"Si no se hubiera generado déficit en Sestiba hoy no tendríamos el puerto que tenemos" en Las Palmas de Gran Canaria, según afirman fuentes de la Sociedad Anónima de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep), la nueva Sestiba, que destacan el impulso del Puerto de La Luz, tras la apuesta por el transbordo internacional de contenedores como una salida para dar actividad a la "enorme" plantilla de estibadores portuarios, que pasó en 1996 de 265 a 560. Este crecimiento de personal se produjo debido a las expectativas generadas por la pesca pelágica de la flota holandesa, que, finalmente, no se cumplieron y que provocaron el déficit de Sestiba, sociedad que, según las mismas fuentes, no tenía a "quién trasladar los costes laborales brutales porque no había actividad para facturarla". En todo caso, Sagep rechaza despidos de estibadores en la actualidad, sobre todo porque ha aumentado el tráfico portuario "considerablemente" y, en concreto, el de transbordos subió un 29%.

Sestiba ha generado déficit entre 1998 y 2006, cuando llegó a su punto álgido con 22.492.000 euros. Sin embargo, desde 2007 y 2010 se ha amortizado déficit en 3.952.000 euros, por lo que actualmente éste asciende a 18.540.000 euros, según apuntó la sociedad estibadora.

Intervención

Por otro lado, un informe de Intervención General del Estado, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, constata que desde 1999 las empresas estibadoras pedían a la antigua Sestiba mano de obra para prestar un servicio de carga y descarga, pero después no se facturaba o se facturaba una cantidad "sustancialmente inferior" al gasto de Seguridad Social que soportaba. Esta práctica conllevaba "una muy relevante distorsión en la imagen fiel" de las cuentas de Sestiba, detalla este estudio.

El último informe estatal, de 2008, alude a la "ausencia" de facturación a las empresas estibadoras de los importes necesarios para equilibrar la cuenta de resultados de Sestiba. Estos derechos de cobro a las compañías no se registraban reconociendo simultáneamente un ingreso, no se cuantificaban de manera individualizada por cada estibadora, no se liquidaban, no se notificaban y, "lo que es más relevante", durante muchos años no se realizó "ninguna acción" para que Sestiba los cobrara. Intervención General alude a "artificios contables" para intentar resolver los desequilibrios de la sociedad. Incide en que, salvo en 2004 en el que se produjo superávit, Sestiba no repercutió a las empresas, mediante la "oportuna facturación", los importes necesarios para compensar los costes generados por la actividad estibadora.