La Comisión Europea ha respondido al anuncio del Gobierno español de que el pretende reducir el déficit este año hasta el 5,8% del PIB, en lugar del 4,4% pactado con la UE, que cumplir el objetivo comprometido "es clave para reforzar la confianza".

"El cumplimiento de los objetivos de consolidación presupuestaria en países vulnerables ha sido y sigue siendo una de las piedras angulares de la respuesta global de la UE a la crisis", ha dicho el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj. "Es clave para reforzar la confianza", ha agregado.

De hecho, el anuncio de Mariano Rajoy es percibido en Bruselas como una "presión política" que no conducirá a nada, según fuentes comunitarias.

"La posición de la Comisión no ha cambiado respecto a lo expresado en los últimos días por el presidente (José Manuel Durao) Barroso y el vicepresidente (Olli) Rehn", ha insistido Altafaj.

"Esto no se va a resolver a través de presión política sino sobre la base de un análisis económico", indicaron por otro lado a Efe las fuentes comunitarias, que dudaron de que España haya podido hacer el cálculo y situar la meta de déficit en el 5,8% del PIB sin tener los datos definitivos de las cuentas del pasado año.

"¿Cómo se puede hacer ese cálculo sin conocer todavía la cifra exacta del gran desvío de 2011 ni cómo será el presupuesto de 2012?", se preguntaron las mismas fuentes y añadieron "¿por qué el 5,8% y no el 4,8 % o el 6,5 %".

En opinión de estas fuentes, España debería primero compartir esa información con sus socios europeos, en línea con la esencia de las nuevas reglas de gobernanza económica que entraron en vigor en diciembre pasado.

"El Pacto de Estabilidad no es estúpido, está enfocado en la sostenibilidad de las cuentas públicas", añadieron.

Rajoy anunció este viernes en Bruselas la nueva cifra después de que los máximos responsables comunitarios reiterasen que debe respetarse la senda pactada de ajuste presupuestario para no enviar una señal negativa a los mercados.

El gesto de Rajoy ha sido interpretado por medios internacionales como un desafío a la Comisión Europea, que en las últimas semanas ha insistido en que no considerará una flexibilización de objetivos hasta que España haya precisado los motivos del desvío de 2011 -un déficit del 8,51 %, frente al 6 % calculado inicialmente- y el presupuesto de 2012.