La tímida intervención del Banco Central Europeo (BCE) con la compra de deuda periférica no sirvió este miércoles para aplacar la presión sobre España, cuya prima de riesgo volvió a cerrar en máximos, en el nivel de los 460 puntos básicos, cinco puntos más que este martes.

Esta subida se debió al aumento de la rentabilidad del bono de referencia a diez años, que pasó en 24 horas del 6,34 al 6,41 por ciento.

De nada sirvió que el rendimiento del bono alemán -refugio de los inversores que huyen de los mercados de deuda periféricos- subiera hoy del 1,78 al 1,82 por ciento, lo que teóricamente tendría que haber hecho estrecharse la prima de riesgo en España.

Precisamente este jueves el Tesoro español tiene previsto hacer una colocación de obligaciones a diez años en el mercado primario, y la subida hace suponer que el Estado se verá obligado a elevar la rentabilidad ofertada por encima del seis por ciento.

En la anterior subasta de obligaciones a diez años, el pasado 20 de octubre, España logró rebajar el interés al 5,453 por ciento.

Este jueves tratará de captar entre 3.000 y 4.000 millones de euros.

Los expertos esperaban para este miércoles un cierto relajamiento de la presión que existe sobre la deuda europea, después de conocerse que el Banco Central Europeo había intervenido en el mercado con la compra de bonos españoles, italianos y portugueses.

En el caso español no surtió efecto, a diferencia de lo que ocurrió en Italia y Portugal, en los que la prima de riesgo se redujo ligeramente.

En Italia, en medio de la convulsión política por la formación del nuevo Gobierno, la prima se colocó en 519 puntos, frente a los 529 de ayer, mientras que la rentabilidad del bono volvía a situarse en el 7 por ciento, nivel considerado insostenible por los expertos.

En Portugal, el diferencial con la deuda alemana se colocó en los 948 puntos, frente a los 951 puntos de este martes.

En Grecia la prima de riesgo alcanzó los 2.684 puntos básicos, por encima de los 2.667 del martes.

Pero la falta de desconfianza está afectando también a países sólidos, como Francia, cuyo riesgo país se situó en 190 puntos básicos, frente a los 191 de este martes, y de Bélgica, que pasó de los 312 a los 305 puntos básicos.

Los expertos atribuyen este entorno a la falta de una acción decidida del BCE, al que muchos consideran la solución definitiva a la crisis si adoptara un papel similar al de la Reserva Federal estadounidense, el de prestamista ilimitado.

Según un informe de Barclays, las autoridades alemanas se niegan de momento a que el BCE tenga un papel más activo, porque quieren "usar esta presión de los mercados para acelerar" las reformas en Italia.

"Sólo entonces, el BCE será partidario de jugar un papel de prestamista de último recurso. Esto será positivo para la aversión al riesgo global", apunta la nota.