Para Ismael Hernández, de 52 años, el paro es una realidad lo bastante intensa como para olvidarlo fácilmente. Tres años y medio como desempleado dan muestra de ello. Durante su vida profesional ha trabajado en talleres de chapa y pintura. Consiguió trabajo el pasado verano en su especialidad, aunque volvieron a prescindir de sus servicios al cabo de un mes. Por ello, piensa que diversificar su búsqueda le dará más éxito: "Estoy haciendo un cursillo de jardinería", afirma. ¿Le da exactamente igual trabajar de lo que sea? "Sí, me da igual. Lo importante es encontrar un empleo", responde.

"Tengo a mi mujer y dos hijos que alimentar, claro que esta situación se agrava si tienes una familia", esgrime Hernández, quien señala que esta crisis "tarde o temprano remitirá".