La luz no subirá durante el próximo trimestre, pero tampoco bajará a pesar de que el coste de la energía lo ha hecho, como reflejó ayer la subasta que se utiliza como referencia para fijar la mitad de la tarifa.

El propósito del Gobierno de contener el enorme déficit acumulado por el sistema (20.000 millones de euros) ha llevado al Ministerio de Industria a no plantearse, en vísperas electorales, la que hubiera sido la primera rebaja del precio de la luz en diez años. El pasado enero la factura para los hogares se encareció de media un 9,5 %, el mayor incremento desde 1983.

La llamada tarifa de último recurso (TUR), a la que están acogidos más de 20 millones de consumidores, se revisa trimestralmente y el precio tiene dos partes: los costes regulados -transporte en alta tensión, distribución, primas a las energías renovables, incentivos al carbón y otros pagos- y el precio de la energía. Sobre el papel, el recibo puede bajar si lo hace una de esas partes o ambas a la vez. Así ocurre con la tarifa del gas natural, que sigue un modelo análogo. De hecho, el recibo del gas baja por lo general cuando lo hace el precio internacional de este combustible.

Pero la electricidad no se ha abaratado en España nunca desde que se instauró la TUR, el 1 de julio de 2009. El precio de la luz no baja desde 2001.

La subasta de ayer se saldó con una rebaja del 9,4 % en el precio pagado por las compañías comercializadoras de electricidad, según informó ayer la agencia de noticias Europa Press.

El resultado está en línea con lo que esperaba el Gobierno para un trimestre, el segundo del año, en el que el componente energético de la tarifa siempre baja porque son menos duraderos los momentos de consumo intenso en los hogares (se dejan de utilizar las calefacciones y aún se utilizan muy poco los aparatos de aire acondicionado).

Paralelamente, el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero ha decidido incrementar en un 10,8 % los costes regulados, también llamados peajes. De modo que lo que se ahorra en la energía se incrementa en los otros pagos a las eléctricas. La intención del Ejecutivo es evitar que el déficit anual de la tarifa, en buena medida asociado al pago de incentivos a la energía renovable, se dispare por encima del límite legal, de alrededor de 3.000 millones de euros.

En la última revisión, que tuvo lugar el pasado mes de enero, el Ministerio de Industria aprobó un incremento del 9,8 % de la TUR, su mayor subida desde 1983, aunque según recordó el titular de este departamento, Miguel Sebastián, fue "excepcional, inevitable y necesaria". Sebastián ha descartado ya que la tarifa vaya a subir de nuevo en las revisiones trimestrales de este año.

Las asociaciones de consumidores critican, asimismo, la postura del Gobierno y exigen que el recibo de la luz se abarate en el mismo porcentaje en que han bajado los costes de la energía en la subasta entre comercializadoras.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) asegura que la luz subirá en abril más del 10 % para los hogares con potencias superiores a 10 kilovatios y para una parte de los tres millones de consumidores domésticos que disponen en la actualidad de un contrato de electricidad en el mercado libre.

Asimismo, la Organización de Consumidores y Usuarios calcula que estos consumidores sufrirán una subida en su factura de entre 40 y 100 euros al año y sostiene que los clientes de la empresa Iberdrola en el mercado libre y de Endesa con sus tarifas "tranquilidad" serán los más afectados en la subida del próximo abril.