Un incondicional del kirchnerismo, el ministro de Planificación, Julio De Vido, y la nueva estrella del Gobierno argentino, el viceministro de Economía, Axel Kicillof, manejarán los destinos de la petrolera YPF, intervenida hoy por orden de la presidenta, Cristina Fernández.

Sentado en el sillón principal, como interventor de la empresa que hasta hoy controlaba la española Repsol, estará De Vido, considerado por años el funcionario más poderoso del Gobierno del fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), esposo y antecesor de Fernández.

Desde que empezó el conflicto con YPF, De Vido se ha entrevistado en un par de ocasiones con el presidente de Repsol, Antonio Bufrau, la última, la pasada semana, siempre acompañado por Kicillof.

Pese a su larga carrera política y a su probada fidelidad hacia Kirchner, De Vido vio peligrar su posición en los últimos meses y se plegó, según fuentes empresariales, a la estrategia de Kicillof, a quien medios locales señalan como el principal ideólogo de la expropiación de YPF.

Nacido en Buenos Aires en 1949, Julio Miguel De Vido comenzó a simpatizar con el peronismo a comienzos de la década de los setenta, cuando aún era estudiante de Arquitectura.

Consiguió empleo en la estatal Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel), que en 1976, año del golpe militar que instaló una dictadura de siete años, le envió a Puerto San Julián, en la provincia sureña de Santa Cruz.

En 1982 se trasladó a Río Gallegos, la capital provincial, donde conoció al abogado Néstor Kirchner, de quien sería su hombre de confianza durante los años en los que el expresidente argentino fue alcalde de esa ciudad y posteriormente gobernador de Santa Cruz.

De Vido se ocupó de Economía y Obras Públicas de Santa Cruz, y en 2003, con el ascenso de Kirchner a la presidencia argentina, fue designado titular de la estratégica cartera de Planificación Federal.

El viceministro de Economía, Axel Kicillof, quien le secundará en la petrolera, se sitúa ideológicamente en las antípodas de Julio De Vido.

Kicillof, de 40 años, es un economista de orientación marxista graduado en la Universidad de Buenos Aires con diploma de honor.

Proviene de "La Cámpora", la agrupación juvenil creada por Néstor Kirchner, liderada por su hijo mayor, Máximo Kirchner, y en la que se recuesta el "ala cristinista" del Gobierno.

Analistas locales aseguran que la presidenta argentina quedó encantada cuando su hijo le presentó a Kicillof, quien ganó rápidamente espacios en el Ejecutivo generando ciertos resquemores entre los funcionarios que históricamente respondieron a Kirchner, entre ellos De Vido, Guillermo Moreno (secretario de Comercio Interior) y Carlos Zanini (secretario de Legal y Técnica).

Fuentes del sector energético atribuyen al viceministro de Economía la autoría del proyecto de intervención y expropiación de YPF enviado hoy al Parlamento por la mandataria.

Según estas mismas fuentes, la iniciativa del viceministro aún más radical en sus intenciones de expropiar YPF, encontró un freno en la postura de Julio De Vido, quien claramente ha perdido peso en el gabinete tras la muerte de Kirchner (octubre de 2010), su mentor político.

Fuentes del sector relataron a Efe que, pese a su nula experiencia en temas petroleros, Kicillof ha llevado la voz cantante en las negociaciones con YPF, por encima de funcionarios de mayor rango, como el propio ministro de Economía, Hernán Lorenzino.

"De Vido se encargará de la parte técnica del negocio petrolero y Kicillof de la cuestión económico-financiera", insisten por lo bajo quienes se preguntan qué métodos utilizará el país para recuperar reservas y lograr "soberanía energética", como dijo hoy Cristina Fernández al anunciar la intervención de YPF y el inicio del proceso de expropiación.