El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, lo dejó claro durante su intervención en la junta general de accionistas de la entidad celebrada en Valencia el pasado viernes. "Tenemos la necesidad de desinvertir en activos que no sean parte consustancial de nuestro negocio bancario", expuso. En otras palabras, en su plan para enderezar el rumbo de la nave de la que se han caído las cajas está la venta de las participaciones empresariales que estas aportaron al Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia. En el caso de La Caja de Canarias fueron 43 empresas y solo en dos de ellas la entidad isleña no era la única accionista.

Esa fue parte de la aportación que le valió a la entidad que preside Juan Manuel Suárez del Toro contar con 662.480 acciones del BFA, el 2,45% del total. Títulos que hoy están reducidos a cero tras descubrirse el agujero que había dejado la gestión de Rodrigo Rato y decidirse la nacionalización de la matriz de Bankia.

En otras palabras, La Caja entregó esas empresas a cambio de ese 2,45% y hoy no tiene ni las sociedades ni la participación en el BFA. Goirigolzarri no quiere apartarse del puro negocio bancario. "Estamos convencidos de que la focalización es una fuente de creación de valor", señaló ante los accionistas en la reunión de Valencia.

El sustituto de Rato no dudó en señalar que Bankia tiene a día de hoy "casi 60.000 millones de euros en activos de muy escasa rentabilidad". Entre ellos, pueden contarse algunos de los negocios inmobiliarios aportados por La Caja, en algunos casos procedentes de impagos de créditos por parte de empresas del ámbito inmobiliario.

La inmobiliaria Edificios Singulares de Canarias y las promotoras Promociones El Pedrazo SAU y Promociones Llanos de Maspalomas SAU son las empresas que La Caja dejó en manos del BFA. De las tres la entidad isleña poseía el cien por cien del capital social.

Energía fotovoltaica

El mayor número de empresas -35- que pasaron a manos del BFA se encuadran en el campo de la energía fotovoltaica. El resto, además de las dedicadas al ladrillo, se reparten entre el sector naval, los seguros, la explotación de aparcamientos y hasta el 70,21% que la entidad isleña poseía de la agencia de viajes La Caja Tours.

Goirigolzarri no quiere ningún tipo de lastre ni negocio que desvíe la atención del objetivo principal de hacer negocio bancario. Eso sí, la dificultad la va a encontrar en muchos casos a la hora de encontrar un comprador dispuesto a pagar un precio razonable por las sociedades de las que pretende desprenderse. Él mismo señaló que en varios de los casos se trata de "activos morosos o bienes inmuebles de distinto tipo", por lo que no se descarta que, según fuentes consultadas, esté dispuesto a sacudírselos sin prácticamente obtener nada para soltar lastre.

En torno a la posible venta de estos activos, su presidente, Juan Manuel Suárez del Toro, señaló: "Uno pasa por muchos malos tragos, pero de esto sí que no me siento responsable. Por supuesto sí de tranquilizar a nuestros clientes e impositores".