Aunque se presenten en código QR o en un Pen Drive, los Presupuestos Generales del Estado son finalmente miles de folios que hay que leer a fondo aunque el resumen claro de los mismos ya lo conocemos desde su presentación tras el Consejo de Ministros del viernes.

Unos recortes de 27.000 millones de euros que afecta a todos los ministerios y que supone una apuesta muy arriesgada, un dinero que deja de financiar cuantiosas partidas importantes en inversión o en el Estado del Bienestar.

Así, si mientras en los últimos años del Gobierno de Rodríguez Zapatero incumplía lo que reflejaba en su cuadro macroeconómico, las magnitudes económicas como el crecimiento o el coste de la deuda, que sostienen nuestras cuentas. En este año no hay margen de error y este es el primer gran riesgo de los presupuestos, no hay maniobra.

El difícil juego de la credibilidad

La deuda es un punto débil. Como ya ha adelanto Luis de Guindos este año subirá sobre el PIB ya que hay que consolidar por ejemplo la autonómica. Si los intereses siguen siendo más bajos es un paso factible pero ¿Y si se dispara el diferencial? En este caso estaríamos viendo como la partida, que ya en si supone tantos miles de millones como los recortes de este ejercicio, desequilibraría los presupuestos presentes y futuros.

Y lo peor es que puede producirse, ya sea por causas ajenas (Grecia, Portugal…) o propias atacando a la misma credibilidad de nuestra economía. En esos casos la solución clásica ha sido presentar nuevas medidas pero nos encontramos en un momento en el que es muy difícil poder ofrecer ya mucho más.

Pero existe otro enorme riesgo, y es que la contracción de nuestra economía sea mucho mayor y por tanto también se falle en lo estimado por los "expertos" de Economía y Hacienda. Así, si la caída del PIB este 2012 es un punto superior a lo estimado (algo que creen muchos analistas) estaríamos hablando de un golpe muy duro que vía ingresos se notaría en una caída de lo recaudado por impuestos como IVA, IRPF y Sociedades.

Acabar con el desequilibrio de las cuentas públicas es muy importante, pero desde luego no se puede hacer a cualquier ritmo si no es sacrificando crecimiento y empleo. Lo peor es que cuando se está en la cuerda floja puede incluso darse el peor de los escenarios: no cumplir nuestro objetivo del déficit, desplomar el PIB y disparar el desempleo.

Por todo ello es más importante que nunca ver como se van desarrollando los grandes números de nuestra economía trimestre tras trimestre, mantener una posición fuerte con el núcleo duro de la UE y esperar que economías como Grecia y Portugal no nos den ningún susto que luego se contagie a nuestra economía.

Somos un "cuerpo débil" que no podemos permitirnos ningún "contagio".