuares funerarios, algo que se evidencia en diversos hallazgos como la tumba mixta de Regolini-Galassi o la necrópolis de la Banditella.

En el periodo arcaico se observa el papel de las mujeres en la pareja. En la evidencia arqueológica se encuentra la presencia de mujeres en los espacios sociales como banquetes o espectáculos deportivos, algo que en las culturas griega y romana estaba reservado para los hombres. Se han encontrado vasos que representan a mujeres liberadas sexualmente, bailando desnudas al igual que los hombres y vistiendo ropas transparentes. También escenas eróticas en las que la mujer participa en actos sexuales con varios hombres, expresando el deseo sexual femenino, alejándolo de meros motivos reproductivos.

El periodo clásico da signos de mujeres etruscas poderosas, pero en el periodo helenístico podemos hablar de una aculturación etrusca, cuyos rasgos culturales son asimilados por los romanos. En las esculturas de bronce estudiadas se puede comprobar el fin de la paridad entre mujeres y hombres, los romanos habían puesto fin a la diversidad etrusca. Durante este periodo las mujeres perdieron la independencia y estatus del que gozaron antaño.

Suscríbete para seguir leyendo