Cajasiete cree que con la decisión de la Caja Rural de Canarias de integrarse en el grupo de Cajamar y evitar la fusión entre las dos entidades canarias "hemos perdido una oportunidad de ganar tamaño y mantener nuestra canariedad", según el director general de la entidad tinerfeña, Fernando Berge. En unas declaraciones publicadas ayer en la web de Cajasiete, Berge expresa su respeto por la decisión de la entidad de Las Palmas aunque "nos hubiese gustado que las decisiones fuesen diferentes. El tiempo dará y quitará razones".

Cajasiete está a la espera de que Caja Rural apruebe su proyecto de integración en el SIP que encabeza Cajamar y, sobre todo, la decisión final de la asamblea, que aún no tiene fecha pero no está prevista al menos hasta finales de octubre o principios de noviembre. Tras la división interna que provocó en el Consejo Rector la votación para decidir entre Cajamar o Cajasiete, en la entidad tinerfeña no se tira la toalla y fuentes de la misma creen que "aún está todo en el aire".

Para Cajasiete "la mejor solución era la fusión" entre las dos cajas rurales canarias porque "para Canarias y para el futuro es muy importante tener entidades financieras propias".

La entidad tinerfeña reitera que su decisión es seguir en solitario y no explorar por ahora su integración en otros grupos rivales de Cajamar como Caja Rural del Mediterráneo o el Grupo Ibérico. Según Berge, el objetivo principal es el de continuar consolidando el negocio de la entidad en todas las islas del Archipiélago.