El veto de la Eurocámara al acuerdo pesquero con Marruecos dejará sin trabajo a 400 pescadores en Canarias, que formaban parte de las tripulaciones de 26 barcos de las Islas con licencia para faenar en el caladero sahariano bajo jurisdicción marroquí y que ahora viven su futuro con incertidumbre. Las pérdidas estimadas para los puertos canarios ascienden a 7,2 millones de euros y se pescarán este año 5,8 millones de toneladas de pescado. España valora las pérdidas para el conjunto del país en 30 millones de euros y la Comisión Europea anunció que busca ya una compensación y un nuevo tratado.

De los 26 barcos isleños con licencia, seis son atuneros de San Ginés (Lanzarote), otros seis son neveros de pesca artesanal de Gran Canaria y el resto son de Tenerife entre atuneros y neveros. "Si la comunidad europea y el Gobierno canario no sacan ayudas rápidas y concretas para paliar lo que se avecina a estos armadores y pescadores, van a ir a la ruina total". Así de tajante se mostró el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de la provincia de Las Palmas y patrón de la Cofradía de Agaete, Gabriel Jiménez, que criticó la decisión adoptada de forma "tan drástica y rápida", y que se suma a la crisis económica en el Archipiélago.

Afirmó que la imposibilidad de poder faenar en Marruecos es "otra decepción dentro de las tantas que la comunidad europea le está dando a la flota canaria". Jiménez advirtió de que si no se compensa a esta flota "va a desaparecer".

No entiende

Denunció que "Europa no entiende que la flota canaria tiene que ser diferente", ya que sólo actúa en Marruecos con pesca de atún y artesanal. La decisión afecta especialmente a los barcos congeladores, puesto que la zafra de atún casi estaba terminando. En todo caso, remarcó que esta situación es "catastrófica" para el sector. Descartó pescar en aguas de Mauritania por su lejanía y por el precio del combustible, a lo que se suma la inseguridad en esta zona. Además, la UE anunció ayer el fracaso de las negociaciones pesqueras con Mauritania.

Tres buques pesqueros amarraron ayer en el muelle de La Luz tras su forzada salida del caladero sahariano. Se trata de Nuevo Francisco Javier, Nuevo Hermanos Valdivia y Mercedes Quesada. Humberto Umpiérrez, uno de los siete marineros del primero de los pesqueros, aseguró que "alternativas aquí, ninguna. En las islas estos barcos no escapan. Con los gastos que dan, no hay pesca para esto", sentenció. Además, cada atunero amarrado a puerto cuesta mensualmente 30.000 euros.

"Nosotros queremos trabajar, no que nos den ayudas", expuso el armador Manuel Valdivia, que advirtió de la falta de samas, burros, morenas, corbinas y chernes, entre otros, en los supermercados y pescaderías, que "pueden quedar desabastecidos".

El marinero marroquí y con residencia en España Mohamed Eddahi, cuyo futuro es "incierto", dijo que reclamará sus "derechos" en el cobro de ayudas.

El patrón del barco Marinere Juan José Martín, manifestó que hizo una inversión importante para arreglar el barco y ahora va a "perder" ese dinero.

Por su parte, el futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó ayer que hará todo lo que esté en sus manos para que se vuelva a establecer el acuerdo "necesario" de la UE con Marruecos en materia pesquera.