El Ibex 35 ha logrado sellar la jornada con una subida del 0,48% que le ha permitido recuperar la cota de los 8.300 puntos, gracias al empuje de grandes valores del selectivo como Santander y Telefónica, que han sumado un 0,38% en ambos casos, Y el alza de Wall Street.

En la semana, marcada por el recrudecimiento de la crisis de deuda soberana en la eurozona y el castigo de los inversores a Italia y España, el selectivo madrileño se ha dejado un 2,9%.

Este viernes, el índice se ha dado la vuelta tras amanecer en 'números rojos', mientras que la prima de riesgo de España se ha relajado progresivamente hasta 444 puntos, según los datos que ofrece Reuters, tras marcar un máximo histórico desde la constitución del euro de 525 puntos a lo largo de la mañana.

Pese a que el Banco Central Europeo (BCE) ha reanudado la compra de bonos españoles, lo que ha permitido aflojar el sobrecoste que ha de pagar España respecto a Alemania para emitir deuda a diez años, los inversores siguen exigiendo una elevada rentabilidad del 6,7% a la deuda soberana española.

En su última jornada de la segunda legislatura de Gobierno socialista, el selectivo se ha desmarcado de la tónica bajista que se ha impuesto en el resto de principales plazas del Viejo Continente, al igual que Italia (+0,2%). El mayor retroceso ha sido para Londres (-1,1%), seguido de Francfort (-0,85%) y París (-0,44%).

Las mayores ganancias del día en el Ibex han correspondido a Caixabank (+5,76%), Mediaset (+3,92%) y FCC (+3,91%), mientras que en el polo opuesto, los valores con mayores retrocesos han sido Mapfre (-4,04%), Arcelor (-2,24%) y BME (-2,21%).

En la semana, los valores que acumulan un mayor retroceso, de más del 8%, son Indra y Arcelor, mientras que BBVA y Santander pierden más de un 4% y Telefónica y Endesa casi un 2%. Solo Caixabank salda en positivo (+5,67%) el cómputo semanal.

En los últimos días, responsables del Gobierno se han afanado en asegurar que España no va a ser rescatada por la UE, pese a que el precio que paga por colocar su deuda es similar e incluso superior al que marcaron algunos países que lo han sido, como Grecia, Portugal e Irlanda.

El papel del BCE en la crisis también ha sido cuestionado, ya que desde la banca y algunos países europeos se le reclama un papel más activo en la defensa de la unidad del euro a través de la concesión de préstamos a los Estados y no solo a las entidades, posibilidad que rechazan tanto el propio organismo como Alemania.