Finca de Los Menores, en Bañaderos (Arucas). Son las 10.30 horas del viernes 16 de diciembre de 2011 y una veintena de empleados desarrollan distintas labores como el desflorrilado, la limpieza de garepa seca, el latado o control de plaga. El sector platanero se ha profesionalizado para poder competir y esto ha provocado que "en las fincas exista una gestión, que es lo importante", resalta el ingeniero técnico agrícola de Asprocan Antonio Postigo. Los plataneros canarios renuevan el estiércol cada dos años, en vez de a los cinco, porque saben que es la base con una buena agua para obtener una producción óptima. La ubicación de esta finca en una zona de primera, al situarse por debajo de los 100 metros de altura, y su suministro con agua de lluvia ofrece a la explotación de Los Menores un promedio en sus racimos de 37 kilos, frente a la media de 30.

El sector está caminando también hacia la mecanización, un hándicap importante por la geografía canaria. Así el denominado latado para sustentar las plataneras en un andamiaje en alto y poder retirar los horcones es otro de los procesos en la que están inmerso los agricultores. "Estas estructuras nos facilitan los trabajos para triturar la materia orgánica y fertilizar el suelo así como para limpiar y combatir las plagas", detalla Postigo.

Los plataneros, como cualquier industria, tienen claro que deben apostar por una adecuada gestión y para ello trabajan por tener la certificación de producción integral o de Aenor. La eficiencia y el tratamiento de los residuos conforman parte de las nuevas tareas que se ha impuesto el sector.