El pergamino de Clío

«40 acres y una mula»

«40 acres y una mula»

«40 acres y una mula» / La Provincia

Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

El pasado domingo tuvo lugar la Super Bowl en Estados Unidos, el partido final del campeonato de la National Football League. Cada año, durante el medio tiempo en el que los jugadores tienen 30 minutos de descanso, se celebra el Halftime show, en el que diferentes bandas y grupos de música amenizan el entretiempo. No son simples espectáculos. Artistas y grupos tan grandes como Michael Jackson o U2 han sido protagonistas de este show que genera tanta o más expectación que el propio partido. A pesar del gran alcance mediático, el medio tiempo no ha estado exento de polémicas. Seguro que a muchos les suena el pecho descubierto de Janet Jackson, evento que pasó a ser conocido como nipplegate y que en el contexto del puritanismo estadounidense costó a la CBS una multa de 550.000 dólares.

Este año, el encargado de amenizar el partido ha sido el rapero y productor estadounidense Kendrick Lamar, originario de Compton, California. Se crió en el seno de una familia de clase trabajadora en un entorno de bajos recursos y creció siendo dependiente de programas de asistencia social. Aunque nunca formó parte de ninguna pandilla callejera, creció rodeado de personas que sí estuvieron afiliadas como por ejemplo su padre. Estudió en profundidad la cultura e historia afroamericana y utilizó estos conocimientos, así como la salud mental, la política y la conciencia social en sus temas.

Además del beef con Drake, uno de los aspectos más controvertidos de su actuación en la Super Bowl fue el uso de la frase «40 acres and a mule», una frase que tiene sus raíces en la historia de la postguerra civil estadounidense. En su actuación Lamar dijo: «40 acres and a mule, this is bigger than the music. They tried to rig the game, but you can’t fake influence» («40 acres y una mula, esto es más grande que la música. Intentaron amañar el juego, pero no se puede fingir influencia»). Esta referencia va más allá de la música y dirige la atención a la injusticia histórica que aún tiene impacto en las vidas de las personas afroamericanas. Pero, ¿de dónde viene esta frase y por qué ha sido tan polémica?

Tras acabar la Guerra Civil los esclavos afroamericanos veían muy cerca su independencia. En este contexto, el secretario de Guerra Edwin M. Staton planteó a 20 pastores negros de Savannah, Georgia, la siguiente pregunta: «¿Qué quieres para tu propia gente?»

«La mejor manera de cuidar de nosotros mismos es tener tierra y cultivarla con nuestro propio trabajo». «Queremos que nos coloquen en un terreno hasta que podamos comprarlo y hacerlo nuestro», dijo el reverendo Garrison Frazier, ministro baptista de 67 años y portavoz del grupo, que incluía a personas que habían sido esclavizadas y vivían como hombres libres por igual.

La idea de despojar a los esclavizadores sureños de sus tierras contó con muchos apoyos. Sherman hizo caso a los reverendos negros y firmó la Field Order 15 el 16 de enero de 1864 que reservaría 400.000 acres de tierra confederada para los esclavos. Así, cada familia tendría 40 acres de tierra cultivable. Los generales de la Unión pretendían dividir las plantaciones en pequeños asentamientos agrícolas para que los esclavos recién liberados pudieran disfrutarlas. En la orden no se mencionan las mulas, pero se sabe que a los esclavos les prometieron mulas del Ejército, por lo que este programa de reparaciones se conoció popularmente como «40 acres and a mule».

El gobierno no cumplió su promesa y, tras morir asesinado el presidente Lincoln en abril de 1865, su sucesor, el presidente Andrew Johnson, rescindió la orden y devolvió a los propietarios confederados sus tierras. Sin tierra propia que cultivar, los 3,9 millones de esclavos liberados volvieron a trabajar para los blancos en unas condiciones poco mejores que las que habían vivido como esclavos.

Con su actuación, Lamar evita que se olvide la desidia del gobierno estadounidense que nunca cumplió su promesa ni reparó los daños ocasionados a la población afroamericana.

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