- La recuperación turística parece que es ya una realidad a tenor de las cifras de llegadas y se convierte en un alivio para Canarias...

- Al regreso de la última ITB de Berlín ya dije que las perspectivas eran buenas. Algunos se mostraron escépticos ante mi optimismo, pero tengo por costumbre basarme en datos fehacientes, y en esa feria se volvió a la tónica de años pasados. Además, el Informe sobre Perspectivas Económicas para 2011, que elaboramos todas las Cámaras europeas, coloca a tres regiones suecas en los tres primeros puestos. Eso es otra buena noticia, teniendo en cuenta el peso que tiene para nosotros el turismo de Suecia para la temporada invernal. En los últimos días hemos visto que Canarias vuelve a ser líder en llegada de turistas. Además, con el gran comercial que tenemos en Europa que es el frío, la temporada siguiente será magnífica. La economía ha salido ya del coma y la recuperación comienza a ser un hecho gracias al turismo. Lo que pasa que el turismo es madre soltera y no está acompañada de otro sector fuerte que compense los vaivenes de la economía.

- ¿Realmente se ha tocado fondo como se dice y ya hay luz al final del túnel?

- Creo que es así. El debate ahora está en determinar a qué distancia está esa luz. En las Islas tenemos a favor la recuperación del turismo, pero queda pendiente el salto definitivo en materias como la innovación o la propia modernización del turismo. Desgraciadamente, nada hace pensar que la recuperación vaya a ser acelerada. En este punto, sí es importante recordar que los grandes culpables de esta crisis han sido los bancos que incentivaron los créditos fáciles y la gente cogió dinero, que ahora le cuesta devolver. Fue un gran engaño al empresariado y muchas empresas están pasándolo mal. La banca hizo creer a muchos que esto era 'Hollywood' con unos préstamos estupendos que ahora se ha llevado por delante a muchos.

- La que no levanta cabeza es la construcción. ¿Qué panorama vislumbra con obras paradas en Canarias y una inversión pública al ralentí?

- Creo que la respuesta está en la pregunta. El sistema es lo que está tocado. Si no hay financiación, no hay empleo; si no hay empleo, no hay demanda, las ventas se resienten y los resultados son malos, con lo que es más difícil lograr financiación; y vuelta a empezar. Metidos en esa espiral queda la salida de la inversión pública, pero Europa nos obliga a reducir drásticamente el déficit público. La recuperación de este sector irá llegando muy despacio, pero desde luego no se regresará a los niveles de negocio del pasado.

- Pero el paro aún no ha dado grandes titulares. ¿cuándo cree que acabará la sangría de parados y se cree empleo?

- La creación de empleo irá de la mano de esa recuperación. El componente estacional sigue siendo muy fuerte, lo que significa que aún no creamos empleo estable. Con las dificultades que encuentran las empresas ahora mismo para lograr financiación, se hace difícil pensar en crear empleo. Si a eso le unimos la necesidad de reciclar a muchos de los trabajadores se puede tener idea de la lentitud del proceso. No va a suceder de la noche a la mañana. Lo que sí le digo es que es una verdadera pena que nos avergoncemos de decir abiertamente que vivimos del turismo. De servir a otros cuando estamos ante el verdadero petróleo de Canarias.

- Respecto al turismo, la remodelación de la planta obsoleta es una aspiración tan reiterada como inactiva. ¿Es la salida o habría que plantear medidas mucho más radicales para reordenar y restaurar?

- Remodelar la planta es una parte del trabajo, pero evidentemente también hay que acometer una profunda labor de reordenamiento y embellecimiento de las zonas. Y tampoco es solo eso. Desde la Cámara de Comercio llevamos años formando a empresarios en innovación y en el marketing 'on line'. En todos los factores que determinan el éxito del turismo, hay que ir un paso por delante.

- ¿Para levantar el Sur falta valentía institucional, sobra burocracia o no volaría usted con dinamita lo que no sirve para empezar de cero?

- Mejor pensar con la cabeza. Es lo que hace falta: pensar, dialogar, consensuar y actuar. Y si se concluye que es necesario empezar de cero en algún caso, pues habrá que hacerlo. Me gustan los modelos garantistas, pero es cierto que en muchos casos se utilizan los trámites para enredar la madeja, con lo que la iniciativa privada opta por marcharse a donde le dejen hacer cosas.

- ¿Qué opina del Consorcio de San Bartolomé? ¿Estima usted que resolverá algo?

- Los empresarios recibimos su creación con ilusión, pero lo cierto es que en el tiempo en que lleva en pie poco se ha hecho. Han existido diferencias entre los políticos que han supuesto una rémora. El consorcio está en marcha y, mientras siga vivo, prefiero pensar que no va a suponer una frustración. Hace pocos meses que Rafael Molina Petit tomó la gerencia y espero, muy sinceramente, que esta nueva etapa traiga una mayor capacidad ejecutiva.

- ¿Es la moratoria el peor error cometido por la Administración canaria?

- Ya existen leyes que regulan dónde se pude construir y dónde no. La moratoria tiene un espíritu positivo, según la explicaron quienes la pusieron en vigor. Se trataba de estabilizar la cifra de llegada de turistas y apostar por la calidad. Es decir, no aumentar el número de visitantes, sino lograr que los que llegaran tuvieran un perfil que incluyera un mayor poder adquisitivo. Sin embargo, la moratoria llega de repente, sin consultar con el sector, con derechos adquiridos que están en vigor y que, en varios casos, han supuesto un coste elevado para los bolsillos de todos los canarios.

- De ser Rey Mago en estas fechas, ¿qué le pondría al presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, un buen regalo o carbón?

- De ser Rey Mago, estaría muy ocupado en estos días como para pararme a pensar en una sola persona.

- ¿Y al presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero?

- Lo mismo.

- Vale, mójese, y usted ¿que le pediría a los Reyes Magos?

- Pidiría unidad de criterios en las administraciones públicas para facilitar la labor, pero creo que eso sería pedir un milagro.

- Me imagino que su entidad estará de los nervios por culpa de la supresión de cuotas camerales, que les va a dejar un poco tiesos y que muchos han recibido de buena gana...

- Los nervios no son buenos. Estamos trabajando con tranquilidad y rapidez.

- Pero, esta semana se ha publicado que para afrontar esta nueva etapa tendrán que echar mano de sus activos y de su patrimonio si hiciera falta...

- Nosotros tenemos un gran cuerpo para reaccionar con patrimonio y activos y con una experiencia. Lo que no puede ser es que sigan reclamando servicios de forma gratuita y se nos quite las cuotas de golpe.

- ¿Se ha llegado a plantear una fusión Confederación de Empresarios y la Cámara?

- No me gustaría ver una fusión de estos organismos que tienen funciones bien diferenciadas. Lo que está claro es que la Cámara de todos los empresarios y la Confederación es de las federaciones. Nuestra intención como Cámara es seguir volcándonos en formación, sobre todo, turística y siendo además el referente para las empresas que quieran salir al exterior. Las Cámaras tienen 125 años de historia y la Confederación son del 78. Quien tiene las de perder son las confederaciones porque las Cámaras están más fuertes y están a disposición de los empresarios. En el momento que los empresarios tengan que elegir cuál es su verdadera representación pues eligirían a las Cámaras sin dudarlo.

- ¿Cómo afectará finalmente la supresión de cuotas a las Cámaras menores?

- Las Cámaras de las islas menores no tienen cuerpo para seguir solas trabajando por sí solas, es un disparate y estamos abocados de nuevo a tener solo dos entidades camerales. De hecho, también es un disparate contar con 88 cámaras en España. Algo parecido a lo que ocurre en Canarias donde tarde o temprano volveremos a tener solo dos cámaras, más fuertes y eficientes. Se ha cogido el modelo anglosajón y quien va a ser el perjudicado será la Confederación. La supresión de las cuotas camerales ha sido un golpe por la espalda y con mala intención porque no se ha avisado de qué iba a suceder.

- ¿Qué aprenderá Ángel Luis Tadeo de esta crisis?

- He sufrido cuatro recesiones duras, pero como está que vivimos, ninguna. Esta crisis bancaria nos hará más fuerte y nos obligará a ser más eficientes. Lo que más pena me da es que estamos en la isla más envidiosa del mundo donde cuesta mucha triunfar sin que te critican por las cuatro esquinas.

- ¿Qué le parece la afirmación del nuevo presidente de la CEOE, Joan Rosell, en su discurso ante los empresarios, cuándo dijo que a la Administración le sobre mucha grasa?

- Le sobre mucha grasa a todas las administraciones, creo que tienen colesterol alto y deben seguir adelgazando al máximo para ser competitivas y no ser un lastre para las arcas públicas, que están al límite.