La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha advertido de que si no se adoptan las medidas necesarias para hacer frente a la actual situación de la economía mundial, en especial en los países avanzados, ésta podría entrar en "una espiral descendente de colapso de la confianza, crecimiento débil y menor empleo".

En una conferencia durante su primera vista a África como directora gerente del FMI, Lagarde incidió en que una "crisis colectiva de confianza" está en el centro de los problemas actuales y recordó que en una economía global interconectada "ningún país ni región es inmune a los riegos".

"Como he dicho muchas veces, la economía se ha entrado en una fase peligrosa. En nuestras últimas previsiones aún predecimos un crecimiento global del 4% para este año y el siguiente. Pero, hoy, la perspectiva de crecimiento es mucho más débil. Y, peor, existen importantes riesgos a la baja", advierte.

En este sentido, incidió en que los acontecimientos adversos en la economía real y en los sectores financieros siguen retroalimentándose unos a otros, "impulsándose unos a otros". A esto, Lagarde añadió que, como se ha visto en Europa, ha habido una pérdida de la confianza de mercados tanto en gobiernos como en bancos.

Así, señaló que los ejecutivos han realizado ajustes, en algunos casos con la ayuda de los programas del FMI, pero no de una forma lo "suficientemente convincente" para recuperar la confianza de los mercados. En especial, destacó que el desempleo sigue en niveles "inaceptablemente altos" en muchos países.

En esta línea, incidió en que los países avanzados, especialmente los de la eurozona, están en el "epicentro de la crisis" y, por lo tanto, deben estar en el "epicentro de la solución".

Lagarde destacó que en los últimos meses, los líderes de la eurozona han comenzado a esbozar los pilares claves de la solución, pero subrayó que ahora es necesaria su implementación.

La directora gerente del FMI cree que las políticas deben centrarse ahora en recuperar la estabilidad y un crecimiento duradero. En su opinión, las economías avanzadas deben lograr un equilibrio adecuado entre la política fiscal y la monetaria para promover el crecimiento y la estabilidad.

Esto implica seguir adelante con las políticas estructurales centradas en impulsar la competitividad, el crecimiento y el empleo, así como fortalecer la regulación del sector financiero para garantizar que sea "más seguro y más estable" y puede ser capaz de apoyar en mayor medida el crecimiento.