El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha asegurado que aún desconoce qué medidas se pueden aplicar para salir de la crisis y para contrarrestar la evolución de los mercados financieros.

Tras la presentación del libro "Mecanismos de prevención y gestión de futuras crisis bancarias" del exdirector del Banco de España Raimundo Ortega, Fernández Ordóñez aplaudió la decisión del presidente electo Mariano Rajoy de acometer la reforma laboral y añadió que no se ha descartado la creación de un "banco malo".

Fernández Ordóñez, durante el acto de presentación del libro, ha analizado las distintas respuestas que se pueden dar a la actual crisis para señalar que todavía no saben bien cómo salir de esta.

Además, ha explicado que "las medidas que buscan prevenir que se vuelva a repetir una crisis similar", como las que "pretenden aumentar la futura resistencia del sistema financiero suelen servir de muy poco para resolver los problemas que afectan a las economías y a los sistemas financieros en el corto plazo, o sea, ahora".

Al centrarse en el estudio de la crisis de deuda soberana, el gobernador del Banco de España ha comentado que un año y medio después de su estallido "contamos con mecanismos robustos para prevenir y sancionar futuros desequilibrios".

A pesar de reconocer que estas medidas se pueden "reforzar" de acuerdo con las propuestas del Banco Central Europeo y sugerencias del gobierno alemán, Fernández Ordóñez ha reconocido que "todavía no hemos conseguido activar los mecanismos adecuados para detener la dinámica en la que están inmersos actualmente los mercados".

Por ello, ha apostado por el avance coordinado de las autoridades e instituciones europeas "para que los esfuerzos en ajustar las economías nacionales no resulten estériles".

En este sentido, ha considerado que en la cumbre europea de la próxima semana "se adoptarán las decisiones necesarias para invertir la tendencia de los mercados".

En la conferencia también ha hablado de las consecuencias de los "comportamientos irresponsables" de bancos y países, por lo que se mostró partidario de que, "tanto en la regulación del negocio bancario como en el tratamiento de la deuda soberana" se introduzcan "castigos lo suficientemente disuasorios" para que ambos actúen correctamente.

En consecuencia, Fernández Ordóñez se ha mostrado partidario del "establecimiento de rigurosos criterios de 'condicionalidad' a la hora de conceder ayudas" a bancos o países para resolver las crisis, lo que ilustró con la "experiencia" y el "éxito" de los programas del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Respecto a la reestructuración financiera ha comentado: "Debemos continuar en la senda emprendida" y estar dispuestos a "acometer acciones adicionales" como la creación de un "banco malo" -se haría cargo de los activos morosos o dudosos del sector-, aunque no ha precisado la forma de emprenderla.

Además ha precisado que se podrían disponer nuevas medidas de continuar "una insatisfactoria evolución económica" y porque "persisten dudas sobre el grado de saneamiento de los balances de nuestras entidades".

Reestructuración financiera

Asimismo, Ordóñez ha advertido de que las necesidades de reestructuración del sistema financiero "se han incrementado", y considera que "sería un grave error" cerrar las puertas a la incorporación de nuevas herramientas para contar con entidades sólidas.

En la medida en que en las últimas semanas las previsiones económicas para 2012 se han visto drásticamente corregidas a la baja y en que los problemas de financiación en los mercados mayoristas han empeorado para toda la banca europea, "la presión sobre las entidades de crédito se ha intensificado", ha explicado.

"Por tanto, las necesidades de ajuste y reestructuración financiera no solo se mantienen sino que se han incrementado", sostuvo Fernández Ordóñez.

El proceso de reestructuración financiera no puede darse por completado y no solo hay que continuar por la senda emprendida sino que "se debe estar abierto a la posibilidad de acometer las acciones adicionales necesarias", ha defendido el gobernador del Banco de España.

Asimismo, ha incidido en que los procesos de liquidación de entidades pueden acarrear enormes costes para los contribuyentes "y en la medida en que esos costes pudieran afectar al riesgo soberano, el remedio podría resultar peor que la enfermedad".