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Lucía Caraballo, actriz de 'Animal': «Hacer de gallega delante de Luis Zahera imponía»

A sus 26 años, la protagonista femenina de la serie ‘Animal’ lleva tiempo demostrando su talento en títulos como ‘Estoy vivo’, ‘No me gusta conducir’ y ‘La reina del pueblo’. Como hace en esta comedia de Netflix donde se desenvuelve con un creíble acento gallego a pesar de ser madrileña

Lucía Caraballo

Lucía Caraballo / PI

Marisa de Dios

En Animal habla con un acento gallego muy conseguido. ¿Fue petición del equipo o propuesta suya?

No me lo pidieron. Para el casting recibí un monólogo sin descripción de personaje; solo ponía Galicia y el nombre de Uxía. Aunque estaba trabajando mucho en ese momento, me lo aprendí y empecé a improvisar con acento gallego. Luego me llamaron y supe que era una serie con Zahera y dirigida por Víctor García León. Me hizo una ilusión enorme… y me dio un poco de vergüenza por el atrevimiento que había tenido. Para la serie ya contraté por mi cuenta a un coach.

¿Le ayudó también Luis Zahera con el acento?

Luis es la persona más cercana y generosa del planeta, pero al principio me daba pudor: ir a Galicia a hacer de gallega delante del gallego por excelencia, imponía. En el piloto ni le decía que estaba poniendo el acento, consultaba más con Víctor y con el productor. Después, con el coach entendí que el acento no es cantarlo, sino trabajar vocales abiertas y cerradas.

Uxía es muy optimista y vive su trabajo con pasión.

Para mí era clave no caer en ningún cliché. No quería confundir alegría y amabilidad con ser tonta. El optimismo es una decisión activa: ver lo que no funciona y querer cambiarlo. Yo construí a Uxía desde ahí. Ella es listísima, válida y trabajadora, aunque tiene una autoimagen un poco distorsionada.

La llegada de Antón la desestabiliza. ¿Cómo funciona ese contrapunto?

Son dos personajes que tienen muchísimo que aprender el uno del otro y que han montado su vida sobre unos cimientos que no eran tan inquebrantables como ellos creían. Ambos son animalistas, pero desde lugares muy distintos. Entre la comedia y las locuras, vemos a dos personas intentando vivir lo mejor que pueden y saben.

En la serie salen animales. ¿Le gustan?

Me encantan. Uxía defiende Kawanda porque cree que prioriza el bienestar animal. Luego, a lo largo de la serie, eso variará. Yo soy superanimalista. Una de las cosas en las que García León se ha basado en mí para darle a Uxía es que recojo gatos enfermos. Admiro la labor de los veterinarios y me alegra mucho visibilizarlos con esta serie.

La serie también visibiliza el mundo rural.

Se muestra lo difícil que está lo rural en Galicia y lo precaria que puede ser la veterinaria rural: te desvives por los animales, cobras poco y te lo llevas a lo personal, porque quieres salvarlos. El trato que tiene Antón (el personaje de Luis Zahera) con los animales también me parece supernecesario. Los veterinarios tienen la capacidad de ser prácticos y no sobreempatizar en el momento que tienen que hacer una intervención, aun siendo superanimalistas.

El final queda abierto. ¿Habrá nueva temporada?

Ojalá. Da para dos o tres más. Dependerá de la acogida del público.

¿Qué le gustaría que se lleve la gente de esta serie?

El amor por los animales y la idea de que hacemos lo mejor que podemos. Nos equivocamos y no pasa nada: la comedia también está en eso. Hay muchas maneras de hacer las cosas y todos intentamos vivir lo mejor que sabemos.

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