En la orquesta del ‘Titanic’

Diseño canario para las tripas de ‘Titanic’

El canario Carlos Santos crea la escenografía del musical que, basado en la tragedia del trasatlántico, se estrenó anoche en el teatro Bühne-Baden Stadttheater de Viena

La producción tiene cinco premios Tony de Broadway

Proyección de Carlos Santos para ‘Titanic, el musical’.

Proyección de Carlos Santos para ‘Titanic, el musical’. / Christian Husar

Miguel Ayala

Miguel Ayala

Un canario forma parte desde anoche de la historia del Titanic. El escenógrafo Carlos Santos ha diseñado en Austria para el Bühne-Baden Stadttheater el decorado de Titanic, el musical, inspirado en la tragedia del mítico trasatlántico y estrenado ayer en Viena con Michael Lakner y Leonard Prinsloo al frente, respectivamente, de la dirección artística del teatro y la dirección de escena de esta producción de Broadway que se alzó en 1997 con cinco premios Tony, incluido el de Mejor Musical. «No siempre se presenta la oportunidad de participar en un montaje como este y el hecho de hacerlo en Viena y trabajar en Europa implica, sin duda, un salto internacional en mi carrera profesional; una puerta que se abre», reconoce, «para compatibilizarla con los proyectos que de forma continuada realizo en Canarias».

El grancanario Carlos Santos, quien entre 2019 y 2023 se encargó del diseño de los escenarios de los carnavales más importantes del Archipiélago, como los de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, además de crear escenografías para óperas y zarzuelas dentro y fuera de las Islas, cuenta que la propuesta para elaborar los decorados de la adaptación vienesa de Titanic, el musical le llegó en octubre de 2022. «Conocí a Leonard Prinsloo, director de escena de Titanic, trabajando juntos en la producción de +Opera y el Teatro Pérez Galdós Orfeo ed Euridice. El entendimiento artístico entre nosotros», rememora, «fue muy positivo desde un primer momento y me planteó si quería unirme al montaje. A partir de ahí, Leonard le presentó a la dirección artística del teatro mis trabajos y un mes más tarde ya formaba oficialmente parte del equipo».

Diseño canario para las tripas del 'Titanic'.

Diseño canario para las tripas del 'Titanic'. / La Provincia

«El talento excepcional de Carlos y sus diseños innovadores me convencieron de que era la persona perfecta para este ambicioso proyecto», recuerda Leonard Prinsloo. Dice que Carlos Santos «ha creado ingeniosamente un decorado que no sólo transmite la esencia de la historia sino que superaba cualquier producción que yo hubiera visto en directo u online. Como director y coreógrafo de Titanic, el musical mis responsabilidades iban mucho más allá de la mera puesta en escena. Con Carlos fielmente a mi lado, asistiendo a todos los ensayos y ofreciendo su inestimable aportación, llegamos a un punto de orgullo mutuo en nuestra creación. Cada escena ha estado meticulosamente elaborada; cada personaje motivado y los bailes han sido coreografiados a la perfección», añade sobre este montaje que anoche recibió una enorme ovación por parte del exigente público vienés.

Titanic, el musical se estrenó en Broadway el 23 de abril de 1997 dirigido por Richard Jones y ese año ganó cinco premios Tony, incluido el de Mejor Musical.

El libreto de la producción, cuyo montaje inicial en Nueva York tuvo 804 funciones, retrata cómo la colisión con el iceberg destruyó todas las ilusiones de quienes diseñaron el fabuloso barco y de sus pasajeros: El esfuerzo de la humanidad por lograr grandes obras de ingeniería y hazañas tecnológicas similares; los sueños de los viajeros, desde los de tercera clase que emigraban a América en busca de oportunidades, a los de segunda, deseosos de imitar un estilo de vida relajado similar al de los pasajeros adinerados, sumados a aquellos que con el objetivo de presumir de sus posiciones privilegiadas ocupaban los camarotes de primera clase, convierten Titanic, el musical en un atemporal retrato de la desesperación y la clasista miseria del ser humano cuando la tragedia, que ni entiende de clases sociales ni hitos navales, llega de imprevisto.

Cuatro semanas duró fabricar en Viena el decorado diseñado por Carlos Santos, que también creó las proyecciones de ‘Titanic, el musical’

La frustración por parte del pasaje al ver truncados, simultáneamente, sus diferentes anhelos y la posterior transformación del carácter de los pasajeros y la tripulación tras el accidente son un espejo donde cualquiera queda reflejado.

«Cuando te adentras en el libreto del musical», explica Carlos Santos, «se perciben muchas capas, entre ellas los estilos de vida de las diferentes clases sociales que viajan en el barco cuando, irónicamente, cada una de ellas están predestinadas al mismo final. Es ese el plano que más me interesó para tomarlo como motor a la hora de plantear la propuesta de la escenografia. Además, el reto estaba en el hundimiento del barco porque con las características del escenario del teatro, más pequeño que el de Broadway, no era fácil hacerlo tal cual se plantea en el original», una limitación que solucionó Santos con «la deconstrucción del espacio», reconoce, «partiendo de una escenografía sólida y compacta que, a medida que avanza la obra, se va desintegrando transformándose en un ambiente más etéreo y vacío».

22 solistas, 14 miembros del coro y 11 bailarines, acompañados por una orquesta clásica completa, componen el elenco interpretativo y musical del montaje estrenado ayer en el Bühne-Baden Stadttheater de Viena, un equipo al cual se suman técnicos de sonido, iluminación y dirección de escena junto con el personal del departamento de vestuario y sus ayudantes, un grupo total de más de 130 personas.

Como «muy buena desde el minuto uno» describe el escenógrafo canario su relación con el equipo de esta adaptación de Titanic. «No he tenido prácticamente ninguna indicación desde que Leonard Prinsloo y yo pusimos en común el punto de partida estético que queríamos destacar del libreto. A partir de ahí», dice, «me dieron libertad absoluta» para desarrollar un decorado cuya construcción se llevó a cabo en Austria durante casi cuatro semanas, «poco tiempo si se tiene en cuenta la envergadura de una producción como esta», admite Santos que, sin embargo, se muestra satisfecho con el resultado final.

Además de los elementos físicos, Carlos Santos también diseñó para la adaptación vienesa de Titanic las proyecciones que visualmente apoyan la obra.

«Al ver la grandiosidad del hundimiento del barco», recuerda Prinsloo, «con puentes basculantes y botes salvavidas descendentes, nos dimos cuenta de que las proezas técnicas que deseábamos podrían desbordar la capacidad de nuestro escenario y de nuevo pensé que Carlos era ideal para ayudarme a abordar ese reto; no me equivoqué y al final sus aportaciones para solucionar cualquiera de nuestras limitaciones han superado, en el resultado final de la obra, todas nuestras expectativas», concluye.

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