El consejero de Obras Públicas y Transportes del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, anunció ayer que en la mañana de hoy celebrará la mesa regional del transporte. Sin embargo, desde la medianoche el transporte terrestre de mercancías iniciará su paro, para exigir una vez más la retirada del tacógrafo de sus camiones, regularizar las esperas en el Puerto, ahondar en las quejas por el precio del combustible o exigir que se elimine a obligación de pasar la ITV con el vehículo cargado. Si Berriel no lo remedia mañana, el paro regional se mantendrá hasta el próximo día 15.

Las guaguas de servicio público, el transporte de productos perecederos o de medicamentos no se verán afectados. Pero sí el resto del transporte de mercancías, trabajadores y traslados de turistas (menos los que sean de ída y vuelta al aeropuerto).

Los transportistas dispondrán piquetes informativos en el Puerto, en las terminales de contenedores, en los polígonos industriales, Mercalaspalmas y otros nudos esenciales para camiones de mercancías. Además, también habrá una pequeña concentración en la sede de Presidencia del Gobierno en Las Palmas de Gran Canaria, a la misma hora en la que se celebra la mesa de negociación del sector, que desde la Federación de Empresarios del Transporte había solicitado, y que la Consejería del Gobierno regional concedió el pasado viernes con fecha de mañana.

La convocatoria llegó un punto tarde para frenar el paro, que puede ir a más. Los transportistas han anunciado que planean una gran manifestación, como la que tuvo lugar el pasado mes de abril (una gran concentración de camiones). Y han avisado de la posibilidad de recrudecer el paro de seis días, y convertirlo en un "paro total".

De momento, Berriel ha emplazado a la Autoridad Portuaria a la mesa del transporte, tal como se demandaba desde el sector. Las esperas portuarias y su actual disposición siguen siendo una de sus principales preocupaciones. La reunión comenzará con los camiones en la pole, con el paro en marcha y con gran parte de su capacidad de presión a pleno rendimiento. Los transportistas mueven a 6.000 guaguas y 38.000 camiones en toda Canarias, y mantienen a 40.000 trabajadores, entre conductores y personal auxiliar.

Uno de los puntos de conflicto más relevantes entre administración y empresarios es el tacógrafo, el aparato de control del trabajo en camiones y guaguas. Los transportistas vienen insistiendo desde 2010 en que la regulación europea les exime de su obligatoriedad, en base a la reducida superificie de Canarias. Sin embargo, el Estado lo exige.

El tacógrafo

Berriel indicó que el Gobierno canario, en este punto, está del lado del sector. "Nos consta", añadió, "que el Ministerio ya ha constituído una comisión para estudiar bajo qué condiciones exigir el tacógrafo", que ya en lo que va de año ha generado sanciones por un importe de cuatro millones de euros en los siete cabildos, encargados de la recaudación de las sanciones.

El sector reitera que el aparato genera multas muy elevadas "por cuestiones como equivocarse en un nombre". En concreto, las infracciones están tipificadas con castigos de hasta 6.000 euros. Los transportistas entienden que quedan expuestos a sanciones muy severas cuando este tipo de controles "no son necesarios en las Islas".

El conflicto, hasta que llegue la mesa, ha ganado en tensión y su desbloqueo no parece sencillo. A día de ayer, el consejero de Transportes comentaba en tono distentido a los periodistas los contactos iniciados para la reunión. Y se despedía con un "seguiré llamando", como mejor descripción de los preparativos para una cita que se medirá, lo primero, con el paro.